SÁBADO 1/08 17ª ETAPA: KEYLONG – SISSU (31km / 2h 50min) Berriro martxan, nahitaezko geraldiaren ostean. Berriro egingo dugu topo egoera eskaseko errepideekin, baina Lahan Valley-ra igoko gara, leku ederra benetan, Chandra-Bhaga ibai emaritsua eta indartsua hondoan eta begietan mina egiten duen berde koloreko mendiak. Okerrera egin du eguraldiak eta Sissu herian bukatuko dugu eguna. Ha llovido esta noche, un buen rato y fuerte. Por la mañana las nubes cubren las cumbres, el día está triste, pero la temperatura es agradable. Mientras hacemos alguna compra nos caen algunas gotas. Un pequeño ajuste de la rueda delantera de Marta y puntuales, estamos en Brokpa Adventure Tours, donde cambiamos los euros a 68INR. Al final, entre una cosa y otra son las 11:00 cuando reiniciamos nuestro camino. En las rampas de salida de Keylong nos cruzamos con tres cicloviajeros indios, charlamos un rato con el último de ellos, del sur de la India. Ya lo he dicho antes, pero no me canso, son gente maja estos “alforjeros” locales, con sus alforjas del Decathlon y guantes de obra. Éstos vienen de Rekong Peo, por Spiti, y nos advierte de que el estado de la pista, más que carretera, es muy malo, y no sólo los dos primeros días, como nos había dicho Koldo. Será lo que tenga que ser, en cualquier caso. Por lo demás, asegura que es muy bonito, aunque nos sorprende al avisarnos de que no acampemos en cualquier lugar, que lo hagamos cerca de pueblos o grupos de dhabas, que Spiti es un valle bastante despoblado y no es seguro. No lo sé, no tenemos esa impresión, pero iremos viendo. Descenso al principio hasta Thandi, junto al río Bhaga, al que le coge el relevo el Chandra. La carretera está muy mal, a las piedras le suceden los tramos de arena… ¡con lo limpios y maqueados que habíamos salido! Hay además bastante tráfico. La carretera sigue empeorando, entramos en zona de obras, este tramo es caótico. Los “parias” hacen el trabajo sucio, nunca mejor dicho. Más tarde nos enteramos de que son en su mayoría trabajadores nepalíes que vienen a trabajar en la carretera o en el campo -en abril y mayo- y que últimamente son más a causa del terremoto, tienen que hacer dinero. Parece que no es suficiente que sea la naturaleza la que apriete, la “naturaleza” humana también quiere su parte. Y toca ahora subir, aunque a partir del km 14, cuando la subida es mayor, afortunadamente reaparece el asfalto. Es una ascensión tendida hasta Gondla, pero no contábamos con ella. |
Estamos en el Lahan Valley, es absolutamente impresionante, como los collados del Asón, pero talla XXXL: el tumultuoso río Chandra-Bhaga en el fondo, montañas que ascienden casi verticales, pero siempre verdes y con glaciares en sus cimas,… Al borde de la carretera, la tierra está trabajada en terrazas, se aprovecha cada palmo de terreno. Desde Gondla descendemos, pero la carretera va empeorando, se levanta un fuerte viento en contra y se están formando unas grandes nubes negras que dan mucho miedo. Está claro que nos vamos a quedar en Sissu, un pueblo al borde de la carretera por el que pasamos en este momento y que, sorprendentemente, tiene tres hoteles, grandes dos de ellos, en construcción el tercero. Optamos por el Hotel Aliyas, el más pequeño, pero suficiente para nuestras necesidades. Tras instalarnos, damos un paseo hasta “el centro”. Al otro lado del río se ve una impresionante cascada, hacia ella vamos. Bordeando unas pequeñas charcas regresamos a la carretera y a casa, después de echar un ojo al menú de un hotel de los de más arriba. La tarde no invita a grandes paseos, así que cenamos en el nuestro: pollo al curry y arroz frito. Fin del día. |
DOMINGO 2/08
18ª ETAPA: SISSU – CHHATRU
(38km / 4h 05min)
Atzo lagun bat hurbildu zitzaigun, aipatu ere ez nuen egin baina gaur berataz hitz egiteko beharra daukat: “Sissu” da, txakur emea, elkartu gintuen herriaren izenarekin bataiatu dugu, arratsaldeko paseoan ondoan izan genuen herriarena. Gaur Chhatruraino 38 kilometroak egin diitu gurekin, laguna izatetik, bidaialagun izatera pasatuko da. Atzeratzen nintzela, zain geratzen zen, ni berriro martxan jarri arte. Pena ematen digu, oso itxura maitagarria du, baina nahiko genuke zentzu gabeko bidaia hau bertan utz zezala. Gainontzean, etapa laburra ohiko izu-ikarekin errepidean. Eta Spitin sartzear gaude, bidaia honen hirugarren fasea.
