MIÉRCOLES 25/07
6ª ETAPA: SANTIAGO – CHIVIRICO
(78km/4h 50min)
Ez da azpimarratzekoa ezer gaurko etapan, bagoaz irlako egoeran ikuspuntu ezberdinak egiaztatzen. Baina gaur, berriro ere, beste topo egite ezatsegin izan dugu militarrekin alde batetik eta, bestetik, herritar baten diru-gosearekin, zeinek gure lepotik “peso” errez batzuk lortzeko aukera ikusi duen.
6ª ETAPA: SANTIAGO – CHIVIRICO
(78km/4h 50min)
Ez da azpimarratzekoa ezer gaurko etapan, bagoaz irlako egoeran ikuspuntu ezberdinak egiaztatzen. Baina gaur, berriro ere, beste topo egite ezatsegin izan dugu militarrekin alde batetik eta, bestetik, herritar baten diru-gosearekin, zeinek gure lepotik “peso” errez batzuk lortzeko aukera ikusi duen.
Nos levantamos pronto y enseguida aparecen José y Noa para prepararnos un café. Salimos dirección Chivirico, atravesando el río más contaminado del mundo. Nos detenemos en una zona turística donde conocemos a Eric, un joven de 22 años estudiante de 2º de derecho que dice que, cuando de gradúe, trabajará para los pobres, pues en Cuba existen las clases sociales. Todo el mundo está tan “jodido” que se pisotea entre sí pero, como es habitual, siempre son los mismos los más perjudicados. Su madre limpia en la escuela y el dinero no le llega para comprarle ropa. Hoy está tomando una cerveza, cosa que dice no hacer habitualmente. Según él, la juventud cubana está cansada, es “Fidelista” pero no socialista, están necesitados de un cambio. Anda siempre en guardia, pues al parecer anda cerca el responsable del CDR de la zona que vigila que no haya comportamientos ni comentarios “contrarrevolucionarios”. Sin contratiempos, llegamos a Chivirico, hambrientos. Se nos enrolla un locutor de deportes que nos lleva a un pequeño restaurante donde comemos un sabroso cerdo guisado. Andamos buscando alojamiento y nos dicen que un poco más adelante, junto al “cupé” (un supermercado), se alquilan unas cabañas. Llegados a ellas, resultan ser para disfrute exclusivo de los cubanos, así que optamos por salir un poco del pueblo para poner las tiendas en algún lugar discreto. Lo encontramos (o así creemos) junto a un pequeño camino. Al rato, se presenta un hombre diciendo que aquello es zona militar (sí que hay una alambrada, pero por allí no hay más que bosque y pasto), le damos las explicaciones pertinentes y, aunque a regañadientes, marcha, eso sí, advirtiéndonos que puede ocurrir que alguien llame a los militares y tengamos que marchar. Regresa poco después, acompañado esta vez por un tipo que dice que es militar y que insiste en que no podemos pernoctar aquí. El otro comenta que en su casa se han quedado en alguna ocasión una pareja de vascos. Insisten en nuestro bienestar, la seguridad del país, pero no mencionan lo más importante, su interés. Marchan, pero al poco rato, cuando ya nos estamos quedando dormidos, de nuevo voces, esta vez son militares de verdad, con la misma cantinela y que nos piden que nos identifiquemos. Esta vez, no hay derecho a réplica, tenemos que desmontar e instalarnos junto a las cabañas, en la playa. El tipo impresentable que nos ofrece su casa y que, evidentemente, ha llamado a los militares, insiste en su oferta, pero ni siquiera le respondemos y, de muy mal humor, escoltados por toda la cuadrilla, nos retiramos a la playa. Antes de marchar, nos someten a un “3er grado”: que de dónde venimos, que a dónde vamos, dónde nos hemos quedado, cuánto tiempo estaremos en la isla,… Como en cualquier parte del mundo, la ignorancia hace especialmente peligrosos a los militares. |
Dejamos las bicicletas al guarda de las cabañas (le han sacado de la cama al pobre hombre), los soldados insisten que, de otra manera, nos las van a “robal”. Ponemos las tiendas, sin sobre toldo, con intención de guardar dentro las alforjas y dormir en la arena, porque hace mucho calor y la humedad es muy alta. Pero hay muchos mosquitos y algo muy grande que corre por la playa y que no tenemos la seguridad de que no sea alguna araña de proporciones considerables. Ante tal presión, optamos por entrar a la tienda e intentar pasar la noche como se pueda. El mar bate cercano y con fuerza y no ayuda a conciliar el sueño.
