Siendo asertiva hasta las últimas consecuencias, hasta al fascismo se le puede reconocer algo positivo: es mucho menos cansado que la democracia participativa. Igual es el déficit que tenemos después de 40 años de dictadura sin depurar y ya otros casi 40 de pseudodemocracia. Salimos aletargados de un modelo fascistoide que se reproducía desde la escuela, y nos enseñaron a competir y no a colaborar, porque el sistema, del cual me declaro insumisa, así lo requería. En la estrenada transición, el partido comunista recién legalizado se comió con patatas una monarquía. Puede que como los catalanes de la CUP nos han enseñado, haya momentos históricos en los que hay que pactar sí o sí, pero pienso que los pactos tienen que ser en torno a objetivos y que no deben desnaturalizar a las partes. La CUP también nos ha enseñado que las grandes decisiones hay que tomarlas por una mayoría significativa y que en un acuerdo todas tenemos que sentir que hemos conseguido algo, pero también que hemos cedido en algo. La asamblea general de la caravana se demoró durante más tiempo del necesario y comenzó como nunca debe comenzar una asamblea de estas características, con reproches. Nadie dijo que la autogestión fuera fácil, el sistema no quiere que lo sea. Seremos pues, comedidamente críticas, pero nuestra crítica estará siempre enfocada desde la asertividad y será constructiva. Eva, de Madrid, modera la asamblea y nos demuestra la aportación que el 15M le ha hecho a la sociedad. Estos nuevos modelos generacionales son más conciliadores e igualitarios, no debaten con la pasión que lo hacemos las vascas, pero aparcar pasiones ayuda a conciliar. Toma la palabra Tasula, La persona encargada del campamento, para agradecernos nuestro apoyo y presencia. Explica además el esfuerzo económico y humano que requiere y la necesidad de contribuir en ambos, algo que se acepta por mayoría. Anuncia una visita inmediata a un campamento e informa que quedan 20 plazas libres en el bus. Inmediatamente hay una desbandada de gente dispuesta a asistir. Parece que lo de que venimos en misión de denuncia política, es algo que no todas compartimos. Mi sensación es que las vascas, tal vez por esa atávica costumbre llamada disciplina de partido que tenemos tan arraigada, permanecemos en la asamblea porque la situación que vivimos en Euskal Herria nos ha hecho seres políticos de nacimiento. Nos repartimos en comisiones: logística, informacion, limpieza... En la nuestra vamos a ayudar a los y las más pequeñas a pasar un rato agradable con la ayuda de la globoflexia. Inmediatamente me doy cuenta de que la atención no la tienen trabajada y de disciplina, ni hablamos. Hay uno que disfruta explotando los globos con la boca y la niña de mayor edad se erije en líder natural del grupo gestionándolos. Daniel en seguida se dedica a la improvisación y a la creación propia, dos valores que nuestro sistema educativo no impulsa tanto como debiera. Sudamos, reímos y como dice un amigo, no te preocupes por tus arrugas, que son de sonreír, de las buenas. Exhaustos, nos tomamos un descanso de un par de horas para ejercer de turistas comiendo comida griega en terraza de bar. "¿Italianos? ¿españoles? ¡Ah,... Bilbao! He estado -nos dice el camarero- luego os enseño fotos". "Seguro que se lo dices a todas, pensamos". Ensalada griega, tzatziki, berenjenas y de postre, helado “invitación” de la casa. No hay como preguntar a los lugareños porque, quién necesita la lonely planet. A las 5 regresamos y en el camino fotografiamos un bus turístico tuneado con un grafitti que reclama en ingles el orgullo perdido de las personas migrantes. Vero y Asier nos contarán más tarde que lo han hecho los alemanes en un trabajo perfectamente coordinado que ha durado apenas tres minutos. |
Nos reagrupamos para asistir a la manifa frente al consulado alemán y he de confesar que pocas veces habré sentido tanto no grabar las peripecias de la caravana. Si hiciera una prueba de agudeza visual y os preguntara cuál es el color de los anarcos, todas me contestaríais que es el negro, pero la caravana es colorida porque la formamos gentes diversas. Llegamos jadeando al final de un periplo “secreto” en el que nos esperaban los garantes del orden. Tocamos a morrosko por cabeza y sí que he sentido un poco temor ante sus dobles caras antigás y sus eternos ademanes de matones que parecen venir de serie. Se me había olvidado contaros que el desodorante me ha abandonado definitivamente, tal vez sea porque no lo uso. Miro las amenazantes máscaras y pienso que el abrotanomacho es mi gas mostaza, "sus hais de enterar". Gritamos y coreamos eslóganes en distintos idiomas, observando con un rabillo del ojo los movimientos de la policía y con el otro, los de los anarquistas. Finalmente cortamos la calle e iniciamos una concentración no permitida pero sí tolerada por Tesaloniki. No hay incidentes y la tensión se va disipando por momentos. El grupo de EH tenemos otra acción a favor de Nekane, una prisionera vasca residente en Suiza que huyó tras la sentencia del 18/98 y para quien España ha solicitado la extradición. Curiosamente, la iniciativa ha partido de un grupo de amigos suizos que están en el campamento. Nos concentramos más de 60 personas en la embajada suiza y coreamos gritos de “Euskal Presoak EHra!” y cantamos, porque a las vascas, aunque nuestro cancionero es más bien triste, nos gusta cantar "zain dago ama, zain aita zain…” para sorpresa de los jóvenes suizos que portan una pancarta de libertad para Nekane. Preciosa la triste luz de este atardecer naranja que nos deja exhaustas y contentas. A la entrada al campamento toca asamblea para hablar de las actividades que realizaremos. Es duro, pero nadie dijo que no lo fuera a ser, de todos los turismos, el activismo es el mas duro. Ni en el viaje a los Himalayas en bici pedaleando a 5000m me he sentido tan cansada. Y además, en este viaje toda dureza es relativa comparada con la otra realidad. En la asamblea son muchos los temas a tratar y también es mucho el cansancio. Los fundamentales son la salida a los centros de internamiento, el viaje a Idomeni y la acción ante la embajada. Recuerdo ante la asamblea que la dignidad la llevamos todas en serie y que es tan digno limpiar el wc y contribuir al cuidado y funcionamiento del campo, como acudir a los centros de detención. Dejamos la votación sobre cómo presentarnos ante la embajada, si en comisión o en pleno. Conseguimos un par de horas para seguir testando la gastronomía griega y a las 12 salimos corriendo cual cenicienta para asistir a la reunión de seguridad previa al turno de vigilancia, que se prolonga durante cerca de una hora: si pillamos a alguien robando, hay que fotografiarlo, invitarle a salir del campo; nuestros enemigos, los neonazis de "Amanecer Dorado" y los camellos. Hacemos la primera imaginaria. A la una de la mañana la policía motorizada hace acto de presencia y los camellos corren cual gacelas. El joven austriaco apodado Esteban saca una porra telescópica que maneja con la habilidad con que los de locomía manejaban el abanico. "Demasiada policia", dice. También lleva un bote que, o bien es laca para el tupé, o bien spray disuasorio. Iñigo nos ameniza un turno que transcurre sin incidentes. La haima nos espera. Necesitamos que el sueño repose este torbellino de emociones y nos ayude a canalizarlas. Gabon equipo. |