LUNES 13/07 1ª ETAPA: SRINAGAR – GAGANGIR (66km / 5h 05min) Srinagarretik ateratzea esperientzia bizia izan da, independentziaren aldeko mugimenduak “martirien eguna” ospatzen du “hiri zaharrean”, trafiko zorotik aldentzeko aukeratu duguna, hain zuzen. Ejertzitoak eta poliziak hartuta dituzte kontzertinek itxitako kaleak, salbuespen egoeran egongo balitz bezala (egongo gara, agian). Ia egun osoan, euria izan dugu “lagun”, aurtengo bidaia honetan gure txirringek ohi baino gehiago sufrituko dute… eta baita gure hankek ere, lehenengo aldapek garbi baino garbiago utzi dute ez gaudela oso sasoian. Bihar lehendabiziko froga handia izango dugu aurrez aurre, Zoji-La mendatea, azken egunetako euriak zaildu omen du errepidearen egoera. Zalantza horrekin oheratu gara. Meteoblue no es infalible, a las 7 de la mañana llueve, no tan fuerte como ayer, más bien aguaceros dispersos. Pero lo tenemos claro y a las 9:30 estamos ya en marcha. Abandonamos Srinagar por la “ciudad vieja”. Hoy celebran el “aniversario de los mártires” y la zona está absolutamente tomada por el ejército y la policía. Tenemos que pasar varios controles con alambre de espino incluido, las famosas “concertinas”. La policía está pertrechada como para la batalla, es impresionante. Lo positivo, que no hay coches por las calles. Vamos reencontrándonos con los campos de arroz y con el hecho incontestable de que hay mucha gente pobre aquí, pero también los hay con mucha “pasta” que gustan exhibir en sus lujosas mansiones. El tráfico no está resultando tan agresivo como temíamos, aunque el índice de cafres al volante es mayor que en casa, no es exageradamente más alto. Tampoco hay demasiados coches, debe estar complicado Zoji-La. La gente se queda mirando, nuestro paso provoca una reacción que va desde el “0” a la sonrisa amplia. Ni somos los primeros, ni hemos de ser los últimos cicloviajeros que vean pasar. Circulamos (por la izquierda, nos adaptamos sin problemas) junto al río Sindh. La carretera nos lleva por un amplio valle hacia las montañas. En algún descuido asoma hasta alguna cumbre nevada. También llega alguna rampa que otra que deja claro que no andamos muy sobrados de forma. El firme desaparece a tramos pero, en general, es bastante aceptable. Nos informan de que Zoji-La está peligroso tras dos días continuados de lluvia, pero parece que dará un descanso estos próximos días. Además, una vez superado el puerto, la lluvia remite bastante, aunque le coge el relevo el viento. Llegamos así a Gagangir, a la entrada está el Czara Resort, pero “no rooms”, aunque sí que la hay en la destartalada casa contigua, cutre pero amplia, no hay mosquitera en la ventana y el cristal sólo llega para la mitad. A favor, que tiene agua caliente con estufa de leña y derecho a cocina. Marta deja el precio inicial de 2000, en 800 rupias, creo que un buen trato para ambas partes. |
Aunque esta mañana hemos salido con las bicis engrasadas, hace falta una limpieza a fondo y nuevo engrase, da la impresión que se va a convertir en tarea habitual durante este viaje. Mientras cocinamos, vemos un numeroso grupo de militares que desciende, a pie, por la carretera.
No sé qué parte tendrá Alá en ello, pero hemos dado con el tipo de alojamiento que se ajusta a la perfección a nuestras necesidades. Además, por primera vez, desde la cocina, vemos el azul del cielo, buena señal.
No sé qué parte tendrá Alá en ello, pero hemos dado con el tipo de alojamiento que se ajusta a la perfección a nuestras necesidades. Además, por primera vez, desde la cocina, vemos el azul del cielo, buena señal.
