DOMINGO 8/08
18ª ETAPA: VAMA – SUCEVITA
(86km/4h 40min)
Monasterio eguna Bucovinan: Voronet, Humorului eta Sucevita. Beraz, ez dakit jainkozko bitartekaritza izan ote den, baina Sucevitako ostatuan gaudela baino ez du euria egin. Elizetan, eliztarrak emakumezkoak gehienak; hormetako margoak, meza giroa,... makina bat urte egin behar izan dugu atzera gure oroitzapenetan. Gainontzean, etapa luzea, gogorra batzuetan, eguzkia bezala, batzuetan… Mapa ez da nahi izango genukeen bezain zehatza eta bidea ez da erreza, baina arazo handirik gabe heldu gara Sucevitara.
18ª ETAPA: VAMA – SUCEVITA
(86km/4h 40min)
Monasterio eguna Bucovinan: Voronet, Humorului eta Sucevita. Beraz, ez dakit jainkozko bitartekaritza izan ote den, baina Sucevitako ostatuan gaudela baino ez du euria egin. Elizetan, eliztarrak emakumezkoak gehienak; hormetako margoak, meza giroa,... makina bat urte egin behar izan dugu atzera gure oroitzapenetan. Gainontzean, etapa luzea, gogorra batzuetan, eguzkia bezala, batzuetan… Mapa ez da nahi izango genukeen bezain zehatza eta bidea ez da erreza, baina arazo handirik gabe heldu gara Sucevitara.
Para las 7 ya estamos en pie. En la mesa nos esperan 4 huevos fritos, café con leche, pan, mantequilla, tomate, mermelada de grosella y queso blanco, buenísimo todo. La mujer creo que alucina con lo que comemos, pensará que dónde lo metemos.Salimos a las 9:10 dirección a Voronet, el monasterio más famoso de la Bucovina. Hay un pequeño error en el mapa, la carretera que debemos tomar sale de Gura Humorului. Llegados al monasterio, pagamos nuestra entrada, la de la cámara (las digitales, pagan más), nos vestimos las faldas y entramos. Hay misa y la iglesia está a tope, llena sobre todo de mujeres que cubren sus cabezas con pañuelos. La iglesia y sus pinturas en especial, son impresionantes. Disfrutamos de los dibujos con los prismáticos: los turcos, crueles, aparecen como demonios, torturando cruelmente a los pobres cristianos que, pánfilamente, soportan de todo con tal de ganar el cielo. Conocemos al fin en estas pinturas el famoso “azul Voronet” del que tanto hemos oído hablar. Si hace apenas cinco minutos parecía que iba a llover, se han abierto ahora abundantes claros. Desandamos el camino hasta Gura Humorului y llegamos ahora al monasterio de Humorului, también con mercadillo y huevos en el exterior. Abordamos la visita del segundo monasterio de la jornada, tras el pago de la entrada, aunque esta vez se nos “olvida” pagar por la cámara. Los turistas sacan fotos con flash hasta cuando el cura está bendiciendo. A la salida, un grupo de chavales y chavales nos asalta y consiguen que nos llevemos, bien empaquetados, cuatro huevos de la Bucovina. A ver cómo llegan a Bilbao. Seguimos dirección Suceava para más tarde, en Paltinoasa, desviarnos hacia Solca. La carretera hasta Paltinoasa está bastante concurrida, pero una vez que la dejamos, se tranquiliza. La carretera, de asfalto recién echado, es rompepiernas total, parece que la ha trazado un ingeniero canadiense. Llegados por fin a Sucevita, en la casa de la "Retea Verde" nos recibe un amable matrimonio que nos envía a otra casa cercana, a escasos 300 metros. Nuestra anfitriona, con pañuelo en la cabeza, se afana en cambiar las sábanas para la abundante clientela. Para la ducha tenemos que esperar un rato, porque ”acaban de encender el fuego”, me parece entender. En efecto, cuando al de una media hora vamos al cuarto de baño, nos encontramos con un curioso pero efectivo sistema de calentador: un termo de agua que se calienta metiendo leña en su parte inferior, en una pequeña caldera. Es lento pero seguro, el agua sale hirviendo. |
Aseados y descansados, la lluvia nos interrumpe el paseo. Regresamos a la pensión a cenar, nos han dispuesto una mesa de formica en el vestíbulo, vemos trajinar sin parar a la patrona, los huéspedes nos desean buen apetito al entrar y salir de sus habitaciones,... es entretenido. Hemos acabado con toda la comida y cuando pensábamos que, por primera vez en este viaje, nos íbamos a quedar con hambre, viene a rescatarnos al patrona con dos generosas raciones de una especie de esponjosa y deliciosa pizza, de “ciuperci” (setas), como la sopa .
