SABADO 05/08
14ª ETAPA: YUSUFELI – ISPIR
(85km/6h 25min)
Jesusek eta Ainhoak behin betiko utziko gaituzte, autobus batek Trabzonera eramango ditu, Istanbulera bidean. Arraroa egiten da tropela hain gogor murriztea. Eta gure lehen etapa bakarrik da luzea, gehiegitxo agian, baina oso ederra. Ibaiaren hurbiltasunak arindu egiten du beroa.
14ª ETAPA: YUSUFELI – ISPIR
(85km/6h 25min)
Jesusek eta Ainhoak behin betiko utziko gaituzte, autobus batek Trabzonera eramango ditu, Istanbulera bidean. Arraroa egiten da tropela hain gogor murriztea. Eta gure lehen etapa bakarrik da luzea, gehiegitxo agian, baina oso ederra. Ibaiaren hurbiltasunak arindu egiten du beroa.
La mañana es un punto y seguido para las tripas de Ainhoa, así que ella y Jesus deciden hacer el viaje a Trabzon en bus, para ellos se ha acabado la bicicleta. Recogemos el campamento, pagamos la estancia (15YTL) y el rafting (40YTL) y hacia las 9, nos encaminamos a la estación de autobuses. Un pequeño autobús, vía Artvin, les dejará en Trabzon y desde allí, tomarán un avión a Estambul, última etapa antes de su vuelta a casa. La despedida es breve, se hace raro perder la mitad del pelotón. Nosotros pedaleamos hacia Ispir. La primera parte nos es familiar, la hicimos el día del rafting. El perfil es duro, rompepiernas, hace calor, la carretera se transforma a menudo en pista pero, aún así, merece la pena. Afortunadamente, siempre tenemos el río cerca y aprovechamos esa cercanía para hacer una parada y darnos un chapuzón. Dejamos atrás el área de descanso, de ahora en adelante tan sólo encontramos aldeas con alguna casa diseminada. Afortunadamente, podemos rellenar los botellines en alguna fuente. A falta de unos 8km a Ispir, dejamos atrás un txai-toki muy majo, junto a un gran túnel en la roca. Pero es que a Javi le ha dado una pájara que le mantiene como pegado al asfalto y sólo tiene ganas de acabar, así que este último tramo se le hace cuesta arriba, a pesar de ser bastante llano. El cuenta marca 80km cuando entramos en Ispir. Nos topamos con una pareja de cicloturistas suizos, Stephan y Melinda. Iniciaron su viaje en Georgia, hoy vienen de Yusufeli y su próximo destino será Bayburt. Ahora andan en busca de un lugar en el que acampar. Para nosotros, la prioridad es tomar una coca-cola en el parque. El joven camarero al que, cosa muy rara, no le gusta el fútbol, nos invita al té. Preguntado por un camping, nos dice que algo parecido hay a 3 ó 4km. Aunque a Javi no le quedan muchas ganas de pedalear, nos decidimos a ir en su busca. Llegamos a un lugar en el que hay un hotel y algún que otro comercio, nos dicen que a un kilómetro escaso, cruzando un puente, encontraremos lo que buscamos. En efecto, al poco rato encontramos el “Idos Tesisleri”, un área de picnic con restaurante y bungalows. Preguntamos a unos currelas si es posible acampar y nos remiten al jefe quien, como era de esperar, no nos pone ninguna pega y nos indica dónde colocarnos. Son las 8 y está ya anocheciendo. A pesar del cansancio, preferimos prepararnos la cena a ir al restaurante. En el cercano campo de fútbol hay partido pero, ajenos a todo, nos dormimos en el primer tiempo. |
DOMINGO 06/08
15ª ETAPA: ISPIR – camino de BAYBURT
(63km/4h 50min)
Goiz amaitu dugu gaurko etapa, gogorra eta ederra, menditsua. Txantxa izena duen Laleli herria atzean geratu da, ez gaitu harritzen jada jendearen adeitasunak, baina berdin eskertzen dugu. Azkenean, ibaiaren ondoan, atseden lasaia hartu dugu atzo ezagutu genuen bikote suitzarraren ondoan.