MARTES 14/07
2ª ETAPA: GAGANGIR – MATAYAN
(57km / 6h)
2ª ETAPA: GAGANGIR – MATAYAN
(57km / 6h)
Bidaia honen lehendabiziko kontutan hartzeko mendatea, Zoji La (3528m). 27 kilometroko igoera honetan, malda batzuk, temati, gure oraindik entrenatu gabeko hankak menperatzen saiatzen dira (eta lortzen, esango nuke nik); bide-zoruak, setati, gauza bera nahi du lortu gure zorigaiztoko txirringekin. Amarnath peregrinazioaren zentzugabekeria ere ezagutuko dugu, dirudunek helikopteroz egin ditzakete zati gogorrenak. Baina topo egingo dugu berriz musulmanen abegiarekin, Matayan izeneko mendiko herrizkan. Eta gure begiak hasiko dira ohitzen paisaia eder hauek (eta ejerzitoaren “laguntasuna”) ikustera. A las 8 ya estamos en marcha, hace una mañana preciosa. El tráfico es intenso, está claro que Zoji La está abierto. Los primeros 13km hasta Sonamarg se hacen bien, aunque hay alguna rampa seria ya. Es impresionante la presencia militar, creo que hemos compartido camino con tres convoyes, uno de ellos con alrededor de 100 camiones. La subida a Zoji La comienza a la salida de Sonamarg, son 27km con algunas rampas que hacen muuuuucho daño. Al menos, el firme es bastante bueno al principio. Pero lo más “curioso” (igual habría que decir “ridículo, increíble, indignante,...”) es el tráfico de helicópteros que llevan peregrinos del Amarnath, una celebración que mueve... ¿miles? ¿cientos de miles? de “fieles”. Los más adinerados, se quitan kilómetros por aire, otros muchos, hacen el recorrido en 4x4,... que me lo pasen a limpio. El paisaje quita el hipo y la carretera, el aliento. El buen firme se acaba a la altura del gigantesco campamento de peregrinos, una inmensa explanada repleta de tiendas de campaña, aparcamientos, helicópteros despegando y aterrizando,... ¡un horror! Aparecen las primeras máquinas que tratan de recomponer lo que la naturaleza reclama como suyo, desenredando los nudos gordianos de los desprendimientos, y dando paso alternativo a quienes suben y a quienes bajan. Nosotros también hacemos varias paradas, más larga la última, yo voy fundido. |
Cubrimos algo más alegremente los últimos 3 ó 4 km de Zoji La, el desnivel baja considerablemente. La cumbre no nos hace un gran recibimiento, no es nada especial, ¡con todo lo que nos ha costado! Nos cruzamos con grandes grupos de motoristas que montan Royal Enfield, una moto clásica de fabricación india, no habrá muchas más adaptadas a estas carreteras. Comenzamos el descenso con tramos en ascenso, ¡kagüentó!, con precaución, aunque el firme está algo mejor en esta vertiente, no hay margen para el despiste. Salen grupos de críos al camino pidiendo dinero, son a veces incluso algo agresivos. Quedan aún 25km para Drass, demasiados para nuestros cansados cuerpos. El paisaje es espectacular, atravesamos un amplio valle, escoltados por altas montañas aún nevadas. Así entramos a Matayan, un pueblico con dos o tres tiendas junto a la carretera y unas pocas casas más al interior. Nuestra primera intención es tomar un refresco, pero al preguntar si hay algún “alojamiento” (en las tiendas hay carteles en los que se lee “hotel”), nos responden que si tenemos tienda, podemos montarla en cualquier lugar. Dicho y hecho, con la ayuda del joven tendero y vigilados de cerca por un grupo de crías y críos. Cometo el error de hacer un par de flores y un perro con globos, enseguida nos rodean los críos e incluso adultos, que quieren aprender o llevarse alguna figura. Marta intenta poner orden, pero el asedio de los más jóvenes no cesa, incluso quieren pagar por un globo (“an kol, men, an kol men”, o algo así repiten incansablemente). Finalmente, medio conseguimos quedarnos solos y la sorpresa llega cuando intentamos encender el fuego, la gasolina es tan mala, que obstruye una y otra vez la salida. Tenemos la inmensa suerte de que nos dejan utilizar la pequeña cocina de la tienda de al lado. Regalamos la gasolina al tendero, habrá que buscar disolvente. Y comienza una larga noche, estamos al parecer en Ramadán y creo que no dejan de cantar y rezar hasta el amanecer. Aunque las melodías no son tan monótonas como las habituales, acabamos hasta el gorro. |
MIÉRCOLES 15/07
3ª ETAPA: MATAYAN – KARGIL
79km / 5h 30min)
Egunaren amaieran gps-ak dio 1000 metro egin ditugula gora eta 1500, behera baina askoz nabarmenagoa da lehenengoen eragina, leher eginda gaude Kargilen. Shingoo ibaiak Drassari eman dio erreleboa eta, era berean, mendiko paisaiak, erdi-basamortukoari,... Tajikistan ekarri digu burura.