JUEVES 26/07 7ª ETAPA: CHIVIRICO – LAS CUEVAS (55km/3h 25min) Kostaldetik gabiltza oraindik, batzuetan kartelek “carretera socavada” iragartzen dute, itsasoak errepidea eraman duenaren seinale. Kontua da hegoaldeko kostaldeko errepidea oso egoera txarrean dagoela. Pico Turquinora igotzeko asmoa genuen, baina sarbideak itxita daude… baldin ez bazaude prest ordaintzeko gida zerbitzuagatik eskatzen duten gehiegizko prezioa. Eta arratsaldeko bainu goxoaz gain, banana frijituak (kubatar berezitasuna) eztitu digu eguna. |
A las siete de la mañana ya estamos arriba y no empieza bien la jornada, se nos rompe una varilla de la tienda al desmontar, habrá que hacer un apaño. En un par de horas estamos en marcha. Subimos una primera loma y pedaleamos junto al mar. La costa no es especialmente llamativa, las playas son de piedra gris. A los pocos kilómetros, nos encontramos con las instalaciones abandonadas de unos baños termales. Las puertas están abiertas, así que entramos y efectivamente, eso es lo que encontramos, los restos de las cabañas que hacían de alojamiento, lo que sería en su día el restaurante, las duchas, etc y una piscina, ésta con agua, de un color un poco verdoso, pero que nos sirve para refrescarnos y zanganear un poco. Deambulan por aquí un par de paisanos que se supone que se encargan del mantenimiento de lo poco que queda, pero eso, sólo se supone. En La Muela hay un campismo en el que nos detenemos para tomar un refresco y comer arroz con una especie de salami de considerables proporciones (que será la primera y última vez que pida, por cierto). Unos 15km nos separan del Parque del Turquino y a medida que transcurre la tarde, la amenaza de tormenta desde la montaña se hace mayor. Llegamos al fin al acceso al Turquino, muy cerca de Las Cuevas, una cabaña junto a una edificación cutre. En el chozo hay tres turistas cubanos que acaban de llegar del monte. Hay también un guía que nos dice que el acceso al Turquino va a estar cerrado durante dos días, no nos queda muy claro si porque son días “feriados” o por unas obras de acondicionamiento que están realizando. Decidimos pernoctar aquí mismo, montamos la tienda como podemos, a pesar del montón de tornillos que ha traído Javi, la reparación de la varilla no resulta sencilla. Ambos nos animamos a darnos un chapuzón en el mar y después, una ducha con la “portátil” en el baño de la caseta, eso sí, con cuidado de no tocar nada, que hace mucho que por aquí no pasa una fregona o un trapo. Fuera, un grupo de montañeros de Camagüey que bajan hechos polvo, con las rodillas machacadas. Hay además otra pareja de cubanos con quienes intercambiamos fritura de plátano cocido (emplean unas enormes bananas verdes como sabroso sustituto de la patata). Mientras nosotros preparamos nuestra cena, llega un paisano procedente de La Habana, explicando que él tenía hecha una reserva para subir al Turquino