DOMINGO 27/03
7ª ETAPA: MERZOUGA – RASSINI – bus – TAZZARINE – CAMINO DE ZAGORA
(74km/4h 55min)
Atzera egingo dugu pedalei eraginez Rassiniraino, eta handik autobus batek Tazzarinera eramango gaitu. Hortik aurrera, ibilbide ez oso ziur batek Zagorara eraman beharko gintuzke, 80 km inguru paisaia erdibasamortuko eder batean zehar. Akazien arantzek, zulaketak gure buruhausterik handiena bihurtuko dituzte
7ª ETAPA: MERZOUGA – RASSINI – bus – TAZZARINE – CAMINO DE ZAGORA
(74km/4h 55min)
Atzera egingo dugu pedalei eraginez Rassiniraino, eta handik autobus batek Tazzarinera eramango gaitu. Hortik aurrera, ibilbide ez oso ziur batek Zagorara eraman beharko gintuzke, 80 km inguru paisaia erdibasamortuko eder batean zehar. Akazien arantzek, zulaketak gure buruhausterik handiena bihurtuko dituzte
Por la mañana, ya se distinguen caravanas de dromedarios y gente en las dunas contemplando el amanecer. En el albergue, puntualmente, a las 7:30 como habíamos pedido, estamos desayunando en silencio, para no despertar al guía y a otro chaval que ayuda en el negocio. A las 8 de la mañana ya estamos pedaleando y en dos horas estamos ya en Rassini. Hasta nos ha dado tiempo de comprar dos pañuelos y agua para el viaje en autobús que nos espera. En la estación, comienza la dura tarea del regateo: nos piden 30dh a cada uno pero por las bicis, no tienen ni idea. Finalmente, les pagamos 30dh y todos contentos. En el bus, unas fuertes palmadas sustituyen al timbre de parada y el país donde la prisa mata, asombra el poder del conductor, que arranca sin avisar y para donde le viene en gana. Hay dos ayudantes, uno que cobra y otro que se encarga de las palmadas para parar y de la orden de arrancar, un fuerte golpe en el lateral del bus. Pero queda bien claro que entre sus funciones no está el ayudar a las mujeres bereberes que, con sus largas túnicas negras que sirven de cobijo a los críos, suben las escaleras del autobús cargadas de bultos y bolsas. A eso de las 2 de la tarde estamos en Tazzarine. Hacemos alguna compra, cogemos agua abundante, incluso llenamos el “camel-bak” y con unos cuantos kilos de peso extra salimos, hoy más que otros días, a la aventura. En un cercano cruce, encontramos dos opciones para llegar a Zagora, de 83km una y de 130 la otra. En la nuestra, la más corta, un cartel dice algo así como que el firme se acaba al de 30km. De momento, disfrutamos del asfalto y seguimos hasta un pueblecico en el que nos recibe un grupo de chavales que nos dicen que debemos dejar la carretera y tomar la pista. No lo tenemos muy claro, pero finalmente decidimos hacerles caso. Uno de los críos se pone por delante en su bicicleta y el resto, corren por detrás, descalzos. Hace un calor insoportable y la pista está bastante mal, pero parece que las piedras no les importan demasiado. Los kilómetros pasan y les pido que se den la vuelta, pero no hacen ni caso. Me paro y reparto unas galletas y agua que beben ávidamente. Los niños más pequeños, de 5 ó 6 años, me atienden y deciden volver a casa. Ya sólo quedan dos chavales algo mayores y el de la bici. A uno de ellos, le regalo una camiseta de la Herri Krosa de Santutxu y se da la vuelta; al de la bici, Javi le regala su térmica de manga larga y al tercero, que corre