MIÉRCOLES 08 - 09/07 BILBAO – LONDRES – NUEVA DELHI – SRINAGAR Bidaia egun luzea Srinagareraino, Kashmirgo hiri nagusienetarikoa, sarritan liskar toki independentzia aldekoen eta armadaren artean. Airoportuan, polizia eta armadaren presentziak egiaztatzen dute. Hiriak munduko beste edozein tokiko hiri musulman batera igortzen gaitu, trafikoaren eromena eta zalaparta egonda ere, abegikorra. En Loiu coincidimos con grupos de jóvenes que buscan practicar su inglés en verano. A pesar de tanta hormona suelta con la que compartimos vuelo, es bastante tranquilo. En pocos años, un nuevo “homo” aparecerá en nuestra genealogía, con una sola mano útil, pues la otra estará permanentemente ocupada por el teléfono móvil. La espera en Heathrow se hace larga, aunque amenizada por la multiculturalidad y colorido que desfilan ante nuestros ojos. Embarcamos con puntualidad británica y, como decía, aterrizamos con adelanto. Embarcamos a Srinagar con 15’ de margen. En este tercer vuelo, el tipo racial se homogeniza, creo que somos los únicos “guiris”. Tanto sijs como hindúes le dan al frasco con alegría en el vuelo (la ausencia de ramadán en sus religiones, no ayuda tampoco a mantener la línea). Hora y media escasa tardamos en aterrizar en el pequeño aeropuerto de Srinagar, donde la presencia de policía y ejército es muy patente. Sin embargo, pasamos los controles sin problemas, la gente es muy amable Y una media hora más, la necesaria para llegar al Kashmir Inn, sorteando un tráfico caótico, bocinazos, perros sarnosos,… pero nadie se enfada. Nuestro taxista, un amable joven musulmán, lo deja muy claro: “no rules”. Srinagar es grande, nos traslada a cualquier otra gran ciudad musulmana, en Asia esta vez: comercios y gente por todas partes, calles y carreteras a medio (des)hacer, ruido, polvo,… Casas, chabolas, terrenos abandonados, se entremezclan sin orden. En nuestro hostal, frente a la ventana, han levantado una choza en la terraza de la casa vecina donde cocina, y quizás también, hace su vida una familia. Kashmir Inn es justo lo que necesitamos, es decir, una habitación en la que sembrar el caos y un patio donde montar las bicicletas. El plan de hoy no es para contar: una buena siesta, aprovechar el wifi para tranquilizar a la familia y a las 20:30, cena en la terraza, a base de verduras con salsa especiada pero “no picante”, dhal (lentejas con un picante tolerable, acompañadas de arroz blanco) y yogur casero para rebajar el “no picante”. |
VIERNES 10/07 SRINAGAR Lehendabiziko eguna Srinagar-en, bagoaz murgiltzen hiri handi eta zaratatsu honen giroan. Esango nuke islama dela erlijio nagusia, hori islatzen da eta erosoa eta hurbila egiten zaigu, beste herrialde askotan ezagutu eta estimatzen ikasi dugu. Baina Indiarekin lotuta ditugun muturreko pobreziaren irudiak ere tartekatzen dira. Los rezos (creo que tenemos una mezquita demasiado cerca) y los truenos me han despertado pero aún así, son las 12 del mediodía cuando salimos de paseo. Apenas hay aceras o están en muy mal estado, así que hay que compartir la calzada con el loco tráfico. Nos vamos acostumbrando a que se circule por la izquierda, aunque aún hay que entrenarlo. A pesar de la gran presencia policial y militar, no se aprecia tensión en el ambiente, da la impresión de que la gente hace su vida con normalidad. Desgraciadamente, dentro de esta “normalidad” hay que incluir las personas tullidas tumbadas en las aceras, o arrastrándose, los niños y niñas pidiendo limosna o durmiendo sobre cartones en cualquier rincón. El “río” que separa las ciudades vieja y nueva es en realidad un sumidero de aguas sucias, hay cientos de rapaces y córvidos sobrevolándolo, imagino que son aquí más carroñeros que otra cosa. En las calles se suceden los pequeños comercios en los que se vende de todo, pero apenas si vemos un lugar en el que comer algo, aparte de alguna panadería o puestos de frutos secos. Imagino que cuando el Ramadán finalice, en unos diez días, las calles se llenarán del olor de las carnes a la brasa y las especias. Caminamos tranquilos por Residence Rd, aunque no hay turismo, parece que pasamos bastante desapercibidos. Llegamos hasta un punto en el que el tráfico se caotiza hasta unos niveles insospechados: “el desenredador que desenrede este nudo de tráfico,…”. La policía se limita a soplar el silbato, sin grandes esperanzas creo yo, mucho más no pueden hacer. La gente camina entre los coches, los puestos de venta ambulante ocupan las aceras, ¡es una locura! A pesar de ese estado incierto entre la construcción y la destrucción, Srinagar no llama especialmente la atención por la suciedad, sí tiene rincones donde se acumula y contenedores que no logran contener los malos olores, pero no, definitivamente no es una ciudad sucia. Echamos la tarde en la habitación, descansando y ojeando el mapa. Finalmente, decidimos cenar otra vez en “casa”: arroz, coliflor aliñada con una salsa clara y, cómo no, dhal, de alubias hoy, cogen el relevo a las lentejas. La noche ha quedado fresca, ni siquiera hará falta el ventilador. No hemos hecho gran cosa hoy, pero el cansancio permanece. |
SÁBADO 11/07
SRINAGAR
Aurrera jarraitzen dugu murgiltze-prozesuarekin hiri honetan: arrisku kontrolatu handiko bidaiak rickshaw-n, pasealdia “shikara”-n Dal Lake-n, “masala” (espezien nahasketa mina, nola ez) eta “tandori” (suan eginda) oilaskoa,… nire sabelerako arrisku handiko kirola.
