VIERNES 28/07
1ª ETAPA: TBLISI - GOMI (tren) - CHIATURA
(58km/4h 20')
Hasi gara pedaleei eragiten, lehendabiziko eguneko beroarekin "lagun". Georgia nekazarian murgildu gara, Tblisi baino azkoz ere lasaiagoa. Atsegina da jendea, gidariek txirrindulariei begirune eskasa erakutsi arren. Etapa, gogorra, hankak apurtzeko modukoa. Baina, agian, lehena dela pentsatu behar dugu, garaiz gabiltza sasoi-sasoian izateko.
A las 4:30 ya estamos pedaleando por las calles casi desiertas de Tblisi. Nos lleva apenas media hora llegar a la estación, sin problemas. El tren sale finalmente a las 6:30. Es un tren viejo pero con encanto, uno de ésos en los que quienes viajamos en él, conservamos la opción de subir todos nuestros bártulos, maletas, sin más límite que el espacio fisico para ubicarlos. Es un contacto más cercano con la realidad de Georgia, lejos queda Tblisi. El billete cuesta 1GEL hasta Gomi. El tren se va llenando: un cura ortodoxo, campesinas y campesinos, jóvenes de estética un poco rusa todavía, aunque también visten vaqueros rotos.
1ª ETAPA: TBLISI - GOMI (tren) - CHIATURA
(58km/4h 20')
Hasi gara pedaleei eragiten, lehendabiziko eguneko beroarekin "lagun". Georgia nekazarian murgildu gara, Tblisi baino azkoz ere lasaiagoa. Atsegina da jendea, gidariek txirrindulariei begirune eskasa erakutsi arren. Etapa, gogorra, hankak apurtzeko modukoa. Baina, agian, lehena dela pentsatu behar dugu, garaiz gabiltza sasoi-sasoian izateko.
A las 4:30 ya estamos pedaleando por las calles casi desiertas de Tblisi. Nos lleva apenas media hora llegar a la estación, sin problemas. El tren sale finalmente a las 6:30. Es un tren viejo pero con encanto, uno de ésos en los que quienes viajamos en él, conservamos la opción de subir todos nuestros bártulos, maletas, sin más límite que el espacio fisico para ubicarlos. Es un contacto más cercano con la realidad de Georgia, lejos queda Tblisi. El billete cuesta 1GEL hasta Gomi. El tren se va llenando: un cura ortodoxo, campesinas y campesinos, jóvenes de estética un poco rusa todavía, aunque también visten vaqueros rotos.
Las afueras de la ciudad, los pueblos que van quedando atrás, las vías abandonadas con la triste compañía de esqueletos de trenes un día activos,... reafirman la excepcionalidad de Tblisi. En poco más de dos horas estamos en Gomi, no hay siquiera apeadero, casi un metro desde el vagón hasta el suelo y el tren que quiere continuar sin que hayamos bajado las bicicletas. Todo un momento. Gomi no es más que unas cuantas casas junto a la carretera 22 que debemos seguir. Comenzamos así esta aventura bicicletera por tierras de Georgia. Hace mucho calor y viento, éste bastante favorable, menos mal. La carretera está mejor de lo que creíamos, pero también más tráfico, claro. Paramos a comer en un restaurante de carretera, un local cutrecillo en el que probamos dos versiones de "libio", es decir, alubias. Que no se entere Juan, pero las acompañamos con Coca Cola. Todo por 10GEL. La primera parte, hasta el cruce con la 115, culmina en un puerto mentiroso: según el mapa, el final está tras una rampa al 6%, pero superada ésta, hay otra al 7 que hace daño. Pero pedaleo mejor de lo esperado, físicamente no estoy tan mal, otra cosa es anímicamente. La cosa se complica en el desvío, sigue haciendo muchísimo calor y la etapa es totalmente rompe piernas, con rampas que quitan el hipo. A cambio, hay menos tráfico. A menudo nos saludan desde los coches tocando el claxon. No respetan demasiado, pero son majos. El paisaje es rural desde que henos salido: cereal, maíz, algunas vides, extensiones sin cultivar y casas de campo modestas, muchas veces medio ocultas tras