Poco hemos dormido, a las siete ya estamos en danza, como los críos, que ya reclaman “an kol men”, es decir, “un globo, por favor”. Duele, pero no podemos decir a todos que sí. Salimos sin llegar a despedirnos del amable tendero. Hace calor, pero se está bien sobre la bici. El paisaje sigue siendo muy bonito pero como ya nos habían advertido, los primeros 10 ó 12 km están en muy mal estado y no es recomendable levantar el ojo del suelo con demasiada alegría. Mucho militar, van a estar presentes toda la jornada. Necesitamos hora y media para llegara a Drass, otro pueblo formado por una sucesión de negocios desordenados a ambos lados de la carretera. Almorzamos un par de raciones de “momos” vegetarianos y cometemos el error de no comprar nada más, confiando en poder hacer alguna parada logística de camino. El camarero nos dice que todo “flat” hasta Kargil, ¡ja!, ¡me río de los peces de colores!... para empezar, la salida de Drass hay que treparla. Pedaleamos por el valle del Drass, la nieve y el arbolado va desapareciendo de las montañas, el paisaje nos recuerda a Tajikistán. El río, poderoso, de aguas turbias, grisáceas. Y como no se puede todo, tenemos asfalto, pero no hacemos más que subir y bajar. Varias paradas necesarias para dar un descanso a nuestras aún desentrenadas piernas nos dejan en Kargil hacia las 17:30. El río Drass se ha unido al Shingoo para ir juntos hacia Pakistan. El cielo amenaza tormenta, pero le cuesta decidirse. El pueblo no rompe el patrón de lo que vamos conociendo, salvo que es más grande y más caótico. Encontramos rápidamente el “Margina Hotel”, con el mismo precio que pagaron Koldo y Ainhoa hace cuatro años, 600 rupias. Es cutre, pero tiene agua caliente y un balde para hacer la colada, justo lo que necesitamos. Un breve descanso y cena en el Shangrilla, “butter chicken” y “rice with mushrooms”, supuestamente “no hot”, pero que sí lo es. Con el agua, 570 rupias. La luz va y viene, cambiamos el sonido de la llamada a la oración, por el ruido de los grupos electrógenos. Estamos agotados. |
JUEVES 16/07
4ª ETAPA: KARGIL – MULBEKH
(39km / 4h)
Tibeteko Ladakh-en sartuko gara gaur, erligio eta arkitekturaren aldaketa.
4ª ETAPA: KARGIL – MULBEKH
(39km / 4h)
Tibeteko Ladakh-en sartuko gara gaur, erligio eta arkitekturaren aldaketa.