15ª ETAPA: ISPIR – camino de BAYBURT
(63km/4h 50min)
Goiz amaitu dugu gaurko etapa, gogorra eta ederra, menditsua. Txantxa izena duen Laleli herria atzean geratu da, ez gaitu harritzen jada jendearen adeitasunak, baina berdin eskertzen dugu. Azkenean, ibaiaren ondoan, atseden lasaia hartu dugu atzo ezagutu genuen bikote suitzarraren ondoan.
Ha habido una temperatura muy agradable esta noche. En cuanto al estado de las tripas, las noticias son buenas, se van estabilizando las de ambos. Nos disponemos ya para la marcha, el jefe se niega a cobrarnos nada por la estancia. Nos informa, además, de que enseguida tendremos que empezar a subir. Así es, en efecto, tras unos primeros kilómetros de llaneo, que nos llevan a una fuerte pendiente camino de Pazaryolu. Es muy agradable la gente de este pueblo. Descendemos en busca de la carretera, llevamos a nuestra izquierda un caudaloso río. Encaramos una zona de fuertes subidas y descensos. Las unas, me obligan a meter todo el desarrollo y a ponerme de pie; los otros, a clavar los frenos pues, a la pendiente, hay que sumar el mal estado de la carretera. Pasamos Laleli, pueblo de gracioso nombre en el fondo de una vaguada de la que, lógicamente, hay que salir luchando, además de contra la cuesta, contra el viento, que sopla con fuerza. Pero, a pesar de estos inconvenientes orográficos, hay que reconocer que la etapa está resultando preciosa. Cuando llevamos pedaleados unos 60km, localizamos un lugar perfecto para acampar, junto al río. Tenemos, además, una fuente a tiro de piedra así que, aunque aún son las 16:30, decidimos dar por acabada la etapa. El río es accesible, pero sus verdes aguas no nos dan demasiada confianza. Estamos preparando los espaguetis, cuando escuchamos la campanita de la bici del suizo que conocimos ayer, Stephan. Ellos deciden acampar en el mismo lugar. Son una pareja peculiar, de unos 30 años, que hacen acampada libre y que dicen tener un presupuesto diario de 7YTL y que se quejan porque comprar en el súper es caro (¡¡y vienen de Suiza!!). Stephan saca un “butrino” casero, hecho con botellas de agua cortadas por la mitad y unidas por una cuerda. Se lanza al agua en la parte alta del río, dejándose llevar por la corriente, pero pescar, poco pesca (otra cosa, hubiese sido un milagro en 20’). Nuestros vecinos nos han invitado a tomar un té, y tras la cena, se está tan bien plácidamente tumbados en las esterillas (los mosquitos han desaparecido) y la temperatura es tan agradable, que nos quedamos disfrutando del rato de relax hasta las 20:30, ya de noche, cuando nos acostamos. |
LUNES 07/08 16ª ETAPA: camino de BAYBURT – PIRNAKAPAN (93km/6h 35min) Etapa luzea, aurrekoak baino erosoagoa, nahiz eta 8km-ko mendate bat izan dugun amaieran, gure tokian jarri gaituena. Bide erdian, Bayburt, hiri polit eta zalapartatsua, eta baita kontserbadorea ere, emakumeen janzkerak argi uzten digun bezala. |
Los suizos salen una media hora antes que nosotros, acompañados del tintineo de su campanilla. El perfil es hoy mucho más tranquilo, los kilómetros pasan con rapidez y, sin apenas darnos cuenta, estamos entrando en Bayburt. Unas compras, y la habitual invitación al té. Bayburt es una ciudad más conservadora que las que hemos conocido hasta ahora, las mujeres van totalmente tapadas, algunas completamente de negro, mostrando tan sólo los ojos. Por encima, suelen vestir un chal de tela de saco, con muy bonitos estampados y bordados. El pueblo es bonito y bullicioso, probablemente la gente estará de vacaciones. En lo más alto, los restos de una muralla y un castillo. Elegimos un céntrico y repleto txai-toki para tomar un refresco. Actualizo el diario e intento “robar” alguna foto del contraste entre tradición y modernidad en el vestir. Retomadas las bicicletas, se soporta mejor el calor sobre ellas. Estamos haciendo bien hoy los kilómetros y cuando ya vamos por los 70, decidimos que va siendo buen momento para parar. El problema, el puerto que tenemos justo frente a nosotros. Se plantea la cuestión de si será mejor merendarlo o desayunarlo y nos decidimos por la primera opción. Tenemos, pues, por delante, 8km muy duros que nos obligan a meter todo el desarrollo. Lo bueno, que a veces las nubes ocultan el sol; lo malo, que están en obras, lo cual dificulta aún más el ascenso, además de obligarnos a tragar el polvo que levantan los camiones. En lo alto, asoma un edificio que pensamos puede ser un hotel, lo cual sería bueno, pero no, al verlo más de cerca, comprobamos que se trata de un, cómo no, cuartel. Coronamos al fin, cansados pero satisfechos. El esfuerzo ha merecido la pena, el paisaje es espectacular y hay una luz muy buena ahora, a las seis de la tarde. Haciendo campo a través nos refugiamos tras unos arbustos, junto a un riachuelo de aguas tan limpias como frías. Es un buen lugar, aunque tenemos la carretera un poco cerca y se oyen los frenos de los camiones al bajar y sus forzados motores al subir. Nos refrescamos en el arroyo y cenamos un sabroso arroz con verduras más ensalada, alumbrados por la luna. Ha quedado una fresca pero agradable noche. |