descalzo como un profesional (a veces para a esperarnos), sus zapatillas de atletismo. Es el momento que decide volverse, no vaya a ser que nos arrepintamos. Es asombroso, ha estado corriendo con nosotros cerca de 45 minutos, descalzo, a 10 ó 12km/h y aparentemente no está hecho polvo. Las zapatillas le quedan un poco grandes, pero se las ha ganado y esperamos que las disfrute. A estas alturas, sólo queda el de la bicicleta, que nos acompaña un poco más, hasta que decide también dar la vuelta, no sin antes pedirnos unos dirham. Nosotros, le damos las gracias y continuamos solos, más ligeros de equipaje. De momento, la pista es bastante transitable, el paraje es muy bonito, recorremos la vega de un río con palmeras y pequeños huertos y la luz del atardecer se agradece. Nos sale al paso un nómada vendiendo trilobites, pero sólo nos interesa saber si vamos bien hacia Zagora y la distancia, que son 40km según nos dice. Un poco más adelante, nos acercamos a un pueblo en el que nos reciben los críos del comité de bienvenida, uno de ellos con un “gekko” a las espaldas. Nos dicen que hemos dejado un poco más atrás el camino a Zagora, así que reculamos y llega entonces el primer pinchazo de Javi. Cambiamos la cámara rodeados de chavales. Estamos atravesando una fértil zona de cultivos, la gente trabaja el campo, pero sabemos que si paramos a por agua, puede ser una locura y decidimos seguir camino. Javi ha vuelto a pinchar, el firme empeora bastante, hay bastante piedra suelta y estamos cansados, pero es mejor seguir algo más, porque la zona está demasiado expuesta para acampar. Finalmente, la pista desciende hacia una zona de acacias y una especie de cauce arenoso nos lleva hacia una de ellas donde, exhaustos, ponemos la tienda. El sitio, rodeado de montañas, es espectacular. Mientras montábamos la tienda y preparábamos la cena, se nos a acercado un tranquilo chavalillo, con sus trilobites. Nos ha hecho compañía un rato para marcharse, sin más. Hemos cenado una sopa y un arroz a la luz de las estrellas y cuando la luna ha aparecido tras las montañas, hemos decidido que era buena hora para dar por concluida la agotadora jornada de hoy. |
LUNES 28/03
8ª ETAPA: CAMINO DE ZAGORA – ZAGORA
(65km/6h 40min)
Badaude 65 km oraindik Zagoraraino, pneumatikoak eta gure indarrak probatuiko dituen bidea.Jatekorik eta urik gabe uzteko zorian egon gara, baina badira putzuak, eta baita haima bat ere ezerezaren erdian, datilak eta te goxoa gozatzeko. Bide zaila izaten da batzuetan, eta bultza ere egin behar izaten da bizikleta, pilatutako hondarra dela eta. Baina merezi du. Zagoran sartzean, kartel batek Tombuctourainoko gameluzko bidaldiak iragartzen du, beste garai bateko kontu magikoak.
8ª ETAPA: CAMINO DE ZAGORA – ZAGORA
(65km/6h 40min)
Badaude 65 km oraindik Zagoraraino, pneumatikoak eta gure indarrak probatuiko dituen bidea.Jatekorik eta urik gabe uzteko zorian egon gara, baina badira putzuak, eta baita haima bat ere ezerezaren erdian, datilak eta te goxoa gozatzeko. Bide zaila izaten da batzuetan, eta bultza ere egin behar izaten da bizikleta, pilatutako hondarra dela eta. Baina merezi du. Zagoran sartzean, kartel batek Tombuctourainoko gameluzko bidaldiak iragartzen du, beste garai bateko kontu magikoak.