18ª ETAPA: SISSU – CHHATRU
(38km / 4h 05min)
Atzo lagun bat hurbildu zitzaigun, aipatu ere ez nuen egin baina gaur berataz hitz egiteko beharra daukat: “Sissu” da, txakur emea, elkartu gintuen herriaren izenarekin bataiatu dugu, arratsaldeko paseoan ondoan izan genuen herriarena. Gaur Chhatruraino 38 kilometroak egin diitu gurekin, laguna izatetik, bidaialagun izatera pasatuko da. Atzeratzen nintzela, zain geratzen zen, ni berriro martxan jarri arte. Pena ematen digu, oso itxura maitagarria du, baina nahiko genuke zentzu gabeko bidaia hau bertan utz zezala. Gainontzean, etapa laburra ohiko izu-ikarekin errepidean. Eta Spitin sartzear gaude, bidaia honen hirugarren fasea.
A las 9, en marcha. Hasta Khoksar la carretera está razonablemente bien y el perfil no es malo. Vemos las obras del túnel de Rohtang (9km de longitud, construido con capital indio y austriaco, calculan que estará acabdo para 2020), que reducirá considerablemente el trayecto hasta Manali. Y en Khoksar se acaba el asfalto, justo antes de cruzar un puente que nos lleva a un control de pasaportes. En ello estamos cuando aparecen Eric y Amaya, francés y americana que viajan desde 2006 y que conocen a Lontxo, cómo no. Vienen de Spiti y ella especialmente es “dinamita p’a los pollos”. Despedida y a seguir camino. La carretera se empina y empeora considerablemente, mucha piedra, arena,… En 5km llega el desvío que hemos de tomar hacia Spiti, la verdad que no está muy claramente indicado. Se inicia con un descenso decente con varias curvas de herradura que nos deja junto al río Chandra. Nos separan de Chhatru unos 18km: subidas, bajadas, tramos decentes y malos, a veces da la impresión de que pedaleamos por el curso de un arroyo, cruzamos varias torrenteras que nos obligan a descalzarnos en un par de ocasiones,… pero Sissu no ceja en su empeño. Aún estamos en el Lahan Valley, la carretera se va abriendo camino en su interior. Hay que bajar con precaución, subiendo se llega a perder el equilibrio, pero es realmente bonito. El día no ha llegado a aclarar, pero se agradece, nos libramos así del calor excesivo, aunque seguro que las nubes nos están privando de estampas espectaculares. |
Llegamos finalmente a Chhatru, un conjunto de tres dhabas junto al río. Tomamos el té en la primera de ellas; las camas las tienen en una especie de garaje que hasta se cierra con una persiana metálica, no nos atrae mucho la idea. En realidad, la que elegimos no es mucho mejor, porque los catres están en un “bunker” de cemento en el que sólo entra la luz a través de un ventanuco que un palo mantiene abierto. El precio, 100INR/persona, se ajusta a la modestia del lugar. La dhaba es una especie de “canadiense” alargada con paredes de piedra y cubierta de lona. La cocina en la entrada, bancos/catres en los laterales y unas mesas bajas hacen la función de restaurante. Y pucheros, sacos, cajas y estanterías con refrescos y galletas donde aún queda algo de espacio. Cenamos lo habitual, es decir, arroz, dhal, verduras, chapati, muy rico, la verdad. Nos retiramos al bunker, somos los únicos inquilinos, así que compartimos espacio con las bicis. El tipo de la dhaba insiste en que tengamos cuidado, que cerremos por dentro, que hay mala gente. No sé, si es cierto que cuando hemos llgado, había un grupo de currelas bebiendo whisky -comprado en la dhaba, por cierto- y que por la noche han regresado a por más. También fuman costo, le dan a todo, pero yo creo que van a quedar bastante “sedados”. |
LUNES 3/08
19ª ETAPA: CHHATRU – BATAL
(33km / 4h 45min)
Etapa oso gogorra, ia desesperazioraino eta baita, ohiko moduan, inguru zoragarri batean. Hoberena, gure gaurko hiru txakurren eskolta -Sissu, Chhatru eta Nala- eta Batal, etapak akabatu gaituen lekua, guk etapa akabatu baino. Bertan, dhaba batean, leku izugarri polit batean, oso tibetar familia atsegin batek eman digu ostatu.