vallados. Recuerdos de Rumania. Alguna que otra fuente alivia la sed del ciclista. El objetivo es llegar a Chiatura, si algún riachuelo o fuente no se cruzan antes en nuestro camino. Y, efectivamente, es una fuente muy solicitada la que parece que pondrá fin a esta primera etapa. Con reserva de agua suficiente, trepamos una ultima cuesta que nos sitúa en una zona agrícola, de maíz y casas dispersas. Buscar un lugar discreto, es más complicado, como también lo es montar la tienda nueva, con el viento y la falta de experiencia. Con la tarea finalizada aparece un amable paisano que no pone ninguna pega al campamento. A la pregunta de si habla inglés, la negativa, pero parece que un vecino sí que lo habla. Y con él aparece un poco más tarde, mientras nos duchamos. Se llama Gabriel, muy majo, ofrece su número de teléfono por si tuviéramos cualquier problema durante la noche. De no tener la tienda montada, es probable que hubiéramos tenido cobijo. Cenamos y nos acostamos, la cocina ha funcionado a la perfección. Son poco más de las 20:30. Pongo en orden estas notas y a leer un poco. Aunque el paisano decía que no iba a llover, caen ya las primeras gotas. |
SÁBADO 29/12 2ª ETAPA: CHIATURA - VARDIGARA (37km 3h 20') Eguraldia, eskasa, paisajea bezala batzutan, bereziki Chiaturan, industria-gainbehera eta ingurumenarekiko errespetu ezaren seinale. Herrialde honetako profil gogorra sufritzen jarraitzen dugu, gaur, aldapez baino, mendateez hiz egin dezakegu. Euriak dena zaildu egiten du, baina "yin" orok (edo "yan", ez dakit), bere "yan" ("yin" ez bada) dakar: Madona eta bere gertukoen esku, Georgiako abegikortasuna eta izaera atsegina ezagutzeko aukera izan dugu. No ha parado de llover en toda la noche. Cuando, por la mañana, me asomo, nos rodea una espesa niebla, aunque frío no hace. Son las 10:30 cuando parece que comienza a levantar y cerca de las 12:00 cuando nos ponemos en marcha. Apenas quedan 6km a Chiatura, los últimos 3 ó 4, una fuerte bajada con el asfalto, cuando lo hay, en muy mal estado. Entramos de lleno en un valle que debió ser minero, totalmente decadente hoy, con explotaciones abandonadas, terrenos sucios y contaminados, seguramente. Abajo, el río nos lo confirma, el agua es negra. Es grande Chiatura, la gente cercana, la panadera nos regala el pan, miran curiosos, interesados. |
Salimos enseguida por una rampa de aúpa el Erandio, con el añadido del abundante tráfico. Coronada la subida, tampoco hay margen para el relajo, contínuas subidas y bajadas, rampas serias, es duro. Pero el tiempo aguanta y hay menos coches, sobre todo cuando dejamos atrás el cruce hacia Zestaponi. La carretera se estrecha, nos adelantan cuatro jóvenes en un motocarro. Ofrecen moras, agua. La foto no se hace esperar, al grito de "Oh, my god!" que repite uno de ellos. Unos salaos. Seguimos el perfil dentado, tras un puente, una señal indica 1900m... ¡¡¡al 9%!!! y no miente. Las cosas se complican, el tiempo cambia por completo cuando aún estamos subiendo. El estado de la carretera empeora en el descenso, logramos cobijo en una parada de autobús, no hace frío, afortunadamente. Llevamos poco mas de 30km, pero habrá que ir pensando en poner fin a la etapa. Un pozo de los de toda la vida nos proporciona el agua, falta la parcela. |
