JUEVES 30/07
16ª ETAPA: BHARATPUR – PATSEO – (coche)- KEYLONG
40km /2h 40min
Gaur, ia-ia amaieratik hasiko naiz: Patseo atzean utzita, hiruzpalau kilometrotara, kamioi batek Marrtaren bizikletaren atzeko gurpila zapaldu egin du, gozatzen ari ginen etapari zakarki amaiera ematen. Baina bi motorista indiar hurbildu egin dira segidan zer gertatu ote den galdezka eta “pick-up” geldiarazi dute egoera azaltzeko. Lau gizon indiar barruan, hurbildu gaituzte pentsatu barik Keylong-era. Momentuz, jende hauei buruzko aurreiritzi guztiak ari gara apurtzen, eta hau, ona da. Eta hau guztia gertatu aurretik, etapa polita izan dugu, Baralacha La (4890m) mendatera igoerarekin tartean. Errepidea oso egoera eskasa izan arren, ohikoa den bezala, paisaiak orekatu egiten du balantza.
16ª ETAPA: BHARATPUR – PATSEO – (coche)- KEYLONG
40km /2h 40min
Gaur, ia-ia amaieratik hasiko naiz: Patseo atzean utzita, hiruzpalau kilometrotara, kamioi batek Marrtaren bizikletaren atzeko gurpila zapaldu egin du, gozatzen ari ginen etapari zakarki amaiera ematen. Baina bi motorista indiar hurbildu egin dira segidan zer gertatu ote den galdezka eta “pick-up” geldiarazi dute egoera azaltzeko. Lau gizon indiar barruan, hurbildu gaituzte pentsatu barik Keylong-era. Momentuz, jende hauei buruzko aurreiritzi guztiak ari gara apurtzen, eta hau, ona da. Eta hau guztia gertatu aurretik, etapa polita izan dugu, Baralacha La (4890m) mendatera igoerarekin tartean. Errepidea oso egoera eskasa izan arren, ohikoa den bezala, paisaiak orekatu egiten du balantza.
Aunque el café no nos ha dejado dormir demasiado, ha sido una buena noche, no ha hecho frío. A las 8 ya estamos en camino. Son seis kilómetros los que nos faltan hasta Baralacha La (4890m), disfrutones, aunque la carretera está en bastante mal estado, hemos tenido que descalzarnos en alguna ocasión para no mojarnos las zapatillas. Pero disfrutamos la ascensión y compartimos “pre”cima con un grupo de motoristas catalanes que también han recorrido Spiti, bonito al parecer, lo cual es bueno, pero con malas carreteras, que no es tan bueno. Foto oficial en el alto con un ciclista que está haciendo Manali-Leh en grupo organizado con el que nos vamos cruzando en el descenso. Van hechos polvo, pero no es raro, porque nuestros siguientes 35km son tóp’abajo, y especialmente duros los últimos 15, desde Zing Zing Bar. Pero el paisaje lo compensa, es como si hubieran levantado 2000m a los Pirineos. La perspectiva es siempre muy buena, cuando no pedaleamos en lo más alto, los valles son amplios, sin sensación de agobio. Pero hoy descendemos cerca de 1800m y esa sensación cambia a partir de Patseo especialmente. Hablan de las “dhabas suizas”, las laderas se van tiñendo de verde a medida que descendemos, pero las montañas mantienen su altura, con nieve arriba, y estar aquí abajo, encajonados, es un poco agobiante. La carretera empeora bastante, cruzando un arroyo pierdo el gps, retrocedemos a buscarlo, Marta lo encuentra en el agua, ha dejado la bici en el suelo y es entonces cuando se desencadena todo: el conductor de un camión cisterna decide que no puede esperar y pasa sobre la rueda trasera. Lo ha visto, pero no se detiene. La rueda está “hecha un 8”. No es posible continuar, la llanta está además rajada, no se puede arreglar. |
Viene ahora lo ya contado. Y lo que no podíamos imaginar es el grado de tortura que supone viajar en coche por estas carreteras, es mucho peor que en bicicleta, tardamos 2h en recorrer los 25km que quedan hasta Keylong. La carretera está muy, muy mal: cortes de tráfico para retirar rocas, cruzamos un torrente con dificultades hasta para el 4x4, hay tramos con piedras por todas partes, otros en los que hay que dar marcha atrás, pues incluso en bici, si viniese un camión de frente, la cosa estaría complicada para pasar a la vez. En fin, un horror que se une al desánimo causado por el