Como decía la canción de Juan Luis Guerra, “eran las cinco de la mañana” y los tapones comienzan a filtrar movimiento en el pluridisciplinar pabellón de Mar Bella, que lo mismo vale p'a un roto que p'a un descosido y donde los pitidos y bufidos del partido de futbito se mezclaban con sones de jazz y murmullos de la caravana. Aplausos al desayuno que nos han preparado las gentes de Barcelona: zumo ecológico y repostería variada que acompañado con el melón de los payeses, ha resultado perfecto. Con puntualidad suiza, a las 7:00 estamos preparadas para entrar en el túnel del tiempo-autobus destino Milán. Catherine, nuestra animadora tan pluridisciplinar como el polideportivo - sólo le falta expulsar moscas del bus- nos ha dejado 2 horas de relax antes de enfrentarnos al documental que revela cómo el gran hermano está amparado por la ley para controlar todos nuestros movimientos, accediendo a toda la información que, sin saberlo, le damos. Aún no había finalizado el documental (aunque ya sospechábamos que el asesino era el mayordomo), cuando una parada repentina nos ha enfrentado a la gran caravana formada, al parecer, tras un accidente. De pronto, sobre el asfalto que funciona como horno refractario, Mikel, navaja albaceteña en mano, se aplica en cortar un hornazo XXL, descubriendo que, tal y como pensaba, hay gente vegana que le da a todo. Sonaba la gaita mientras en mi cerebro, "el viaje a ninguna parte" se perfilaba como el título más adecuado para este diario, subtitulado "cómo sobrevivir tres días en el arcén de una autopista francesa a base de hornazo y melón". Esperad que Aduriz descubra las posibilidades que tiene el maridaje hornazo de tocino y chorizo con melón. Claro que en el arcén de una autopista todo sabe más rico. En medio de este pseudo kaos, ha aparecido el proyecto solidario "Zaporeak" que da comida a personas de 3 campamentos en la isla de Kios. Arkaitz nos ha acercado la experiencia dura y bella de compartir con gentes desesperadas, en un mundo gris donde las niñas vuelven a ser la esperanza y ponen el color con sus sonrisas. En las vallas luminosas de las autopistas francesas, probablemente en relación al atentado de Niza, "liberté, egalité, fraternité". Que cada cual interprete el mensaje. Tras los cristales, se suceden viñas y cereal. Dentro del bus, dividido en frontera norte y frontera sur, parece que el cancionero no acaba de cuajar asi que Bea, nuestra animadora socio cultural mundana - Catherine intenta trabajar más el intelecto en la medida de sus posibilidades - nos amenaza con música narco si no aceptamos su bingo. Resulta ser una profesional del divertimento favorito de los jubiletas. Llama la atención su proverbial capacidad para explicar lo que es línea siempre en sentido horizontal. Nati resulta la gran vencedora del melón exequo con Saioa, además de dos tomates y un pepino. Conmovida por su suerte la nombramos reina republicana de la huerta de los paisos catalanes. |
Pasamos por Costa Rica, que esta vez no es Getxo, sino Mónaco - que nos devuelve la imagen distorsionada de este mundo donde el reparto de la riqueza es tan desigual como el de los premios del bingo -. Entramos en Italia conscientes de que en este viaje no llegaremos a tiempo a la mayoría de las citas.
Alicio, nuestro chófer oxímoron de feminismo, nos cuenta chistes de adolescentes con mucha almeja, calamar y con alto contenido en ácido úrico. La costa italiana se recorta entre túneles y viaductos.
Son las 9:10 y aun no hemos arribado a Milán. Hemos cambiado el azul por el verde y en el horizonte se perfilan altas montañas. En medio de una crisis humanitaria de la caravana, Ana se erije bertsolari oficial del cutre guay bus donde, una vez más, se demuestra que, a falta de wc, el verdadero equipaje importante en la vida es la humanidad ¿Quien quiere wc? Y se arranca con este verso:
Greziarako bidean
bagoaz autobusean
Milanera ea iristen
eguna jada luzea
Salonikaraino goaz
No border camp
parte hartzera
beste herrietako hainbeste
egoera salatzera
eta hara iristean
hauxe da gure xedea
Justizia eta bakea
munduan zabaltzea
Cuando ya pensábamos que Milán, como Teruel, no existía, llegamos por fin, tras 14 animadas horas en la caravana de la alegría. Son las 21:30, hace una temperatura perfecta y suena música rock en directo de un grupo al que le hubiera pegado más hacer soul.
A las 23:00, paramos en el youth hostel para descargar el cargamento de jóvenes. El trayecto a la fábrica se hace largo, pero algo ocurre al olor de la cerveza, porque de repente la noche se hace joven. Yo me disfrazo de Robin Hood y con el antifaz, los tapones y el cansancio, recurro al único aislamiento que debería estar permitido. Apenas tengo ocasión de hacer examen de conciencia, porque en seguida caigo en los brazos de Morfeo.
Alicio, nuestro chófer oxímoron de feminismo, nos cuenta chistes de adolescentes con mucha almeja, calamar y con alto contenido en ácido úrico. La costa italiana se recorta entre túneles y viaductos.
Son las 9:10 y aun no hemos arribado a Milán. Hemos cambiado el azul por el verde y en el horizonte se perfilan altas montañas. En medio de una crisis humanitaria de la caravana, Ana se erije bertsolari oficial del cutre guay bus donde, una vez más, se demuestra que, a falta de wc, el verdadero equipaje importante en la vida es la humanidad ¿Quien quiere wc? Y se arranca con este verso:
Greziarako bidean
bagoaz autobusean
Milanera ea iristen
eguna jada luzea
Salonikaraino goaz
No border camp
parte hartzera
beste herrietako hainbeste
egoera salatzera
eta hara iristean
hauxe da gure xedea
Justizia eta bakea
munduan zabaltzea
Cuando ya pensábamos que Milán, como Teruel, no existía, llegamos por fin, tras 14 animadas horas en la caravana de la alegría. Son las 21:30, hace una temperatura perfecta y suena música rock en directo de un grupo al que le hubiera pegado más hacer soul.
A las 23:00, paramos en el youth hostel para descargar el cargamento de jóvenes. El trayecto a la fábrica se hace largo, pero algo ocurre al olor de la cerveza, porque de repente la noche se hace joven. Yo me disfrazo de Robin Hood y con el antifaz, los tapones y el cansancio, recurro al único aislamiento que debería estar permitido. Apenas tengo ocasión de hacer examen de conciencia, porque en seguida caigo en los brazos de Morfeo.