De nuevo la lluvia nos obliga a buscar refugio en Georgiabus, estamos en el centro de Vardigara, un pequeño pueblo agrícola. Una familia nos observa curiosa, la lluvia nos hace compañeros de marquesina. El diccionario de imágenes ayuda a explicar lo que buscamos, un lugar en el cual plantar la tienda. Tras un rato de deliberaciones, otro paisano nos invita a acompañarle y junto a todo el séquito, nos conduce hasta un espacio de hierba entre dos casas. Con el montaje, reaparece la lluvia, pero también Madona, una mujer que nos ofrece enérgicamente su casa. De la ducha, creo que hoy ni hablamos, pero tenemos cobijo, mucho más importante, porque la tarde se ha puesto muy desapacible. El idioma es un problema, el diccionario algo ayuda, pero es complicado. Conocemos a Mzarri, un hombretón que muestra las cicatrices y puntos en la barbilla y en el brazo, resultado del ataque de un perro. Dice que pesaría unos 60kg, creo que ahí se ha pasado, y que le pegaron un tiro tras el ataque. Está aún tomando antibiótico, lo cual le impide beber alcohol. De no ser así, es probable que acompañara al marido de Madona, tumbado en la cama, durmiendo la borrachera y sordo al barullo. Madona lo cuenta con una mezcla de humor y resignación, diría yo. Para completar el grupo, nos acompañan la mujer de Mzarri, sus dos hijos (Tsuba, el mayor) y Kiki, un cachorro que tiene el metabolismo que corresponde a un chucho de su edad. Hacemos un intensivo de georgiano, es gracioso el empeño de Tsuba de que pronunciemos correctamente esos sonidos impronunciables. También las preguntas habituales: edad, familia, trabajo.. Nos invitan a cenar: ensalada, berenjenas con salsa, salami... y "wino", como le dicen ellos. Es más vinagre que vino, por tener dos piernas, no me queda otro remedio que tomar dos vasos (de txupito, afortunadamente), Marta consigue convencerles de que sólo tiene una. Pero libramos la prueba del chacha, de momento al menos. Estamos cansados, es gente maja y lo entienden. Madona nos ha preparado una habitación en una casita contigua. Habitación y una sala comedor se abren a una especie de mirador amplio. Es un sitio muy agradable. No hay humedad, la tienda se va a secar perfectamente. Son las 21:00. No para de llover, a ver qué panorama se presenta mañana. |
DOMINGO 30/07
3ª ETAPA: VARDIGARA - TKIBULI
(39km/3h10')
Eskerrak Madonak erreskatatu gintuela, euria egin baitu gogoz gau osoan eta jarraitzen du goizean, suabeago, zorionez. Agurrak eta argazkiak "facebook"en jartzeko bukatuta, bidean nekazaritza eta industria-gainbehera paisaiak tartekatzen dira. Baina gaurkoa ez da etapa gogorra ezta luzea ere izango, euriak uste baino lehenago bukatzen behartuko gaitu, Tkibulin. Hiriaren sarrerak zirrara egiten dizu, oso etorbide luzea, alde bietan etxeen aurrealde hondatuak, lokal hutsik, ez da apenas jendea ikusten kalean,... Hala ere, ostatu eta jatetxe atseginak topatu ditugu, erdialdean, non Tkibuliko "aurpegia" aldatu egiten den, hain justu: zaratatsu, ibai ondoko parke dotore, bullicioso, el parque junto al río, eraikin ofizialak,... Hau guztia, baina, bihar ikusiko dugu, ateratzean, gaur bahituta izan baikaitu euriak.
3ª ETAPA: VARDIGARA - TKIBULI
(39km/3h10')
Eskerrak Madonak erreskatatu gintuela, euria egin baitu gogoz gau osoan eta jarraitzen du goizean, suabeago, zorionez. Agurrak eta argazkiak "facebook"en jartzeko bukatuta, bidean nekazaritza eta industria-gainbehera paisaiak tartekatzen dira. Baina gaurkoa ez da etapa gogorra ezta luzea ere izango, euriak uste baino lehenago bukatzen behartuko gaitu, Tkibulin. Hiriaren sarrerak zirrara egiten dizu, oso etorbide luzea, alde bietan etxeen aurrealde hondatuak, lokal hutsik, ez da apenas jendea ikusten kalean,... Hala ere, ostatu eta jatetxe atseginak topatu ditugu, erdialdean, non Tkibuliko "aurpegia" aldatu egiten den, hain justu: zaratatsu, ibai ondoko parke dotore, bullicioso, el parque junto al río, eraikin ofizialak,... Hau guztia, baina, bihar ikusiko dugu, ateratzean, gaur bahituta izan baikaitu euriak.