Si ayer fue Sissu, hoy se nos han sumado Chhatru -porque en este lugar se nos unió- y Nala -es, creemos, el equivalente a “arroyo” en castellano-. No nos dejan ni a sol ni a sombra, nos duele ver la paliza que se están dando, ¿qué pasará por sus perrunas cabezas? ¿hasta dónde están dispuestos a seguir?. Están agotados, a Nala se le nota la juventud, pero Sissu y Chhatru se ve que han vicido lo suyo, la pata delantera de la una y la trasera del otro tienen muestras de haberse llevado algún buen golpe en su día. Pero han llegado hasta hoy y este momento, y no parece que estén “de hambre”.
En cuanto a la jornada, ha sido una caña, muy duro, especialmente los últimos 4 ó 5km, daba la impresión de pedalear sobre los cantos rodados del lecho de un río (seco, afortunadamente). Hemos cruzado no sé cuántos torrenteras, nos hemos tenido que descalzar en 3 ó 4 ocasiones. También hemos tenido ese terreno tan especial con piedras clavadas, inamovibles, que hacen casi imposible el pedaleo, o al menos un pedaleo medianamente cómodo.
En cuanto a la jornada, ha sido una caña, muy duro, especialmente los últimos 4 ó 5km, daba la impresión de pedalear sobre los cantos rodados del lecho de un río (seco, afortunadamente). Hemos cruzado no sé cuántos torrenteras, nos hemos tenido que descalzar en 3 ó 4 ocasiones. También hemos tenido ese terreno tan especial con piedras clavadas, inamovibles, que hacen casi imposible el pedaleo, o al menos un pedaleo medianamente cómodo.
Pero no ha habido grandes desniveles. El día no ha acabado de mejorar y de hecho, al final, la amenaza de lluvia nos ha obligado a “acelerar” el paso. Esto no ha impedido un breve descanso para hacer la jornada más llevadera. A medio camino sabíamos que llegaríamos a Chhota Dara, incluso habíamos considerado la posibilidad de parar ahí, pero ha resultado ser un lugar con un “Rest House” del gobierno -son caros, piden alrededor de 1000INR y están bastante mal conservados- y un par de casetas. Los guardas estaban en una de ellas y hemos aprovechado para tomar una sopa caliente. Hemos tenido que avisarles que llevamos escolta canina, porque tenían carne secando en el exterior y si yo fuera Sissu… En el camino se ha montado un buen atasco causado por un autobús que se ha quedado literalmente encajado entre dos rocas, pero se ve que están acostumbrados, les hemos adelantado por la tangente, aprovechando nuestro reducido tamaño, pero al poco rato ya les teníamos pisándonos los talones. Nos hemos cruzado con un grupo de cicloturistas, probablemente coreanos. Con demasiado cansancio -físico y sicológico-, llegamos a Batal, un lugar en el que encontramos tres dhabas de piedra, además de otro “Rest House” a 1100. Aconsejados por la pareja de ayer, nos quedamos en la segunda dhaba por la derecha, de una agradable familia tibetana -abuelos, hija y nieto- como nos habían dicho. Nos “acomodan” en una pequeña cabaña con paredes de piedra y cubierta de plástico. Es algo más barato que ayer -pagamos 530INR por la habitación, dos tortillas, 4 chapatis, dos tés, más la cena y desayuno habituales-, pero también más modesto. Merendamos tortilla en bocata, buscamos un rincón para la ducha, y descansamos un rato. A la hora de la cena, el comedor está a tope: camioneros, turistas alojados en el hotel y nosotras. La cena está rica, como es habitual en el menú también hhabiitual, aunque comienza a aburrir. En todas las mesas hay botellas de whisky o algún otro licor, pero se bebe con moderación, incluso nos invitan a un trago pero, la verdad, no apetece. En función de cómo descansemos, decidiremos qué hacer mañana. |
MARTES 4/08
BATAL – CHANDRA TAL
Buruan genituen aukeren artean, bizikletak aparkatzearenak irabazi egin du. Garbi eta koipetuta utzi ondoren, oinez hurbildu gara Chandra Tal lakura.