El resto de huéspedes cena en una pérgola. Allá les dejamos, de tertulia, mientras nos retiramos a nuestras duras pero cómodas camas.
El resto de huéspedes cena en una pérgola. Allá les dejamos, de tertulia, mientras nos retiramos a nuestras duras pero cómodas camas.
LUNES 9/08
19ª ETAPA: SUCEVITA – VATRA DORNEI
(93km/5h 35min)
Egun "kapikua": euritsua hasiera eta amaiera, bitartekoan buzti ez arren, ez da gutxi.. Baina 100km inguru, hiru mendate, Javiren piñoiek arazoak eman dizkiote berriro, Javik erdi “pajara” izan du,… puff!!! Hau guztia, Sucevitako monastegia bisitatu ondoren, badirudi beste bati edo batzuei gomendatu beharko diegu gure burua. Baina Ciumarnako mendatean, okil beltza ikusi dugu, hauxe saria!
19ª ETAPA: SUCEVITA – VATRA DORNEI
(93km/5h 35min)
Egun "kapikua": euritsua hasiera eta amaiera, bitartekoan buzti ez arren, ez da gutxi.. Baina 100km inguru, hiru mendate, Javiren piñoiek arazoak eman dizkiote berriro, Javik erdi “pajara” izan du,… puff!!! Hau guztia, Sucevitako monastegia bisitatu ondoren, badirudi beste bati edo batzuei gomendatu beharko diegu gure burua. Baina Ciumarnako mendatean, okil beltza ikusi dugu, hauxe saria!
Al levantarnos, se repite el cielo cargado de nubes. En algún descuido, el sol consigue abrirse paso, pero brevemente, porque comienza a llover mientras desayunamos. Ya no sabemos si reír o llorar. Decidimos acercarnos al monasterio, para hacer tiempo. No ha llegado aún la monja, pero enseguida aparece, pagamos la entrada y hacemos la visita casi solos. En el interior, un grupo de jóvenes entregados a las labores de restauración. Las pinturas van recuperando sus colores originales pero, como en el resto de monasterios que hemos visitado, una pared exterior, la que da al norte supongo, es casi irrecuperable. En cuanto a las imágenes representadas, las habituales de crueles moros contra mansos cristianos sometidos a las más terribles torturas. Un enfoque muy objetivo de la historia. Empezamos la jornada ciclista de un día gris y ligeramente lluvioso, ascendiendo el puerto de Ciumârna, largo pero tendido, afortunadamente. Esta carretera, como otras que hemos pasado estos días, está siendo adecentada, pues hay mucho turismo en la Bucovina que visita los monasterios y hay que cuidarlo. En el alto del puerto, una sorpresa, un pito negro. No todo podía ser malo. |
El segundo puerto del día, el de Pascanu, es más corto pero también más empinado. Dejando a la izquierda Campulung, afrontamos la subida por la otra vertiente de Mestecânis, el puerto que pasamos el sábado. Iniciamos el descenso, dejamos atrás Iacobeni y a pesar de que la carretera es un poco rompepiernas, para las 5 de la tarde ya estamos en Vatra Dornei. Siguiendo las indicaciones llegamos al camping. La tarde ha levantado y estamos animados a poner la tienda.