MARTES 08/08
17ª ETAPA: PIRNAKAPAN – MERÇAN
(66km/4h)
Egun bero hau Merçan herrian bukatu da, udal hotelean. Egunean zehar, hainbat gairi buruzko informazioa biltzen joan gara: kurduen gatazka, estatu kurduak Turkian dituen mugak, Israelek Libanon egindako bonbardaketak,… eta beste gai batzuk, prosaikoagoak, Istanbulera trenez itzultzeko aukera ezberdinak, esaterako.
17ª ETAPA: PIRNAKAPAN – MERÇAN
(66km/4h)
Egun bero hau Merçan herrian bukatu da, udal hotelean. Egunean zehar, hainbat gairi buruzko informazioa biltzen joan gara: kurduen gatazka, estatu kurduak Turkian dituen mugak, Israelek Libanon egindako bonbardaketak,… eta beste gai batzuk, prosaikoagoak, Istanbulera trenez itzultzeko aukera ezberdinak, esaterako.
Por la mañana, nos visita un pastor de cara simpática. Saludo, apretón de manos, pero declina nuestra invitación a tomarse un té. Sin más novedades, a las 8:45 ya pedaleamos, bajo un cielo que amenaza lluvia (el pastor, sin embargo, dice que de lluvia, ni hablar, y va a tener razón). Descendemos hasta que, a unos 6km del pueblo, comienzan las obras, nuestra pesadilla de hoy durante cerca de 35km. El paisaje pierde su importancia cuando los camiones te envuelven en nubes de polvo que te obligan a corregir casi a ciegas el derrape de la bici. En esta pelea estamos, cuando topamos de bruces con un cicloturista holandés que, según cuenta, viene pedaleando desde la puerta de su casa, hace ya 70 días. Va cargado como un mulo, con tres alforjas delanteras, dos traseras, más otros trastos varios en su bicicleta “de manillar torcido”. A la camiseta y el pantalón, no creo que les devuelva el color original ni “Colón Ultra Maxi”. Ha dejado el curro, así que no tiene fecha de vuelta y sus próximos destinos son Georgia e Irán. Nos despedimos y le dejamos, sólo ante las obras que nosotros, al fin, hemos dejado atrás. Nos detenemos en Turçan, un bonito pueblo de 13.000 habitantes. Aprovechamos una terraza para descansar. Tranquilamente sentados a la sombra, se nos acerca un paisano, quien nos invita al té de rigor. Habla un poco de inglés y charlamos sobre el viaje. Dice que encontraremos soldados en Tunceli, de nuevo en el Kurdistán. Le pedimos que nos lo delimite: al norte, Kars; la frontera siria al sur y al oeste, Diyarbakir. Al parecer, los kurdos se están moviendo en el Kurdistán bajo ocupación irakquí. Decidimos continuar hacia Merçan donde, según nos informan, hay un hotel. Afrontamos pues los 10km que nos separan de esa localidad, bajo un sol abrasador y con fuerte viento en contra. Llegados allá, el hotel resulta ser municipal, comparte edificio con el ayuntamiento y resulta tener un encargado súper majo. El precio, 10YTL, que yo creía que era por cada uno pero que no, es lo que cuesta la habitación. Nos invita a un té, que saboreamos mientras vemos en las noticias cómo Israel está bombardeando el Líbano (Israel y EEUU, “problema”, nos dice el paisano). Una ducha, hacer la colada, comemos algo y salimos a dar un paseo. Hacemos las compras y después de pasar por la habitación, nos acercamos a cenar en el único “lokantha” de la localidad, cuyo menú es más bien escaso, “kofte izgara”, es decir, hamburguesa a la plancha, acompañada de ensalada. Como complemento, nos metemos un par de buenos helados entre pecho y espalda. Hoy tenemos luna llena. Hace calor en la calle y en la habitación y la noche es larga, los mosquitos están en plena actividad. |
MIERCOLES 09/08
18ª ETAPA: MERÇAN – PÜLÜMÜR
(80km/5h 10min)
Errepideko lanek zaildu egin digute Kurdistanen ofizialki sartu garen lehenengo eguna. Presio militarra oso handia da, eta baita kurduen ondoeza ere. Eguna era polit batean bukatzeko aukera suertatu zaigu Pülümür-en, lo egiteko gonbidapen batekin, baina denda muntatu behar izan dugu, azkenean. Suposatzen dugu hain gune gatazkatsuan guganako mesfidantza dela etxetik irtetera behartu gaituena. Egoera deseroso samarra izan da, baina ulergarria ere.