Ha sido una noche rara, así que nos hemos levantado demasiado tarde teniendo en cuenta el calor que hace en estas tierras. No resulta fácil encontrar un lugar para desayunar, en el primero, el camarero, que parece tener aprendida una frase para cada situación, nos responde “nothing available at this moment”. Hacemos alguna compra, que incluye disolvente para la cocina y atravesamos Kargil, más grande de lo que esperábamos. Es tarde, son las 11 cuando cruzamos el puente sobre el turbulento río Suru. Empezamos subiendo, pero la protección de las nubes, ayuda. En el alto, cómo no, un campamento militar. Hemos dejado atrás la entrada hacia Zanskar Valley, la otra opción para llegar a Kargil cuando se viene desde Manali. Con 11km de camino, nuestro gozo en un pozo, desaparece el asfalto y los siguientes 10, parecen más bien 30. La carretera va encajonada entre el río y la montaña, y con la pasta que se lleva el ejército, a ver quién mantiene el camino en condiciones tras la lluvia y la nieve. Afortunadamente, el perfil es llevadero, pero comienzan a formarse nubarrones y los truenos que se oyen no presagian nada bueno. Del cuidado de la carretera se ocupan los parias, la más baja de las castas, pican la piedra “in situ” para ir así rellenando los baches. Unos pocos, los enchufados imagino, barren con ramas las líneas amarillas que delimitan el arcén. El ritmo de trabajo de los unos y los otros es bastante caribeño para estar en Asia, pero no creo que ni las condiciones laborales ni la paga animen a otra cosa. Marchamos amenazados por las nubes y zarandeados de vez en cuando por ráfagas de viento. El paisaje recuerda mucho al Atlas, aunque con cumbres más escarpadas y altas. Un gran cilindro de oración da entrada al Ladakh tibetano, aunque hay una mezquita en Mulbech. Es un pueblo largo, la entrada al “centro”, la da un enorme bajorrelieve de Buda trabajado en una roca. Nos alojamos en el “Paradise Hotel & Restaurant”, justo frente al templo. Teniendo en cuenta que no hay agua ni luz, el nombre igual le queda un poco grande. Marta negocia el precio, de 500 a 400, la habitación está bien, y enseguida nos sube un balde con agua caliente para a ducha. Nos damos un paseo, la arquitectura ha cambiado completamente, las casas tienen forma trapezoidal, con una pequeña torre en un lado, están encaladas y tienen ventanas de madera, son muy bonitas. Cenamos en nuestro restaurante: dhal (picante), verduras (picantes) y arroz blanco (éste no pica). Pero es un nivel de picante tolerable y las verduras están muy buenas. Precio: 160 rupias. Esperamos que la noche sea tranquila. El viento ha virado por la tarde, lo cual nos vendría bien para subir el puerto, pero a la noche, calma chicha. |
VIERNES 17/07
5ª ETAPA: MULBECH – HINISKUT
40km / 3h 40min
Bidaiaren bigarren mendatea, Namika La (3700m), eskuragarria eta ingurugiro ikaragarrian. Ladakh zonalde honek, musulmana baino pobreagoa dirudi. Egun lasaia, aspaldi itxitako “bungalow”etan bukatuko dugu, hiru txirrindulari frantziarrekin batera.
5ª ETAPA: MULBECH – HINISKUT
40km / 3h 40min
Bidaiaren bigarren mendatea, Namika La (3700m), eskuragarria eta ingurugiro ikaragarrian. Ladakh zonalde honek, musulmana baino pobreagoa dirudi. Egun lasaia, aspaldi itxitako “bungalow”etan bukatuko dugu, hiru txirrindulari frantziarrekin batera.