y que cuando le han comunicado que estaba cerrado, ha conseguido negociar el permiso para él y también para nosotros y la pareja cubana. Saldríamos a las 4 de la mañana. Es entonces cuando el guarda nos da las tarifas vigentes: 20 pesos convertibles por persona, que se convierten en 25 si pretendemos llevar cámara de fotos. No aceptamos las condiciones, parece ser que en este país creen que somos sólo los turistas quienes hemos de arrimar el hombro para que echen a andar. Prescindiremos del monte, hemos de conformarnos con la playa. |
VIERNES 27/07
8ª ETAPA: LAS CUEVAS – PILÓN
(58km/3h20min)
Latzak dira gauak! Ez du batere freskatzen, denda itxita beroa itogarria da, atarian, eulitxo legio bat dugu zelatan eta atea zabaldu bezain pronto, haize freskoa sartuko ote den esperantzarekin, berarekin batera, barruan ditugu, gure zain goxoen bila. Norbaitek kontatu digu Camagüeyri dagokiola aurten Iraultzaren urtemugaren ospakizunak antolatzea. Urtean zehar, horren ardura duen komite berezi batek, probintzia guztien merezimenduak biltzen ditu (produktibitatea, komunitatearenganako zerbitzuak, odola ematearen ehunekoa,…) eta camagüey 92 puntu lortu omen ditu., ohore handia herriarentzat. Sierra Maestrako zonalde hau nahiko txiroa da, antzematen da jendeak beste lekutan baino errekurtso gutxiago duela. Telebista ere luxua da, herrixka batzuek partekatuta gela batean, telebista bakarra ere partekatu behar. Pilónen, gaurko helmuga, gure ostatua gobernatzen duen emakume atseginak, egundoko bertoko bazkaria prestatuko digu. Eta eguna borobiltzeko, “Kubako hirugarren karatekarik hoberenaren” ahotan, kontakizun asmaezina entzun dugu, “kulebroi” bat baino askoz ere mamitsuagoa. Izugarria da batzuen asmamena.
8ª ETAPA: LAS CUEVAS – PILÓN
(58km/3h20min)
Latzak dira gauak! Ez du batere freskatzen, denda itxita beroa itogarria da, atarian, eulitxo legio bat dugu zelatan eta atea zabaldu bezain pronto, haize freskoa sartuko ote den esperantzarekin, berarekin batera, barruan ditugu, gure zain goxoen bila. Norbaitek kontatu digu Camagüeyri dagokiola aurten Iraultzaren urtemugaren ospakizunak antolatzea. Urtean zehar, horren ardura duen komite berezi batek, probintzia guztien merezimenduak biltzen ditu (produktibitatea, komunitatearenganako zerbitzuak, odola ematearen ehunekoa,…) eta camagüey 92 puntu lortu omen ditu., ohore handia herriarentzat. Sierra Maestrako zonalde hau nahiko txiroa da, antzematen da jendeak beste lekutan baino errekurtso gutxiago duela. Telebista ere luxua da, herrixka batzuek partekatuta gela batean, telebista bakarra ere partekatu behar. Pilónen, gaurko helmuga, gure ostatua gobernatzen duen emakume atseginak, egundoko bertoko bazkaria prestatuko digu. Eta eguna borobiltzeko, “Kubako hirugarren karatekarik hoberenaren” ahotan, kontakizun asmaezina entzun dugu, “kulebroi” bat baino askoz ere mamitsuagoa. Izugarria da batzuen asmamena.