18ª ETAPA: MERÇAN – PÜLÜMÜR
(80km/5h 10min)
Errepideko lanek zaildu egin digute Kurdistanen ofizialki sartu garen lehenengo eguna. Presio militarra oso handia da, eta baita kurduen ondoeza ere. Eguna era polit batean bukatzeko aukera suertatu zaigu Pülümür-en, lo egiteko gonbidapen batekin, baina denda muntatu behar izan dugu, azkenean. Suposatzen dugu hain gune gatazkatsuan guganako mesfidantza dela etxetik irtetera behartu gaituena. Egoera deseroso samarra izan da, baina ulergarria ere.
A las 6 de la mañana ya estamos desayunando y a las 7:10 estamos en marcha, hoy es día de mercado en Merçan. Reincorporados al pedaleo, nos encontramos de nuevo con las obras que, afortunadamente, acaban a escasos kilómetros. Por primera vez podemos ver el tren y no tiene mal aspecto. Con apenas 10km recorridos, Javi se da cuenta de que un soporte de mi parrilla se ha partido, pero lo malo es que el tornillo no entra en el agujero hecho al de repuesto (fallo del artesano, que no lo probó en su momento). Unas arandelas bien colocadas, hacen un apaño. La carretera pica hacia abajo y los kilómetros transcurren fácilmente. El único problema, los conductores, poco respetuosos, que me sacan de la carretera en un par de ocasiones. Así llego al kilómetro 50 (Javi se ha quedado más atrás), a un “lokantha” frente al cruce que hemos de tomar nosotros. Con los botellines llenos, atravesamos el río hasta un control policial donde, como era de esperar, nos paran. Nos preguntan dónde tenemos pensado dormir (¡cómo se lo vamos a decir, si ni nosotros lo sabemos!) e introducen todos nuestros datos en el ordenador. Estamos ya, oficialmente, en el Kurdistán, donde entramos cuesta arriba. De nuevo nos encontramos la fatídica señal: obras durante los siguientes 13km, sin asfalto y siempre hacia arriba. Una oportuna fuente nos ofrece un respiro, igual que los conductores de un “pickup” primero y de un “dolmuz”, después. En ambos casos declinamos la invitación, apretando los dientes y con una sonrisa. Coronamos al fin el puerto, límite también de las obras y, ¡cómo no!, nos recibe un cuartel, con sus garitas y sus tanquetas amenazantes. Al lado opuesto de la carretera, una casa utilizada por los obreros que trabajan en la carretera. Paramos a colocarnos el casco y no desaprovechan la ocasión de invitarnos a un té. Uno de los ingenieros nos conduce al interior, hablamos del viaje y del Kurdistán. Sobre un mapa, nos marcan los límites: Artvin por el norte; al este, la frontera con Armenia e Irán; sigue descendiendo por los límites con Irak y Siria; al oeste, cierran el círculo Tunceli, Karavan, Maras, Malatya,… Nos habla de la presión militar y de cómo en sus escuelas no se puede estudiar en kurdo, a pesar de lo cual siguen hablando su idioma. Lo siguiente, es una invitación formal a comer, que rechazamos, a pesar de lo cual no le hacemos feos a la sandía, sabrosa, como todas las que hemos comido en Turquía. Nos despedimos al fin, bajamos el puerto hasta una especie de área recreativa, con mesas, una de las cuales ocupamos para comer. Al lado, una familia de emigrantes de Tunceli que vienen desde Alemania. Charlamos un ratico y continuamos hasta el cercano Pülümür. |