A las 9:30 ya estamos en camino. Nos han preparado una rica tortilla de cebolla y para pasar el día, dos ””pranta” -unas tortas que, supuestamente, deberían tener patata en su interior- y cuatro “chapati”, las tortas que, invariablemente, nos acompañan en cada comida. Enseguida comienza la ascensión a Namika La (3700m), pero el perfil es suave, la carretera está en buen estado y el paisaje es asombroso. No hay mucho tráfico, incluso los militares son más escasos. Hay unas pocas nubes altas y la temperatura es perfecta para pedalear. Hacemos cumbre hacia las 12:00, los tres últimos kilómetros son completamente llanos, en realidad el cartel del puerto está un poco por debajo de la cota máxima. Tras la foto de rigor, iniciamos un cómodo descenso dejando atrás algún pueblecico con cuatro casas de adobe a medio construir. Hay mujeres trabajando en la carretera, algunas se acercan, pidiendo creo dinero. Esta zona parece más pobre que la musulmana. Hay cereal que cosechan aún verde para reunir en haces y dejar después secar. Para construir, utilizan chopos como contrafuerte, que dejan crecer rectos para ir podando las ramas y dejar desnudos de corteza. Hace calor ahora, aparece con las primeras rampas serias. Son complicaciones para alcanzar Hiniscut, un pueblo más bien fantasma, con una tiendica, un par de casas dispersas y unos “Touristic Bungalows” abandonados, más que cerrados. Para encontrar alojamiento, habría que subir Fotu La y llegar a Lamayuru, cosa que no apetece en absoluto. Los bungalows son perfectos para pasar la noche, tenemos bomba de agua, pero justo para la ducha, porque el agua sale con muchos resíduos. La tarde se complica, el fuerte viento que se había desatado, ha cesado para dar paso a la lluvia, aunque no parece que vaya a ser abundante. Descansamos cuando aparecen tres cicloturistas franceses que llevan nuestra misma dirección. Viajan con la información de un libro francés en el que pone que un paisano se acerca a abrir los bungalows hacia las 17:30,… ya me extraña. El corredor cubierto nos da cobijo a todas. Nuestros vecinos son franceses, pero viven en las Islas Reunión, junto a Madagascar. Recogen leña para cocinar, porque viajan sin cocina. Damos un breve paseo, de regreso nuestros vecinos cocinan noodles en la hoguera, “hot”, según nos dicen, a pesar de que en su tierra la cocina es también, al parecer, bastante especiada. Nosotras sacamos nuestra flamante cocina, con su flamante nuevo combustible,… y no hay manera de que prenda, ni a la de tres. No sabemos muy bien qué carajo de keroseno hemos comprado, pero está claro que no chuta. No queda otra que impregnarse de olor a fogata, aprovechar los rescoldos y cocinarnos ahí el cus-cus con tortilla de cebolla y ajos. Para dormir levantamos la parte interior de la tienda en un rincón protegido del aire, los paseos de una pequeña escolopendra nos dicen que vamos a dormir así más tranquilos. Y acertamos con haber acampado aquí, a cubierto, porque la noche se ha complicado, caen varios buenos chaparrones. |
SÁBADO 18/07
6ª ETAPA: HINISKUT – LAMAYURU
(27km / 2h 15min)
4000 metro gainditu ditugu Fotu La mendatean ahalegin handiegi egin barik, begirunearekin hartu gaituzte mendate hauek, momentuz behintzat. Eta gaurko etapa motza, Lamayuru herrian bukatuko da, jaisten igo ditugun adina kilometro. Garaiz heldu gara atsedena hartzeko eta tenplu budisten giro ilunean murgiltzeko.
6ª ETAPA: HINISKUT – LAMAYURU
(27km / 2h 15min)
4000 metro gainditu ditugu Fotu La mendatean ahalegin handiegi egin barik, begirunearekin hartu gaituzte mendate hauek, momentuz behintzat. Eta gaurko etapa motza, Lamayuru herrian bukatuko da, jaisten igo ditugun adina kilometro. Garaiz heldu gara atsedena hartzeko eta tenplu budisten giro ilunean murgiltzeko.
A las 6:30 estamos arriba, parece que lo que tenía que llover ya lo ha llovido durante la noche. Arrancamos a las 8:30 con manga larga, pero dura poco, la temperatura es perfecta para pedalear, las escasas nubes nos han hecho olvidar la crema protectora, indispensable por aquí. El trazado del puerto es perfecto, incluso más tranquilo que Namika La, el paisaje es precioso.
Nos lleva hora y media coronar Fotu La, a 4105m. Hoy es el “id”, último día del Ramadán, lo celebrarán a lo grande apenas unos pocos kilómetros más atrás. Y desgraciadamente, cerca de casa ya, habrá quien celebre igualmente este 18 de julio. Notamos poco tráfico estos días. A pesar de todas las recomendaciones del BRO (Border Road Organization) a los conductores en forma de “máximas” escritas en grandes hitos de piedra en los arcenes, hemos dejado la India musulmana y en ésta, los hindúes conducen y beben, lo cual puede ser preocupante. En cualquier caso, a excepción de algún cafre, hasta ahora no tenemos queja del trato recibido por los conductores.