El camping, también hotel, es bastante aparente. Nos ofrecen uno de esas pequeñas cabañas de madera por 200.000 lei o poner la tienda por 140.000; optamos por lo primero, teniendo en cuenta además que vuelven a aparecer las nubes en el cielo. El “bungalow” está muy bien puesto y limpio, con sus camas con sábanas y su mesa.
Nos acercamos ahora al pueblo, es un sitio agradable, con unos baños de aguas termales cerrados y semiabandonados. Cenamos en el bungalow y comienza a llover intensamente mientras hacemos los preparativos. Nos acostamos pronto, cansados y sólo nos despierta un mosquito y los ladridos de los muchos perros que deambulan por las cercanías.
El camping, también hotel, es bastante aparente. Nos ofrecen uno de esas pequeñas cabañas de madera por 200.000 lei o poner la tienda por 140.000; optamos por lo primero, teniendo en cuenta además que vuelven a aparecer las nubes en el cielo. El “bungalow” está muy bien puesto y limpio, con sus camas con sábanas y su mesa.
Nos acercamos ahora al pueblo, es un sitio agradable, con unos baños de aguas termales cerrados y semiabandonados. Cenamos en el bungalow y comienza a llover intensamente mientras hacemos los preparativos. Nos acostamos pronto, cansados y sólo nos despierta un mosquito y los ladridos de los muchos perros que deambulan por las cercanías.
MARTES 10/08
20ª ETAPA: VATRA DORNEI – HANGU
(101km/5h 10min).
Gaur ere 100km, karajo! Paisaia, berde argi kolorekoa, ez da harritzekoa, zelan ureztatzen duten kontuan izanik. Uholdeen ondorioak antzemanten dira, Bistrita ibaiak gainezka egin du hainbat lekutan. Euria tematia da, gogaitzeraino ia-ia. Ozta-ozta goaz libratzen. 90Km eginda, bi emakumeren ezetzak ostatua emateko Hangura eraman gaitu, herrixka bat non ur-korronteko hartunea ari diren egiten. Telebistan, “Pasión de gavilanes”, hau perla!
20ª ETAPA: VATRA DORNEI – HANGU
(101km/5h 10min).
Gaur ere 100km, karajo! Paisaia, berde argi kolorekoa, ez da harritzekoa, zelan ureztatzen duten kontuan izanik. Uholdeen ondorioak antzemanten dira, Bistrita ibaiak gainezka egin du hainbat lekutan. Euria tematia da, gogaitzeraino ia-ia. Ozta-ozta goaz libratzen. 90Km eginda, bi emakumeren ezetzak ostatua emateko Hangura eraman gaitu, herrixka bat non ur-korronteko hartunea ari diren egiten. Telebistan, “Pasión de gavilanes”, hau perla!
Amanece nublado. Salimos dirección a Pietra Neamt, con 25km bajo la amenaza del cielo encapotado descarga una terrible tormenta que nos mantiene atrapados durante unas dos horas. Nos ponemos en camino, entre nubes y claros. El recorrido es muy bonito, con campas de un verde luminoso bajo la luz del sol (cuando puede dejarse ver, claro está). En algunos tramos se ve que el río Bistrita se ha salido de su estrecho cauce, provocando inundaciones. Dejamos atrás Poiana Teiului sin rastro de alojamiento. Tenemos a la vista una enorme industria en una zona de marisma, dando entrada al lago. Aquí también se aprecian claramente los efectos de la crecida de las aguas, con huertas inundadas. Un poco más adelante, en el cruce que nos dirige a Bicaz, vemos una flamante pensiunea. Quienes la atienden dicen no tener habitaciones, que está todas ocupadas, cosa bastante improbable teniendo en cuenta el tamaño de la pensión y el lugar en el que estamos, en tierra de nadie. La opción, un camping con bungalows que parece haber a unos 8km, en dirección a Pietra Neamt. La carretera discurre junto al lago, es un bonito paseo, pero el cielo se pone cada vez más negro y la tormenta parece inminente. Con las primeras gotas descubrimos el cartel de la pensión “Intim”, en un conjunto de casas al que no sé