Dormimos como troncos, si hubiesen querido, podían haberse llevado hasta la tienda. Nos visitan tres niñas y un niño, nos acompaña también un pequeño rebaño de dromedarios, es curioso verlos así, en libertad. Comen tranquilamente las hojas de las acacias, aparentemente ajenos a sus duras y afiladas espinas. Recogemos los trastos y nos disponemos a afrontar la que, seguramente, ha de resultar una dura etapa de pista. Aunque los dos sabemos que tenemos por delante unos 60km de pista, no lo mencionamos. En principio, sin ser un camino tan malo como el de Tamtattouchte, no es bueno tampoco, tiene tramos de piedra suelta y otros de arena en los que nos hundimos. Teníamos tres litros de agua y cuatro barritas, pero las provisiones descienden rápidamente. Vemos a lo lejos un pozo pero el agua está muy baja y no hay balde. Al acercarnos, he pinchado con una espina de acacia, que son como agujas. Al salir, coincidimos con una paisana que, sin duda, va en busca de agua, con sus cuatro burros cargados de garrafas de plástico. A lo lejos, un reflejo llama nuestra atención y con los prismáticos vemos que se trata de un todo terreno; junto a él, algo que quizás podría ser un pozo así que, en una bifurcación tomamos una pista infernal que nos lleva hasta una haima, en el centro de ninguna parte, pero estratégicamente situada junto a la pista que, atravesando el desierto, va de Merzouga a Zagora y junto a un pozo en el que nos reencontramos con la mujer de los burros. Ayudo a la mujer a subir los baldes de agua (pesan bastante) y a llenar las garrafas; Javi me coge el relevo y para acabar, llenamos nuestras botellas y el “camel-bak”, cinco litros en total. Añadimos pastillas depuradoras y nos sentamos un rato a la sombra de la haima con los dos marroquíes y el chavalillo que regentan el “negocio”. Tomamos té preparado en una vieja tetera y unos sabrosos dátiles (a pesar de tener un aspecto exterior feo y estar tomados por las hormigas). Nos dicen que tenemos aún unos 35km hasta Zagora, a lo que hay que sumar un puerto, el Tizi-n-Tafilalet. Nos recomiendan tomar una especie de sendero que discurre paralelo a la pista principal, más fácil para la bicicleta y efectivamente, mientras dura, ayuda bastante. Nos despedimos y les damos 20dh que les dejan encantados, pero no saben ellos la ayuda que ha sido el aporte energético de los dátiles, porque no nos quedan ni barritas ni pan, sólo salchichón. Hace calor, hemos tenido suerte de encontrar agua. El trazado no es muy duro, aunque algunos tramos son casi intransitables. Al final, el puerto apenas si se ha notado y a medida que la tarde avanza, los ánimos mejoran, como la luz. Sobre todo cuando, a lo lejos, se adivina ya Zagora entre la bruma. Nos comemos el salchichón a pelo a la sombra de una acacia y afrontamos los últimos kilómetros, duros debido al cansancio y al terreno, cada vez más arenoso y que nos obliga a echar el pie a tierra con frecuencia. Pero, al fin, entramos en Zagora hacia las 18:30, anocheciendo ya. Pasamos junto a la famosa señal de “Tombuctou, 54 días a camello” y en el centro del pueblo, una callejuela nos lleva hasta el “Hotel Chez Ali". No hay habitaciones (¡¡horror!!) pero nos dicen que podemos quedarnos en una haima. Estamos derrotados, preferimos una habitación “clásica” pero ante su insistencia, aceptamos ver la haima y nos sorprende, con el techo de rafia, sólo le faltan las camas, sustituidas por unos colchones en el suelo. El sitio es acogedor y decidimos quedarnos; además, sólo el jardín ya merece la pena. Junto a la entrada, hay espacio para las bicis y para colgar una cuerda para la colada. El precio, 140dh en media pensión. |
Cenamos hacia las 8, en el jardín, a la luz de unas velas, dos tallines, ensalada, tortilla y de postre, naranjas con canela y macedonia. Y además, tienen cerveza. Poco más se puede pedir. En cuanto a la cena, el tallín de pollo sólo tiene eso, pollo; está más rico el de carne, que lleva también ciruelas.
Estamos rodeados de turistas franceses jubilados más descansados que nosotros, que nos retiramos pronto.
Estamos rodeados de turistas franceses jubilados más descansados que nosotros, que nos retiramos pronto.
MARTES 29/03
9ª ETAPA: ZAGORA – TANSIKHT
(65km/3h 35min)
Etapa erraza Tansikht-eraino. Lehen kilometroak, Zagoraren palmondo ederraren ondoan.
El desayuno en el jardín es delicioso: zumo de naranja, pan con aceite, mantequilla y mermelada, café, … Decidimos dar una paseo por el pueblo para comprar unos dátiles (no hay suerte), tomamos un recafé en el “Café du Sud” y a eso de las 12:30, salimos.
9ª ETAPA: ZAGORA – TANSIKHT
(65km/3h 35min)
Etapa erraza Tansikht-eraino. Lehen kilometroak, Zagoraren palmondo ederraren ondoan.