Bien descansados, preparamos nuestra receta de pan a la sartén, ante la mirada curiosa de Madona. No tienen agua corriente en casa, hay que cogerla de un pozo y para lavarse la cara, fuera también, en una palangana con un pequeño depósito de agua encima. Y claro, letrina en el jardín. Madona quiere que nos quedemos también hoy, por el tiempo y porque sí, porque es una mujer muy agradable. Nos visita la vecina, con sus dos hijos. Ofrecemos 60GEL a Madona por su hospitalidad, sabiendo con casi total seguridad que los va a rechazar, y así es, apoyada por la vecina. Pero no se puede dejar de intentarlo. La mañana va "mejorando" y nos ponemos en marcha, tras fotos y despedidas. La carretera está mal al principio, y nos regala un par de rampas de más de 500m al 7 y 8%, así, p'a empezar. Pero la temperatura no es mala, aunque el día está gris e inestable. Seguimos recorriendo una zona agrícola en la que destaca el maíz, con casas dispersas, como la de Madona. Hay poco tráfico, lo cual cambia cuando aparecemos en la general que viene de Terjola. No hay arcén y ya se sabe, si viene alguien de frente, la prioridad es adelantar, no importa la distancia al ciclista. Y sin embargo, tampoco puedo decir que nos hayamos llevado grandes sustos. Antes de Tkibuli tenemos un puerto, de 10km según una crónica, con rampas terribles, según otra... En el mp3 que utilizo para hacer más llevaderas las subidas, ha comenzado a sonar "I will survive", de Gloria Gaynor, creo. Sólo puede ser una buena señal. Y no resulta ni lo uno ni lo otro, son poco más de 6km muy bien trazados. En el collado, una cantera a la derecha y un pantano a la izquierda, la pena la luz, muy triste. Apenas quedan 5km de descenso y llaneo hasta Tkibuli. El valle muestra los restos de una actividad minera antigua, pero desmantelada prácticamente en la actualidad, lo cual ha dejado una especie de desierto industrial y unos terrenos y río con unos niveles de contaminación impresionantes. La entrada a Tkibuli tampoco es para echar cohetes, bloques de viviendas herrumbrosos, fachadas y balcones que se caen, cristales rotos en los bajos, apenas algunas personas parecen vivir aquí. Y así se prolonga, a lo largo de una larga avenida, con apenas unos pocos comercios en los bajos. Buscamos alojamiento y restaurante, más ahora lo segundo que lo primero, y encontramos ambos cerca de la iglesia. Hay funeral, creo, mucha gente en la calle, quizás aquí siga siendo un acontecimiento social. El restaurante, un acierto, pero no tanto la elección, porque pedimos sin darnos cuenta dos enormes empanadas, de queso una, de carne la otra, más berenjena con salsa de almendras... y dos cervezas, claro (20GEL). Las sobras, para cenar o comer mañana. Unos músicos preparan el equipo para una especie de pequeña fiesta, música enlatada y micrófonos, no pinta bien, no pinta bien. En el propio restaurante nos gestionan el alojamiento. Resulta ser un apartamento con 6 camas, decoración soviética y 50GEL por persona que, finalmente, se quedan en 60 en total. El paisano parece satisfecho, está ahora más amable y charlatán, debe pensar que por gritar más, entendemos mejor el georgiano. Una breve colada, ducha y a poner al día este diario. Descansamos, el xiri-miri ha dado paso a una intensa lluvia. Llega la música desde el restaurante, supongo que el chacha y el "wino" correrán sin demasiado control. La tarde no dará mucho más de sí, ha estado lloviendo con intensidad, casi sin parar. No salimos ni siquiera a cenar, comemos parte de las sobras de la comida. La fiesta se prolonga hasta altas horas de la mañana. |
LUNES 31/07
4ª ETAPA: TKIBULI - AMBROLAURI
(39km/3h 20')
Adiskidetu gara gaur bizikletarekin, azkenik, eguzkia berreskuratu, etapa labur eta erosoa egin dugu baina, batez ere, Kaukasoko izugarrizko basoak aipatzeko beharra dago, ezin begipean ikusi. Ambrolauri, oso leku atsegina, gure lehenengo atseden leku izango da.
Bueno, parece que ayer lo llovió todo, de momento sólo está nublado. Nos preparamos el desayuno en la habitación y hacia las 9:45, estamos en marcha. Descubrimos una cara algo más amable de Tkibuli que ayer, la lluvia, nos impidió conocer: los abetos junto al río, la plaza con los edificios más emblemáticos, el jardín cercano,... Pero la salida, más de lo mismo, los bloques de viviendas desvencijados, parabólicas en balcones que apenas se sostienen,.... El día, la luz, son tristes, quizás también algo tengan que ver con mi percepción del entorno. Y enseguida comenzamos la subida al Nakerala, un puerto a 1217m que, aunque algo más duro que el de ayer, tampoco es tan grave. Son unos 11kn de pendiente bastante asequible y constante, a pesar de un breve susto del 12% que se reduce a la salida de una curva. Además, nos acompaña un bosque increíble de aliso, roble, castaño, avellano, majuelo,... La temperatura es perfecta, hoy es una espesa niebla la que sustituye a la lluvia, niebla que se