Hacia las 4 de la mañana se oyen los preparativos de los que marchan al Turquino. Dormimos un poco más y a eso de las 9 ya estamos pedaleando. Los primeros 20km son muy duros, lomas constantes, cortas pero duras. La carretera está en bastante mal estado. Cerca de la costa, como ayer, en algunos puntos el agua se ha llevado parte de ella; hacia el interior, cruzamos un puente medio hundido, como anuncia un cartel. En Marea del Portillo aprovechamos un restaurante para tomar una tukola y una sabrosa ración de arroz con pollo frito. Poco a poco, nos vamos convirtiendo en el foco de atención de los lugareños. Charlamos, nos fotografiamos, cogemos alguna dirección para enviarles las fotos,… Son majos, pasamos un rato agradable, pero llega la hora de salir. Nuestra siguiente parada es Pilón, donde cogemos gasolina para la cocina. Va siendo ya hora de ir buscando dónde dormir y lo que vemos cerca no nos invita a acampar, así que decidimos probar suerte en el pueblo, que no resulta ser tan grande como esperábamos. En la comisaría de policía, preguntamos por algún alojamiento, pero ni saben ni casi contestan tampoco. Nos remiten a los hoteles de Marea del Portillo. En la plaza nos hablan de un hotel (Sol del Caribe o algo similar se lee a duras penas en la desconchada pared) que por no tener, ni ventanas le quedan. Vista la situación, optamos por acercarnos a una “chopi”, comprar algo y acampar en cualquier lugar. Con las compras ya hechas, se nos acerca un joven ofreciendo la casa de su madre. Aceptamos y de camino, nos cuenta que él ha sido karateka y que no quiere dejar su país. Con éste y otros rollos llegamos a la casa (que, por supuesto, no es de su madre), pero el lugar es majo, está bien de precio (20$ la habitación y 5 más la cena, desayuno incluido) y la mujer es maja. Acomodamos las bicis, hacemos lo propio con nuestros cuerpos, nos duchamos y salimos a dar un paseo. Nos sentamos a tomar una cerveza en una terraza y reaparece entonces el “hijo”. Comienza entonces el increíble relato de una serie de “bolas” con las que haremos risas durante varios días: estamos, nada más y nada menos, que ante el tercer mejor karateka de Cuba, que ha tenido opciones de competir con la selección, pero alguna lesión se lo ha impedido; además, su hermano se ahorcó hace tres años cuando se enteró que su novia le era infiel; en cuanto a abandonar la isla, ni pensar, que sabe de buena tinta que una joven cubana marchó a Europa y allí, el tipo con quien fue, le sacó los ojos para ponérselos a su hija enferma; el recital acaba con la petición de un préstamo de 3,5$ para comprar una botella de ron, un regalo para una amiga que cumple los años, pero que descuidemos, que ahora no lleva suelto, que luego pasa por la casa a devolvernos el dinero (aún lo esperamos). Ya en la mesa, contamos a la paisana el “pasadizo” con el jinetero y se enfada, sobre todo por el tema del dinero. Que anden mintiendo también le perjudica a ella; le duele también esta juventud que recurre al engaño para conseguir algo de dinero cuando ella, nos cuenta, ha tenido que trabajar duro para levantar la casa en la que vive (prepara comidas con lo cual saca un dinerillo). Disfrutamos de un exquisito cochinillo asado, con la piel tostada; comemos además yuca, arroz con una salsa que llama “mojo”, sandía y mangos recién cogidos del árbol del jardín. Tras una breve sobremesa, nos acostamos. Pasamos gran parte de la noche matando mosquitos, pero también agradeciendo la suerte de haber encontrado esta casa, porque fuera está cayendo una tormenta del copón de la baraja. |
SÁBADO 28/07 9ª ETAPA: PILÓN – MANZANILLO (92km/5h 20min) Hasi bezain pronto, La Herradura mendatea dugu aurre, baina aldapak baino, beroak eta hezetasunak, gogortzen dute igoera, izugarrizkoak dira goizeko orduetan jada. Ekaitz eguna, bata aurrekoa baino indartsuagoa, Manzanillon harrapatu gaituena beldurtzekoa izan da. Eta herri honetan, berriro ere, batean kale, bestean bale: taldetxo batekin egin dugu topo, ron edaten zeudela eta solasaldi lasaia eta atsegina mantendu dugu baina gero, haietako batek, eguraldi nahasiaz eta euritsuaz etekinik atera nahian, gela ziztrin baten prezioa biderkatu nahi izan du. A ze nolako gurutze!!! |