El desayuno en el jardín es delicioso: zumo de naranja, pan con aceite, mantequilla y mermelada, café, … Decidimos dar una paseo por el pueblo para comprar unos dátiles (no hay suerte), tomamos un recafé en el “Café du Sud” y a eso de las 12:30, salimos.
El recorrido discurre junto al inmenso y bello palmeral de Zagora. El recorrido está resultando muy cómodo y cerca de Tansikht, con unos 65km, aprovechamos para avituallarnos y llenar el depósito en un pozo cercano. Al otro lado del río hay sitios muy buenos para acampar, pero aún hay mucha luz y nuestros maillots llaman mucho la atención, así que enseguida nos rodean los chavales del lugar. Decidimos continuar un poco más por el desvío que hemos cogido, la carretera que conduce a Tazzarine. El paisaje es bastante llano y no es fácil la elección, pero al final nos instalamos a unos 200 metros de la carretera, tras una acacia, con la esperanza de pasar desapercibidos. Esperamos a que baje algo más la luz para montar la tienda; mientras, vamos preparando la cena Hoy no apetece la ducha y por primera vez, nos acostamos sin la compañía fiel de la luna. |
MIERCOLES 30/03
10ª ETAPA: TANSIKHT – OUARZAZATE
(97km/5h 40min)
Ouarzazatera itzuli gara, ia 100km gaur ere. Bidean, Tizi-n-Tinififfteko 19km leunak, paisaia harrigarriak eta ohar diskordante bat besterik ez, Ouarzazateko zabortegiaren ondotik igarotzean lehertzen zaizkigun plastikozko ehunka poltsak, gainean hegan egiten.
10ª ETAPA: TANSIKHT – OUARZAZATE
(97km/5h 40min)
Ouarzazatera itzuli gara, ia 100km gaur ere. Bidean, Tizi-n-Tinififfteko 19km leunak, paisaia harrigarriak eta ohar diskordante bat besterik ez, Ouarzazateko zabortegiaren ondotik igarotzean lehertzen zaizkigun plastikozko ehunka poltsak, gainean hegan egiten.
Por la mañana, de nuevo nos acompañan los dromedarios pastando en las cercanías. Hemos pasado una noche muy tranquila, sin sobresaltos. Desayunamos y desandamos los casi 5km hasta la carretera que lleva a Agdz, pueblo del que nos separan unos 30km. En el pueblo de nombre impronunciable, hacemos una paradita para tomar un té con dátiles en una terraza. Descansados, afrontaremos ahora el Tizi-n-Tinififft, con pan y agua en las alforjas. Es el de hoy uno de los días más calurosos que hemos pasado en Marruecos. Afortunadamente, las pendientes no son muy fuertes. En lo que suponemos será el alto del puerto hacemos una parada. La luz no es buena, pero es impresionante la vista de las montañas y del trazado del puerto que estamos subiendo. Y digo bien “que estamos subiendo”, porque al doblar la siguiente curva en la que suponíamos que empezaríamos el descenso, vemos cómo la carretera se pierde a lo lejos en suave, pero continuada pendiente. Al final, resultarán 19km de subida. Culminamos el puerto, apenas tenemos agua, pero en el valle, se divisa un pueblo donde esperamos poder comprar. El recorrido es bonito, un poco rompe piernas y además, estamos cansados. Al final de un descenso, se ven al fondo unas preciosas formas rocosas, emergiendo del llano. Nos acercamos ya a Ouarzazate y debemos estar entrando por el vertedero municipal. No había visto tal concentración de bolsas de plástico negras en la vida. Es un espectáculo lamentable, es impresionante la sensación de suciedad. Así que, entre el paisaje, los últimos repechos, el calor y los 100km que nos hemos metido hoy, las primeras casas del pueblo nos saben a gloria. Nos hospedamos en el mismo hotel de hace 10 ó 12 días. Repetimos también habitación y ducha. Más descansados ya, como hacemos habitualmente, nos damos un largo paseo, demasiado largo, para repetir también más tarde restaurante (La Fibule), camarero y cervezas (a 2 € cada una). No puede dar el día más de sí y nos acostamos. |