incidente. Pero hemos topado con buena gente que nos deja en Keylong a la puerta del Hotel Tashi -el recomendado por Koldo y Ainhoa, curiosamente- sin pedir a cambio nada más que una foto. Keylong es una ciudad de callejuelas estrechas situada a unos 3100m que trepa por las laderas de la montaña, más pequeña de lo que pensábamos. No hay opción de encontrar repuesto, hay que viajar a Manali en bus. Pero quizás tengamos suerte: aunque el hotel es más caro de los esperado (nos pedían 1250rup que se quedan en 1000, frente a las 500 de Ainhoa y Koldo, aunque ellos viajaron en temporada baja), el amable joven que nos atiende nos dice que un amigo suyo tiene una tienda de bicicletas en Manali. Apunta todos los datos necesarios, incluso saca alguna foto para enviárselas con el móvil y nos dice que si da con el repuesto, nos los mandará en el bus. Si no fuera así, no quedaría más remedio que ir a Manali en un viaje de unas 6h para recorrer apenas 120km, buscar lo necesario, dormir allí y regresar al día siguiente… una maratón. Así que nos acomodamos, limpiamos las bicis y también algo de ropa. Damos un breve paseo después, nos acercamos a la estación de autobuses. Tendríamos un bus a Manali a las 8:25, el anterior sale demasiado temprano. Si la “suerte” nos obliga a hacer este viaje y el vehículo es uno de los que hay aquí aparcados, va a ser una aventura,… o quizás una película de terror. Cenamos en el Hotel-Restaurante Lamayuru, unos ricos noodles vegetales y pollo tandori. Es un lugar agradable, se puede repetir. Nos retiramos cansados, más por estos últimos acontecimientos, que por la etapa en sí. |
VIERNES 31/07
KEYLONG
Egun pasa Keylong-en gurpil berriaren zain. Zorionez ailegatuko da eta montatuko dugu inolako arazorik gabe. Ezusteko galanta izan zen, baina bide onetik joan dira gauzak, oso jende jatorra topatu dugu eta, bide batez, atsedena hartzeko parada izan dugu.
KEYLONG
Egun pasa Keylong-en gurpil berriaren zain. Zorionez ailegatuko da eta montatuko dugu inolako arazorik gabe. Ezusteko galanta izan zen, baina bide onetik joan dira gauzak, oso jende jatorra topatu dugu eta, bide batez, atsedena hartzeko parada izan dugu.
Retrasamos un poco el desayuno. El personal del hotel es muy majo, a excepción de la mujer que cobra en el restaurante; rezar, ya reza, pero es bastante “cardo”. Parece que las gestiones van por buen camino, el repuesto va a llegar, pero ni siquiera de Manali, sino de Kullu, otra ciudad a unos 40km de aquí. Hacemos algo de colada y salimos a hacer gestiones y compras. En el ciber-café cambian el € a 67INR -el cambio está a 70, en realidad, pero nos dicen que hay que ir a Manali a hacer el cambio y que el viaje hay que pagarlo-. Nos aconsejan ponernos en marcha lo antes posible, los cursos de agua que atraviesan las carreteras van aumentando su nivel con el deshielo. En la oficina de correos no cambian, pero sí en nuestro hotel, al parecer. No sabemos cuánto vamos a necesitar, todo dependerá del precio de la rueda. Comemos de nuevo en el Lamayuru: arroz, noodles vegetales, soda de limón para acompañar y de postre, “cold coffe”, muy rico todo. De vuelta a casa, desmontamos el eje de la rueda averiada y llegan buenas noticias, la nueva llegará esta tarde en el autobús de las 18:00. A la hora señalada, el chico del hotel sale en busca de la rueda, regresa a las 19:15 sin nada, el autobús no ha llegado aún. Nos acercamos después a la estación, ahí está también el hostelero… y la rueda. En un primer momento dudamos, ¿encajarán los 9 piñones? Pues sí, prueba conseguida… aunque comprobamos que la cámara estaba pinchada, es un mal menor. Así que a las 21:00 estamos sentados y satisfechos en el restaurante del hotel. Llega el momento de las cuentas, y sale más barato de lo que pensábamos, 2150INR. Le pagamos 3000 por las molestias, lo acepta sonriente y sorprendido. Nos retiramos a descansar. |