Desayunamos abundantemente, hasta huevo frito tenemos y para las 8 ya estamos en ruta. Tras escalar La Herradura (llegamos al alto empapados en sudor, como nunca), el perfil se suaviza y así seguimos hasta Media Luna. Un hombre charla con nosotros; como toda Cuba, él también tiene una abuela en Galicia, recursos que emplean muchos para solicitar la doble nacionalidad y así intentar lograr la “visa”. De nuevo en la carretera, una fuerte tormenta nos obliga a buscar refugio en el porche de una casa. Desde él, vemos las noticias en la televisión y la parte propagandística del régimen: en la celebración del día 26 de Camagüey se ha podido ver a Raúl Castro, pero ni rastro de Fidel; donación de equipamiento médico a un hospital boliviano; acuerdos para la cooperación con Venezuela; visita a una fábrica de aluminio en Granma… Cuba va bien. Acabado el noticiario, nos entretenemos ahora viendo a unos chavales jugando a fútbol entre charcos y barro. Acabado el aguacero seguimos hasta Campechuela. Es hora de comer y en un “jatetxe” cubano damos buena cuenta de un sabroso lomo y una correosa carne guisada; de postre, helado de chocolate y vainilla. Poco después, otra fuerte tormenta nos obliga a buscar refugio. Cuando escampa y a unos 6km de Manzanillo, un cartel anuncia una granja de cocodrilos y nos animamos a hacer la visita. Está cerrada, pero acceden a enseñárnosla por 5 c.u.c/cabeza. Nos parece abusivo, damos la vuelta e inmediatamente nos rebajan 5. Nos animamos y entramos, no hay guía y no se pueden sacar fotos. Tienen clasificados a los bichos por edades, la visita acaba por hacerse un poco monótona, lo mejor son las lagartijas (“camaleones” les dicen aquí), que cambian de color, desde un apagado y uniformado tono pardo, hasta una versión a franjas amarillas y azul turquesa. El destino de los cocodrilos es acabar en la cazuela de un restaurante que aún están levantando. Acabada la visita, llegamos a Manzanillo. A la puerta de una casa, 4 ó 5 personas le dan con alegría al ron y nos detenemos a charlar con ellos. Uno es profesor de física; otro, ha leído el “Código da Vinci” y habla del número “fi”, que el físico desconoce; un tercero, un negro jamaicano de unos añitos, se ofrece a acompañarnos a una casa que él conoce. Iniciamos la ronda y la cosa se pone fea: por una parte, el cielo se pone negro como la noche y por otra, no parece haber alojamiento en todo Manzanillo. Cuando se desata la tormenta, buscamos refugio en un hotel que, desgraciadamente, sólo es para clientes cubanos. Las calles se han convertido en ríos en cinco minutos. Cuando escampa, Jesus nos dice que un colega del jinetero nos ha encontrado dónde dormir, una habitación cutre, sucia, húmeda y plagada de mosquitos por la que pide 15 c.u.c (5, para el jinetero, que no ha resultado ser tan majo como parecía). Jesus está dispuesto a aceptar, pero nosotros le decimos que es un abuso, que se está aprovechando de la falta de alojamiento disponible, de que está anocheciendo y de que el tiempo no está nada claro. Nos marchamos, a pesar del enfado de Jesus, sabemos que hay un hotel y aunque de noche, con las amables indicaciones de un paisano que nos acompaña en su bici, llegamos al fin. Con las bicis guardadas en una especie de garaje vigilado, entramos al hotel, grande, con piscina a medio llenar y un par de bares semivacíos. Nos cobran 40 c.u.c por la habitación doble y 38 por la simple, es lo que hay. Al menos tenemos aire acondicionado y un baño y ducha en condiciones. Vemos que hay cubanos alojados y la recepcionista nos dice que el gobierno utiliza las estancias en el hotel como “estímulo”, un pago en especie por el buen comportamiento y fidelidad al régimen. |