BATAL – CHANDRA TAL
Buruan genituen aukeren artean, bizikletak aparkatzearenak irabazi egin du. Garbi eta koipetuta utzi ondoren, oinez hurbildu gara Chandra Tal lakura.
Son más de las 9:30 cuando salimos, nuestro “hostelero” mira el reloj como diciendo “me parece que andáis tarde”. Recorridos unos 3km de carretera, un desvío marca...¡14km hasta el lago!, creíamos que los tres anteriores ya estaban incluidos en los 14. Nos sigue Sissu, está agotada, pero no sabemos qué es lo que le mueve. El camino es bueno, mejor que la carretera de ayer. El Paisaje, impresionante: el río Chandra en el fondo del valle, ancho, con amplias llanuras de inundación; al fondo se asoman los glaciares, uno de ellos llega casi hasta el cauce del río. La pista sube y baja, pero sin grandes sobresaltos. Y cuando llevamos unas dos horas caminando, nos alcanza un 4x4 con 5 jóvenes hindúes y una pareja de turistas que estaba ayer en Batal -después nos enteraremos que son israelíes, pero no lo aparentan-. Marta les pide que nos acerquen al lago y lo hacen, gustosos. Ha sido una suerte, aunque no para Sissu, que nos sigue corriendo, porque queda un buen trecho hasta el lago. El tramo final, sobre todo, se pone cuesta arriba hasta para el todo-terreno. La pista finaliza en un muro a escasa media hora del lago, muy bonito, aunque lo realmente espectacular está al otro lado de las colinas que lo rodean, con unas magníficas vistas de montañas y glaciares. Nos acercamos a la orilla del lago, hace calor ahora. Allí están nuestros “taxistas”, que no tienen ninguna pega para acercarnos después hasta el cruce con la carretera a Batal -ellos van a Losar-. Quedamos a las 15:00. Perfecto. Nos tumbamos un rato y cuando regresamos al punto de reunión, vemos con sorpresa a Sissu, que nos encuentra rápidamente. Es increíble, porque en los últimos kilómetros hay varias entradas a campamentos de tiendas donde podía haberse desviado. Llega la hora estipulada, la pareja israelí viaja también, pensaban quedarse en una tienda, pero les piden 1200INR por persona -suponemos que el precio incluirá cena y desayuno, pero no lo sabemos fijo-. Y como contratiempo de vuelta, un cambio de rueda que perdía aire tras chocar con una roca. Nos apeamos en el cruce, agradecidos, y desandamos los 3km recogiendo guisantes frescos que nos van a venir al pelo para cocinarnos una pasta con ajos y pasas. Eran las 17:30 cuando llegamos a casa, y una hora más tarde descansamos en nuestro "bungalow”. En el camino de regreso, en el coche aún, nos hemos cruzado con dos ciclo-viajeros impecables; por detrás, iba Nala. Sissu se ha quedado en el lago, no creo que regrese hasta aquí, aunque esta esta perra no deja de sorprendernos. En Batal sólo queda Chhatru, pero no la veo con fuerza ni ganas de seguirnos. Da la impresión de que el trío se ha disuelto definitivamente. Cenamos tortilla con chapati a las 20:30. Hoy hay menos movimiento, sólo una pareja israelí y dos ingleses -yankis, quizás-, además de nosotros dos. La familia de la dhaba quiere cerrar pronto, especialmente la hija, que no para y está agotada. Hacia las 21:00, como nos habían anunciado, el aire ha parado por completo, aunque hoy ha soplado más suave. En el cielo de Batal no cabe ni una sola estrella más. |