SRINAGAR
Aurrera jarraitzen dugu murgiltze-prozesuarekin hiri honetan: arrisku kontrolatu handiko bidaiak rickshaw-n, pasealdia “shikara”-n Dal Lake-n, “masala” (espezien nahasketa mina, nola ez) eta “tandori” (suan eginda) oilaskoa,… nire sabelerako arrisku handiko kirola.
Esta noche ha habido rezos, el viernes es el día festivo para los musulmanes. Tranquilidad, por lo demás, la tormenta se oía hoy a lo lejos. El día amanece nublado. El desayuno, en la terraza: café hiper-súper-megazucarado, un huevo sin yema y dos tostadas con mermelada, dulce no, “lo siguiente”. La primera tarea, cambiar algo de dinero, lo cual nos lleva de nuevo al centro, a Residence Rd, con la diferencia de que hoy vivimos el tráfico desde el interior de un “rickshaw (50rup), una experiencia intensa. Hoy ha subido algo la cotización del €, aunque no lo suficiente para cubrir los gastos de transporte. Otro riksaw nos lleva al Boulevard, a la orilla del Dal Lake, queremos hacer un paseo de dos horas en “shikara”, una barca a remos con un palio que nos proteja del sol intenso. Conseguimos bajar el precio de 1000 a 800rup. Y aunque hay que rechazar a varios vendedores que se acercan en sus pequeños botes (bisutería, pasminas, madera tallada, refrescos,…), el paseo merece verdaderamente la pena. No hay mucho tráfico de turistas occidentales, la gran mayoría es gente nativa. A la orilla de este lago hay más de 1200 “house boats”, la atracción estrella de Srinagar. Las familias que las alquilan o que viven en ellas, se mueven en pequeñas barcas en las que, al parecer, se ha conseguido la igualdad de sexos, reman tanto hombres como mujeres. Desde el centro del lago, se aprecia cómo estamos rodeados de altas montañas, en el centro de un embudo que mañana abandonaremos dirección al valle de Ladakh. En el paseo de vuelta esquivamos ofertas de paseos por el lago, de “hachis” y, puesto que va siendo ya hora, catamos unas morcillas vegetales y “paneer butter masala” (pollo en una salsa de tomate y verdura especiada y picante). El picante es algo inherente a esta cocina, es imposible eliminarlo por completo del plato, aunque se insista en ello. El arroz blanco sirve de antídoto. Tenemos que hacer alguna compra, no hay gran oferta en “el barrio”, así que nos recomiendan acercarnos al centro, a Residence Rd. Otro rickshaw nos lleva hasta el supermercado en cuestión, no demasiado grande, pero suficiente. Nos sorprenden los precios, dejamos unos 20€ sin comprar nada especial. La vuelta la hacemos andando, hace muy buena tarde. Hoy no cenamos en casa, aunque sólo llevamos tres días aquí, ya estamos saturados del dhal, nos apetece pollo. Encontramos lo que buscamos en un restaurante callejero: pollo “tandori” (a la brasa) y pollo frito, ambos con un ligero adobo. De postre, bollos y pastas de una panadería cercana. En la habitación, un ligero “apretón” me pone en guardia, cada vez que voy al baño escuece el culo, esta comida me va a matar, pero espero que se quede en el escozor. |
DOMINGO 12/07
SRINAGAR
Luzatu beharko dugu beste egun batez gure egonaldia Srinagarren, euriak barra-barra egin baitu gau osoan eta berdin jarraitzen duelako goizean. Eta gaurkoa, “batean kale” (bezero baten jarrera bortitzak behartu gaitu jatetxe batetik alde egiten), “bestean bale“ (gaueko jatetxeko zerbitzaria eta hoteleko arduraduna, jatorrak, oso). Oheratu gara hotela ordainduta eta bihar alde egingo dugunaren esperantzarekin.