Nos lleva hora y media coronar Fotu La, a 4105m. Hoy es el “id”, último día del Ramadán, lo celebrarán a lo grande apenas unos pocos kilómetros más atrás. Y desgraciadamente, cerca de casa ya, habrá quien celebre igualmente este 18 de julio. Notamos poco tráfico estos días. A pesar de todas las recomendaciones del BRO (Border Road Organization) a los conductores en forma de “máximas” escritas en grandes hitos de piedra en los arcenes, hemos dejado la India musulmana y en ésta, los hindúes conducen y beben, lo cual puede ser preocupante. En cualquier caso, a excepción de algún cafre, hasta ahora no tenemos queja del trato recibido por los conductores.
Nos separan 15 km de descenso de Lamayuru, la carretera está en peor estado, hay zonas muy bacheadas o casi deshechas, con el asfalto levantado. A pesar de todo, disfrutamos del descenso y del paisaje. Varias veces nos encontramos con nuestros vecinos de “albergue”. Y a las 12:30 entramos en Lamayuru, un pueblo que trepa por la ladera del monte, con su “gompa” de rigor en lo alto. Las casas ladakhíes, también a medio (des)hacer. Y un buen número de guest houses. Ha quedado atrás el desvío que tomaremos mañana para descender las “Jalebi Bends”. Nos alojamos en el Singay G.H., invisible para “la biblia”. Quizás por eso ofrezca lo mismo a mitad de precio… no hay margen para la duda. Nuestra habitación es amplia, con una cama en la que cabrían 3 ó 4 personas y con unas magníficas vistas de los alrededores. Parece que en esta zona toca tormenta diaria, los primeros truenos se dejan oír a las 14:30, lo cual sirve de excusa para retirarnos a descansar un rato, que nos lo estamos ganando. La lluvia ha sido breve, visitamos el “gompa” (50 rupias/persona), permanecemos un rato escuchando el rezo / mantra en el que es difícil dar con un principio o un fin; en algunos momentos, como para despertar, se acompañan las voces de percusión. El templo es oscuro, decorado con tapices y telas de colores vivos; las estanterías, ocupadas con reliquias. A la entrada de la sala de rezos, sobre una especie de pedestal, el que se supone que dirige el rito, a quien pillamos bostezando en un par de ocasiones, cosa que no es de extrañar. En fila, sentados en bancos corridos bajos, monjes de todas las edades, rezan, beben té con leche y comen dulces. Los más jóvenes se encargan de llenar las tazas, eso sí, siempre con el visto bueno del monje del pedestal. Otro monje se pasea p’atrás y p’alante, transportando diferentes tramánculos. Y como nosotras, otra media docena de turistas asiste al oficio, pero tienen mayor aguante, allí quedan, sentados. El lugar es agradable, no puede negarse. El templo lo componen otros espacios, altares, cilindros de oración de diferentes tamaños y colores. A la entrada, un cartel de normas, incluye entre ellas la prohibición expresa a las mujeres de tirar las compresas usadas en los contenedores del templo y la obligación de abandonarlo antes del anochecer. Esta última norma no creo que la cumplan a rajatabla, en la taquilla, una pegatina del “Trip Advisor” recomienda este lugar como alojamiento… ¡la rupia es la rupia y el clero es el clero, allá donde vayas! No hay mucho que hacer en Lamayuru, volvemos a la habitación cuando comienza a chispear. Se supone que a las 19:00 tendremos electricidad, hay que comunicarse con casa y poner a cargar varios aparatos. Los electrones son puntuales, apenas se han hecho esperar 10’. Cenamos en casa, “momos” de verdura, arroz con verduras y “dal no hot -bueno, un pelín- y no spicy. El comedor es una sala agradable, nos sentamos en el suelo, sobre cojines, las mesas a la altura, como los monjes del gompa; en las estanterías, pucheros de todas formas y tamaños; y en la televisión, las horribles series y publicidad indias. |