cierra especialmente en el tramo final, pero que no impide la "photo finish". Nos ha llevado poco más de hora y media llegar al alto. Nos abrigamos para descender, pero poco dura, por dos motivos: el primero, que apenas si se baja hasta el lago artificial Racha; el segundo, que sale el sol. Tomamos un café (alguien especialista, podría estar meses leyendo los posos) y unos trozos de tortilla en un chiringuito pensado para el turista, con precios de turista. Pero ha quedado un día estupendo y hay que disfrutarlo. Pedaleando en la ribera del lago, atravesamos un hayedo impresionante. Y ahora que el día está claro, ya vemos con claridad las masas boscosas de estos montes del Cáucaso, no hay un solo claro a la vista. Algunas cuestas habrán de darnos aún algún que otro susto, pero el recorrido es cómodo. Tras un breve descanso, recibimos la recompensa tras estos días de lluvia y toboganes, 6 ó 7km de descenso al 7% hasta Ambrolauri, con curvas abiertas y asfaltado perfecto. En esas condiciones, si no te gustaba andar en bicicleta, te aficionas sí o sí. Sorprende ver que este pequeño pueblo cuente con su aeropuerto, aunque sea igualmente pequeño. Ambrolauri es un pueblo grande que aunque mantiene la estética soviética, es mucho más amable. Pero si algo hay que destacar, son las montañas que nos rodean. La amable chica de la oficina de turismo nos gestiona el alojamiento por 60GEL desayuno incluido: el hotel "Shavnabada" (Chavchavadze, 45). Nos recomienda una visita a una iglesia cercana, pero por hoy ya tenemos suficiente bicicleta. El alojamiento es un acierto, un chavalico de unos 12 años hace las labores de intérprete. Es un terreno amplio compartido por la casa de la familia que gestiona el negocio, más nuestro "bloque" en el que hay dos habitaciones más un comedor central. Un par de cenadores y un espacio central cubierto de gravilla, un lugar muy agradable. Flipamos con la cantidad de guatxaps que pueden llegar en un par de días, y salimos al pueblo. Estamos pensando en quedarnos aquí otro día más. Es un lugar tranquilo, mañana podemos dar un paseo y conocer los alrededores y, de paso, poner al día anotaciones y escritos de esta Caravana a Melilla que nos ronda la cabeza. Este viaje nos lo tomamos con mucha más tranquilidad, si "sólo" vemos el norte, no pasa nada; si "sólo" hacemos 500km, tampoco pasar nada. Estamos en los extrarradios, pequeñas casas dispersas a ambos lados de una estrecha carretera, tejados de uralita, pero como ya he dicho, una cara algo más amable de Georgia. Un breve paseo nos deja en el centro. Muy poca gente y no parece sencillo encontrar dónde echar una cerveza ni cenar. Al otro lado del río está la solución, a la derecha, un restaurante que sólo no parece cerrado porque tiene la puerta abierta. En él, la cerveza fresca servida por una mujer muy amable a la que llama la atención los ojos de Marta. Y cenamos en el restaurante de la izquierda, más cuidado: berenjenas , trucha y "ostri", un cocido de carne de ternera, tierna y con una salsa muy rica. Con la cerveza, 20GEL. Está claro que las mujeres del lago Racha nos han hecho precio turista. Desandamos camino, hay ahora más animación en las calles, corros de jóvenes charlando, niños y niñas con sus madres en los columpios, gente paseando,... En casa, ponemos en orden estas notas. Nuestro joven anfitrión nos confirma que podemos alargar la estancia otro día. Y el desayuno, a las 9:00, perfecto. Hace una temperatura extraordinaria. |
Martes 01/08
AMBROLAURI
Atseden eguna, atsedena hartzeko erabili dugu, ari gara ohiturak aldatzen. Bero handia egiten du, hoberena, ezer ez egitea, argentinarrek dioten moduan.
AMBROLAURI
Atseden eguna, atsedena hartzeko erabili dugu, ari gara ohiturak aldatzen. Bero handia egiten du, hoberena, ezer ez egitea, argentinarrek dioten moduan.
El sol se ha levantado con nosotras, las previsiones que nos dieron ayer en turismo se van cumpliendo. A pesar del intérprete, hay cierta descoordinación: los huevos que pensábamos en tortilla son cocidos, café en lugar de té y después, "loviani" (¡NOOOOO...!), "khinkali" (¡TAMPOOOCOOOOO...!), pan, margarina, ensalada y queso, más comestible mezclado con ella. Nos lo tomamos con tranquilidad, decidimos acercarnos al centro en bici y comprar tomate, pepino, pan y cerveza. Nos apetece descansar del menú clásico (no de la cerveza) y hacernos una ensalada en casa. Dicho y hecho, porque hace calor de verdad. Salimos a cenar al mismo lugar de ayer, por la tarde se levanta un aire muy agradable. En la mesa de al lado, tres rusos, comen con chacha. Sólo uno de ellos, el más joven, se mantiene en linea. Hay en este país una tripas de poteador como no se ven en muchas partes, casi sin excepción en hombres no demasiado mayores. En las mujeres también se da esa tendencia a la obesidad, más en su caso debido al exceso de loviani que de alcohol, probablemente. Un agradable paseo nos regresa a casa. |