No ha parado de llover intensamente durante toda la noche y sigue igual cuando nos levantamos. No queda más remedio que prolongar un día más (espero que sea suficiente) nuestra estancia aquí.
La lluvia está afectando a toda esta región, ayer estuvo cerrada casi todo el día la Kashmir Highway entre Jammu y Srinagar; hoy, parece que es el turno del Zoji La, una de las 10 carreteras más peligrosas del mundo. Parece que vienen ahora dos días de tiempo estable, el tiempo que necesitamos para llegar a ese paso y espero que también para que la situación se relaje. Vamos a coincidir con una gran peregrinación hindú que atrae a más de 20.000 personas a pie, en caballo, en coche,… ¡y hasta en helicóptero! Creo que en bici sólo vamos nosotros.
SRINAGAR
Luzatu beharko dugu beste egun batez gure egonaldia Srinagarren, euriak barra-barra egin baitu gau osoan eta berdin jarraitzen duelako goizean. Eta gaurkoa, “batean kale” (bezero baten jarrera bortitzak behartu gaitu jatetxe batetik alde egiten), “bestean bale“ (gaueko jatetxeko zerbitzaria eta hoteleko arduraduna, jatorrak, oso). Oheratu gara hotela ordainduta eta bihar alde egingo dugunaren esperantzarekin.
No ha parado de llover intensamente durante toda la noche y sigue igual cuando nos levantamos. No queda más remedio que prolongar un día más (espero que sea suficiente) nuestra estancia aquí.
La lluvia está afectando a toda esta región, ayer estuvo cerrada casi todo el día la Kashmir Highway entre Jammu y Srinagar; hoy, parece que es el turno del Zoji La, una de las 10 carreteras más peligrosas del mundo. Parece que vienen ahora dos días de tiempo estable, el tiempo que necesitamos para llegar a ese paso y espero que también para que la situación se relaje. Vamos a coincidir con una gran peregrinación hindú que atrae a más de 20.000 personas a pie, en caballo, en coche,… ¡y hasta en helicóptero! Creo que en bici sólo vamos nosotros.
Lo cierto es que necesito ya ponerme en marcha y ver qué nos espera: la gente, el tráfico, la carretera, el tiempo,… Por lo demás, nada destacable, salvo que nos hemos hecho insumisos a la dieta “hindi” y con la sana intención de comernos un pincho moruno, hemos entrado a uno de esos pequeños restaurantes callejeros. Era un pequeño local en el que hemos ocupado la única mesa que quedaba libre. Inmediatamente, uno de los clientes ha montado en cólera contra el camarero primero, y contra el propietario y cocinero, después. Todo indicaba que éramos la causa, probablemente Marta. El propietario intentaba justificar nuestra presencia, unas miradas esquivas parecían indicarlo, pero hemos decidido marcharnos. Nadie ha intentado impedirlo. Por tanto, a dieta de pan y plátanos, regresamos al Boulevard, el precio de las shikaras se han reducido notablemente. Ante nuestras negativas no son demasiado insistentes. Mientras en la panadería cercana a nuestro hotel (un cuartucho en el que apenas si llega a entrar la luz) trabajan todo el día, en las shikaras los remeros dormitan la mayor parte del día mientras los “comerciales” buscan clientela. Hemos visto hoy algo más de turismo extranjero, la gran mayoría es local, hindúes que vienen a alojarse a las house boats. Quizás sea un prejuicio, pero los hindúes no me despiertan gran simpatía, me desagrada cómo tratan a quienes les sirven, lo mismo da en el avión que en un restaurante. En cualquier caso, tampoco entre los musulmanes estamos encontrando el trato cercano al que nos tienen acostumbrados en otros países a los que nos hemos acercado. Cenamos hoy en el “Whats-Appetite”, en Khayam Rd, muy cerca del hotel. Un acierto, porque el local es amplio, el camarero muy majo y tanto el tandori como el arroz con vegetales están muy ricos (324 rupias, con un 10% que parece que cargan directamente como propina). En el hotel, pagamos la última noche (1100 rupias). El propietario se despide diciéndonos que no dudemos en contactar con él en caso de necesidad. Es un tío majo. |