si se le puede llamar pueblo, Hangu de nombre. A la puerta, el chaparrón se ha declarado oficialmente, pero nosotros tenemos la suerte de disfrutar de una bonita y acogedora habitación, forrada en madera. Salvados de nuevo por la campana. La Virgen de Dorleta está metiendo horas en Rumanía. Nos duchamos y nos acercamos a un bar que hemos visto al entrar, junto a la carretera. De camino, un gran cartel anuncia el presupuesto de la obra de acometida de agua corriente en las casas de Hangu. Así estamos. En la taberna, probamos la cerveza Bucegi y otra desconocida, más rica, con unas patatas. De regreso a la pensión hay un jaleo enorme, entre la TV (están poniendo una teleserie, “Pasión de Gavilanes”, genial), las voces y las música, horroroso pop rumano en esta ocasión. Ya cenados, concretamos el desayuno y la hora para mañana y nos retiramos. La colada ha quedado colgada en un cobertizo, junto a las bicicletas. A ver si se puede secar para mañana. |
MIERCOLES 11/08
21ª ETAPA: HANGU – LAZAREA
(93km/5h 10min)
Bicazeko Zintzurretatik ibili gara, ikusgarriak, Pedaleamos por las Gargantas de Bicaz, zaparrada eta euri-jasaren artean, tarte txiki bat izan dugu paseo emateko, txikia izanda ere. Transilvanian gaude, antzinean Hungariako herrialdea, zeinen geroa mahai batean erabaki baitzen Lehenengo Mundu Gerraren ondotik, garaileen -negoziatzeko asmo barik- eta garaituen -negoziatzeko aukera barik- artean. Eta zauri batzuk, sendagaitzak dira. Sumatzen da sentimendu nazionalista.
21ª ETAPA: HANGU – LAZAREA
(93km/5h 10min)
Bicazeko Zintzurretatik ibili gara, ikusgarriak, Pedaleamos por las Gargantas de Bicaz, zaparrada eta euri-jasaren artean, tarte txiki bat izan dugu paseo emateko, txikia izanda ere. Transilvanian gaude, antzinean Hungariako herrialdea, zeinen geroa mahai batean erabaki baitzen Lehenengo Mundu Gerraren ondotik, garaileen -negoziatzeko asmo barik- eta garaituen -negoziatzeko aukera barik- artean. Eta zauri batzuk, sendagaitzak dira. Sumatzen da sentimendu nazionalista.
Amanece un día fresco, con más claros que nubes. Recogemos la ropa, aún húmeda y a eso de las 9:45, tras engrasar las bicis, nos ponemos en camino. La mañana está bonita y acompaña al recorrido junto al lago. Dejamos atrás el camping con bungalows y la pensión Brenda de los que nos hablaron ayer, antes de cruzar a la otra orilla sobre una de esas inmensas presas que ponen los pelos de punta. En efecto, lo que creíamos un lago es, en realidad, un embalse. Descendemos dirección Bicaz hacia el Lacu Roso por una carretera que creíamos iba a ser más tranquila hasta el Parque de las Gargantas de Bicaz. En un pequeño bar ponemos las bicis bajo la sombrilla y no para protegerlas del sol, sino del chaparrón que, poco más tarde, nos agúa la fiesta. Cuando escampa, ascendemos hacia las gargantas por unas empinadas escaleras naturales que nos dejan junto a un bonito refugio. Desde aquí se ve una pequeña aldea y una senda, que seguimos y que se adentra en las gargantas. El agua caída últimamente ha transformado el sendero en una torrentera en algunos tramos. Nos acompañan los sonidos del bosque, desconocidos muchos de ellos. Observamos un pájaro que golpea incansable el pico contra el tronco de un árbol. Más tarde, en la guía, descubrimos que se trata del cascanueces. También se deja ver de nuevo el pito negro y algún que otro picapinos. De nuevo sobre los sillines, se abren ante nosotros las gargantas de Bicaz, imponentes moles pétreas que cobijan una infinidad de chiringuitos en los que se vende de todo. Una señal del 10% de desnivel nos introduce en el puerto de Bicaz, las vistas son espectaculares a medida que ganamos altura. El puerto continúa hasta el Lacu Roso, un caótico lugar sembrado de hoteles, campings y todo tipo de alojamientos. El tal “lacu”, más que “roso”, es marrón, probablemente por las últimas lluvias. Una tormenta nos obliga a buscar cobijo bajo unos pinos y a cubrir las alforjas. No libramos ni un solo día. |
