LUNES 5/08 17ª ETAPA: LA ALBERCA – CANDELARIO (por Miranda) (61km/3h 15min) Repetimos parte del recorrido del día anterior pero, esta vez, en vez de ir hacia Las Batuecas, ascendemos al bello pueblo de Miranda, abandonándolo dirección Béjar. La carretera, bien asfaltada, es bastante rompepiernas, encargándose el Puerto de Cristóbal de rompérnoslas del todo. Pero las vistas desde arriba, desde Cristóbal, con la Peña de Francia al fondo, compensan el esfuerzo. Probablemente, por estas carreteras entrenará Heras… quién sabe, igual aparece. Descendemos tranquilamente, sin dar pedales, disfrutando, sin más. Marchamos a Candelario, cuatro kilómetros de subida. Y ya estamos en el camping “El castañar”, precioso por su arbolado, donde nos tumbamos indolentemente, medio sesteando. Por la tarde, tras la ducha, visitamos el pueblo que recordamos de una anterior visita, con sus batipuertas, sus regaderas, sus fuentes que le dan ese sonido tan peculiar, con sus pendientes empedradas. Nos tomamos un rico torrezno recién frito y decidimos cenar en un restaurante para celebrar los 2.000km que marca el ODO de Javi. MARTES 6/08 CANDELARIO Hacia las 11 de la mañana nos ponemos camino hacia la Garganta del Oso. Salimos camino de Navacarros y a tres kilómetros, tomamos una pista que sale a la derecha. Continuamos hasta cruzar el arroyo por un puente que no viene señalizado, pero como no lo vemos claro y no hay ganas de hacer el cabra, seguimos ascendiendo por la pista forestal. Nota: acabo de tomar una caña y un vino de pitarra y no sé cómo va a salir esto. Gracias a que han ido acompañados de dos torreznos como sólo los he comido en esta tierra. ¡Esto sí que es tocino de cielo! Decía que subíamos por una pista y subíamos y seguíamos subiendo hasta llegar a ninguna parte pero, como Forrest Gump, aburridos ya, decidimos dar la vuelta y bajar y bajar hasta el arroyo y allí, con los pies a remojo en las frías aguas, nos comemos el hamaiketako, aunque ya sean las tres de la tarde. Sesteamos y regresamos a la aventura, cruzando fincas y regatos, medio perdidos hasta que, entre el zumbido de diminutas moscas, llegamos a la carretera que nos devuelve al pueblo. |
MIÉRCOLES 7/08 18ª ETAPA: CANDELARIO – EL BARCO DE ÁVILA (por el Puerto del Tremedal) (46km/2h 35min) Hoy tenemos previsto recoger el coche, que lleva tres semanas solitario, al sol de Avila. Salimos a las 10 de la mañana; adelantamos a tres ciclistas en el Puerto de la Hoya y en Becedas, cogemos dirección al Tremedal. No recordamos esta vertiente que ya bajamos hace dos años y por si acaso, con el recuerdo reciente del sufrimiento en Las Batuecas, decido subir a ritmo, disfrutando del paisaje. La subida es preciosa, se va ganando altura progresivamente sin esfuerzo excesivo. Hasta la mitad, la carretera disfruta de la sombra de los castaños, después el paisaje se despeja apareciendo grandes moles de granito. Veo a Javi, que sube fuerte, a unos 300 metros; su maillot amarillo destaca entre el verde de los campos. En El Tremedal, se puede ver la Sierra de Gredos con algunos neveros que se resisten al calor veraniego. El descenso es un auténtico suplicio, pues en la carretera, en obras, se acumulan pequeñas piedrecillas que la hacen peligrosa. Desde El Barco de Avila, seis kilómetros nos separan de las 4 ruedas que encontramos al sol que más calienta y apenas protegidas por el parasol. Despojamos a las bicicletas de sus alforjas y parrillas con una mezcla de alegría y pena, pena porque esto se acaba y alegría, porque lo hace bien, sin sobresaltos. Mañana abandonaremos estas tierras y con ellas, este sol imperecedero que nos ha acompañado día tras día. Han sido 1170km de disfrute, un placer. |