Llegar a la calle principal nos cuesta una rampa del 12% que nos hace resoplar al parar. Hay ambiente en la calle, hacemos las compras en el súper y en una frutería cercana, la mujer, muy agradable, me recibe con dos besos y un sonoro “hoz geldiniz”. Se empeña en que tomemos un té con ella y con su moderna madre, vestida con vaqueros y camisola y con el pelo teñido. No hablan inglés y con la ayuda del pequeño diccionario, conseguimos, con gran esfuerzo, seguir una conversación medianamente coherente. Descubrimos en medio del intercambio que algo nos ha dicho de “huésped”, por lo que intuimos que nos están invitando a quedarnos a dormir en su casa. Nos ponen en un dilema, porque nosotros estamos más a gusto a nuestro aire, pero tanto insisten, que al fin no nos queda más remedio que aceptar. En un momento, ha aparecido un señor con bigote (no el de Gila) que se ha sentado a la mesa, pero ni ha hecho mención de dirigirnos la palabra. La conversación también se ha vista interrumpida por un comprador de huevos que, para comprobar si están frescos o no, los agita violentamente junto al oído. Parece que no pasan la prueba y no es de extrañar, pues es frecuente ver altas columnas de hueveras apiladas en las tiendas, a temperatura ambiente.
Abandonamos al fin la tienda y la mujer nos acompaña hasta su casa, una vivienda muy arreglada, de planta baja únicamente. Nos descalzamos y pasamos a la sala, impecable y cubierta de alfombras, donde nos recibe la hija, que estudia magisterio en la universidad. Nos ofrecen una ducha y la aceptamos sin dudar y salimos a desmontar y limpiar un poco las alforjas. Mientras tanto, se han ido reuniendo 2 ó 3 mujeres con la madre de nuestra anfitriona, discuten entre ellas. En un momento, se dirige a nosotros haciendo señas, nos tenemos que marchar, nos está echando. Su hija ha desaparecido. No nos queda más remedio que volver a montar los trastos en las bicicletas y marcharnos, sin despedirnos, lógicamente. No entendemos lo que ha pasado, quizá hay desconfianza en una zona al parecer conflictiva pero, sea lo que sea, nos deja mal sabor de boca (años más tarde, conocida la situación del Kurdistán, entendremos de sobra esta desconfianza).
Abandonamos al fin la tienda y la mujer nos acompaña hasta su casa, una vivienda muy arreglada, de planta baja únicamente. Nos descalzamos y pasamos a la sala, impecable y cubierta de alfombras, donde nos recibe la hija, que estudia magisterio en la universidad. Nos ofrecen una ducha y la aceptamos sin dudar y salimos a desmontar y limpiar un poco las alforjas. Mientras tanto, se han ido reuniendo 2 ó 3 mujeres con la madre de nuestra anfitriona, discuten entre ellas. En un momento, se dirige a nosotros haciendo señas, nos tenemos que marchar, nos está echando. Su hija ha desaparecido. No nos queda más remedio que volver a montar los trastos en las bicicletas y marcharnos, sin despedirnos, lógicamente. No entendemos lo que ha pasado, quizá hay desconfianza en una zona al parecer conflictiva pero, sea lo que sea, nos deja mal sabor de boca (años más tarde, conocida la situación del Kurdistán, entendremos de sobra esta desconfianza).
Así que estamos de nuevo en la carretera, no es tarde, son las seis más o menos. Circulamos junto a un río bastante caudaloso y vemos buenos lugares para acampar en la otra orilla, pero no hay ningún puente y atravesar el cauce, visto desde cerca, parece más difícil de lo que podíamos pensar. Optamos al fin por un pequeño claro que, aunque se ve algo desde la carretera, parece cómodo. Tenemos al lado el río, fresco, que nos sirve de ducha y de suministro del agua para los espaguetis con ajo, acompañados de ensalada. Descansamos plácidamente. |