En el descenso el paisaje ha cambiado radicalmente, es completamente llano, de campos de cultivo. En el siguiente pueblo, Lazarea, nos recibe a la entrada un cartel de la “retea”. Enseguida aparece un hombre al que interrogamos sobre el segundo nombre que aparece en los carteles de las poblaciones en esta zona y nos responde que es húngaro. Toda Transilvania pertenecía a Hungría hasta que, en 1918, consecuencia del tratado que ponía fin a la guerra, por haber equivocado el bando y alistarse con los perdedores, tuvo que ceder 2/3 de su territorio. Es por tanto esta zona nacionalista húngara, la gente habla húngaro, en las escuelas estudian los dos idiomas e incluso muchos coches están matriculados en Hungría. Ahora entendemos por qué esa animadversión que nos han manisfestado en otras partes de Rumanía hacia esta región. La historia se repite, con diferentes nombres, allá por donde te muevas.
La casa en la que nos alojaremos no es la de esta amable pareja, sino la de la vecina. Nuestro anfitrión nos presenta como vascos y ellos entienden. Tan lejos y tan cercanos. Ceaucescu acabó con cualquier intento de reivindicación, pero ahora están esperanzados, creen que con la entrada de Rumanía en la CE en el 2007 las cosas van a cambiar.
Cebados, ya en la habitación, vemos el tiempo en la TV, que sigue siendo poco alentador. Nuestros días de pedaleo van llegando a su fin y parece que el tiempo se empeña en no darnos un respiro.
La casa en la que nos alojaremos no es la de esta amable pareja, sino la de la vecina. Nuestro anfitrión nos presenta como vascos y ellos entienden. Tan lejos y tan cercanos. Ceaucescu acabó con cualquier intento de reivindicación, pero ahora están esperanzados, creen que con la entrada de Rumanía en la CE en el 2007 las cosas van a cambiar.
Cebados, ya en la habitación, vemos el tiempo en la TV, que sigue siendo poco alentador. Nuestros días de pedaleo van llegando a su fin y parece que el tiempo se empeña en no darnos un respiro.
JUEVES 12/08
LAZAREA – BRASOV (tren)
Baten bat azpijokoan dabil, bizikletaren lana amaituta, gaurkoa gure lehenengo eguna bizikletarik gabekoa eta eguzki disdiratsua dugu, kagüentó! Lau orduko bidaiak tren errumaniar batean utzi gaitu Brasoven, lehen begiratuan hiri monumentala, baina leher eginda gaude eta bihar ere, bertan izandu dugu zain.
LAZAREA – BRASOV (tren)
Baten bat azpijokoan dabil, bizikletaren lana amaituta, gaurkoa gure lehenengo eguna bizikletarik gabekoa eta eguzki disdiratsua dugu, kagüentó! Lau orduko bidaiak tren errumaniar batean utzi gaitu Brasoven, lehen begiratuan hiri monumentala, baina leher eginda gaude eta bihar ere, bertan izandu dugu zain.
Después del abundante desayuno, salimos en busca de la estación para confirmar el horario del tren a Brasov. Hay una densa niebla que le cuesta levantar pero que acaba dando paso a un precioso día azul. Visitamos el castillo de Lazarea que incluye entre sus “tesoros” una impresionante colección de toda clase de animales disecados, desde un pito negro hasta un lobo, pasando por un setter irlandés que causa bastante impresión (es extraño ver así un animal tan cercano, doméstico). En el piso superior, una muestra de pintura, encaje de bolillos y artesanía que incluye huevos pintados, más bonitos que los de la Bucovina.
El sol pega con fuerza, parece saber que hoy es el primer día que no teníamos pensado coger la bici. Ya en la estación, tenemos – o tienen, más bien – algunos problemas con las bicis, pues no saben qué hacer con ellas. Tenemos que llevarlas al vagón de equipaje, donde nos piden los billetes. Al parecer, sólo sirven para nosotros, hay que pagar por las bicicletas. La revisora nos hace precio oferta, 100.000 por las dos, sin ticket o 200.000 con él. Es una práctica habitual aquí, no nos pilla por sorpresa.
Hay cantidad de gente en el tren, de recursos escasos la mayoría. Lo cierto es que los trenes, además de viejos, está bastante sucios. El pica nos hace levantar y cambiar al vagón de 2ª, que es lo que indican nuestros billetes y estamos en el de 1ª. La diferencia fundamental entre ambos, estriba en los asientos, de skai los de 2ª y de “ciertopelo” guarrillo los de 1ª. Calor, hace el mismo en ambos.
El sol pega con fuerza, parece saber que hoy es el primer día que no teníamos pensado coger la bici. Ya en la estación, tenemos – o tienen, más bien – algunos problemas con las bicis, pues no saben qué hacer con ellas. Tenemos que llevarlas al vagón de equipaje, donde nos piden los billetes. Al parecer, sólo sirven para nosotros, hay que pagar por las bicicletas. La revisora nos hace precio oferta, 100.000 por las dos, sin ticket o 200.000 con él. Es una práctica habitual aquí, no nos pilla por sorpresa.
Hay cantidad de gente en el tren, de recursos escasos la mayoría. Lo cierto es que los trenes, además de viejos, está bastante sucios. El pica nos hace levantar y cambiar al vagón de 2ª, que es lo que indican nuestros billetes y estamos en el de 1ª. La diferencia fundamental entre ambos, estriba en los asientos, de skai los de 2ª y de “ciertopelo” guarrillo los de 1ª. Calor, hace el mismo en ambos.
Nos lleva 4 horas hacer los 160km hasta Brasov. Son las 18:30 cuando llegamos. Es grande Brasov, tiene 400.000 habitantes. Preguntamos por algún alojamiento, en una especie de pequeña agencia de viajes el joven que la atiende nos dice que Brasov es más caro que el resto del país y que tiene una habitación por 25€. Aceptamos verla y le seguimos, él en moto, atravesando toda la ciudad y tragando el humo de su tubo de escape. y no sin sobresaltos, entramos en el Casco Viejo. Nos introduce en un sombrío patio para pasar a una más sombría y espantosa habitación, con un baño aún más lúgubre y con un penetrante olor a humedad. Las paredes están empapadas y no se puede respirar. El joven parece medio avergonzado de ofrecernos esta habitación y nos habla de otra, por 30€, pero tiene que llamar a un colega. Con el colega, nos acercamos hasta la nueva habitación, a cuya puerta se nos une su propietaria, Livia. Entramos en un pequeño apartamento en los bajos de una casa, compuesto por un minúsculo baño, una cocina en el interior de un armario, un salón y la habitación. Es sombrío y huele a cerrado, pero estamos en el mismo centro de Brasov, así que nos quedamos.
Se nos ha hecho un poco tarde y hemos perdido una luz preciosa. Limpios y frescos, decidimos ir a cenar a un gran restaurante chino del que se habla en la guía. Estamos solos, así que no sé si habrá sido una gran idea, sin embargo está todo extraordinario. Nos llama la atención el precio, unas 1200 pesetas, barato para nosotros, pero caro para la media de Rumanía.
Estamos agotados y nos acostamos pronto, que mañana nos espera una dura jornada de turismo del que hace la “gente normal”.
Se nos ha hecho un poco tarde y hemos perdido una luz preciosa. Limpios y frescos, decidimos ir a cenar a un gran restaurante chino del que se habla en la guía. Estamos solos, así que no sé si habrá sido una gran idea, sin embargo está todo extraordinario. Nos llama la atención el precio, unas 1200 pesetas, barato para nosotros, pero caro para la media de Rumanía.
Estamos agotados y nos acostamos pronto, que mañana nos espera una dura jornada de turismo del que hace la “gente normal”.