MIÉRCOLES 13/07
BILBAO – MILAN – ISTAMBUL – YALOVA
Bidaia egun luzea Istanbuleraino, orain, turkiar dirura ohitu behar eta hizkuntzara saiatu, azken hau erraza izango ez den arren. Yalovara heldu gara azkenik, Bosfororen beste aldean, Asian jada, bertoko turismoa erakartzen duen herria.
Las cajas han pesado 24kg cada una, pero no nos han puesto ninguna pega. Aterrizamos en Istambul a las 14:00. Pagamos la VISA (10€) y con las bicis ya en la mano, intentamos encontrar un lugar donde guardar las cajas en el aeropuerto; nos remiten a una consigna donde nos piden 168€ por cada una de ellas. Evidentemente, no es ni negociable. Lo intentamos en la oficina de información y turismo, sin suerte también, de aquí sólo sacamos un mapa de la ciudad; en el exterior, lo mismo, o no nos entienden o no nos solucionan nada. Rumanía, sin lugar a dudas, sentó un mal precedente.
Se trata ahora de llegar al puerto (queremos coger un ferry a Yalova). 800.000 liras turcas nos piden a cada uno en el autobús y 25.000.000 (¡¡pastón!!) por meterlas en un taxi. Nos decidimos por esta última opción. Son sólo 17km desde el aeropuerto hasta el puerto, pero es una distancia imposible de recorrer pedaleando, es una vía de doble carril repleta de coches conducidos “a la turca”. Trataremos de desvelar la incógnita de si Turquía pertenece a Oriente u Occidente, de momento los precios son bastante europeos. Comienza el progresivo adiestramiento en el arte de la incomunicación ¿Será posible aguantar mes y medio sin poder comunicarme? Porque lo de aprender turco, se me hace poco menos que imposible.
Embarcamos a las 19:20, las bicicletas han quedado junto a los coches, en la bodega. Hemos pagado 1.000.000 por ambos pasajes y aunque nos habían dicho que debíamos pagar aparte las bicicletas, la estrategia de hacerse “el sueco”, funciona a la perfección. El barco va a tope, puntualmente, a las 20:30, estamos en Yalova y apenas una hora más tarde, en la habitación de la pensión. Tras la ducha, un poco más relajados ya, salimos a reconocer el pueblo, un lugar de veraneo para turismo local con innumerables chiringos junto a la playa donde tomar un kebab o un helado. Optamos por un bocata de pollo con perejil que no resulta ser una “delikatessen”, pero el hambre quita. Después, pecamos tomando una cerveza en un pub absolutamente europeo, junto a jóvenes vestidos “de marca”. De ahí, a la cama, que el día ha tenido demasiadas horas.
BILBAO – MILAN – ISTAMBUL – YALOVA
Bidaia egun luzea Istanbuleraino, orain, turkiar dirura ohitu behar eta hizkuntzara saiatu, azken hau erraza izango ez den arren. Yalovara heldu gara azkenik, Bosfororen beste aldean, Asian jada, bertoko turismoa erakartzen duen herria.
Las cajas han pesado 24kg cada una, pero no nos han puesto ninguna pega. Aterrizamos en Istambul a las 14:00. Pagamos la VISA (10€) y con las bicis ya en la mano, intentamos encontrar un lugar donde guardar las cajas en el aeropuerto; nos remiten a una consigna donde nos piden 168€ por cada una de ellas. Evidentemente, no es ni negociable. Lo intentamos en la oficina de información y turismo, sin suerte también, de aquí sólo sacamos un mapa de la ciudad; en el exterior, lo mismo, o no nos entienden o no nos solucionan nada. Rumanía, sin lugar a dudas, sentó un mal precedente.
Se trata ahora de llegar al puerto (queremos coger un ferry a Yalova). 800.000 liras turcas nos piden a cada uno en el autobús y 25.000.000 (¡¡pastón!!) por meterlas en un taxi. Nos decidimos por esta última opción. Son sólo 17km desde el aeropuerto hasta el puerto, pero es una distancia imposible de recorrer pedaleando, es una vía de doble carril repleta de coches conducidos “a la turca”. Trataremos de desvelar la incógnita de si Turquía pertenece a Oriente u Occidente, de momento los precios son bastante europeos. Comienza el progresivo adiestramiento en el arte de la incomunicación ¿Será posible aguantar mes y medio sin poder comunicarme? Porque lo de aprender turco, se me hace poco menos que imposible.
Embarcamos a las 19:20, las bicicletas han quedado junto a los coches, en la bodega. Hemos pagado 1.000.000 por ambos pasajes y aunque nos habían dicho que debíamos pagar aparte las bicicletas, la estrategia de hacerse “el sueco”, funciona a la perfección. El barco va a tope, puntualmente, a las 20:30, estamos en Yalova y apenas una hora más tarde, en la habitación de la pensión. Tras la ducha, un poco más relajados ya, salimos a reconocer el pueblo, un lugar de veraneo para turismo local con innumerables chiringos junto a la playa donde tomar un kebab o un helado. Optamos por un bocata de pollo con perejil que no resulta ser una “delikatessen”, pero el hambre quita. Después, pecamos tomando una cerveza en un pub absolutamente europeo, junto a jóvenes vestidos “de marca”. De ahí, a la cama, que el día ha tenido demasiadas horas.
JUEVES 14./07
1ª ETAPA: YALOVA – IZNIK
(62km/3h 45min)
Ezustekorik gabeko eguna, trafiko handiak eragindakoez gain. Bero egiten du, Iznik lakuko urek laguntzen dute aurre egiten.
1ª ETAPA: YALOVA – IZNIK
(62km/3h 45min)
Ezustekorik gabeko eguna, trafiko handiak eragindakoez gain. Bero egiten du, Iznik lakuko urek laguntzen dute aurre egiten.
Salimos dirección Iznik bajo un cielo nublado y con una temperatura alta. Compartimos la carretera de Bursa con los coches hasta Orhangazi, el tráfico es intenso, subimos un puerto donde el asfalto se ha derretido, agobiados por el ruido y la cercanía de coches y camiones. La carretera está más lejos del lago de Iznik de lo que pensábamos, apenas si lo vemos. A ambos lados, frutales y tierras de cultivo. Este tramo del recorrido es llano y llegamos a Iznik sin problemas. Es un pueblo bastante grande, así que tenemos esperanzas de encontrar gas para nuestra cocina, es nuestra primera tarea del día. Tratamos de localizar el camping, que no era tal, sino una zona en la que es posible poner la tienda, junto al lago. Buscamos la sombra de un árbol y nos damos un chapuzón. Hace bastante viento y hay pequeñas olas que enturbian el agua. El tacto con el fondo es arenoso, hay algas, se diría que estamos e el mar pero no, el agua es dulce. Vamos ahora a hacer unas compras, encontramos la bombona que buscábamos. De vuelta, le echamos el ojo a un sitio donde acampar con fuente incluida. Hay tráfico en el cercano camino, pero el viento mantiene la superficie del lago agitada y amortigua el sonido. Fin del primer día con una noche un poco más corta de lo que esperábamos. |
VIERNES 15/07
2ª ETAPA: IZNIK – TAHTAKÖPRÜ
(74km/5h 10min)
Bideak ematen digunaz harago -beroa, aldapak, fruta-arbolak nonahi, ekaitzak...-, Tahtaköprura iritsiko gara gaur. Herri honen izena ez dugu ahaztuko, eta aurrean bizi izango duguna iragartzen digu, persona hauen izaera abegitsu zoragarria. Eta beste kontu garrantzitsu bat, Kurdistanen gaia, “ni mentalho”.
2ª ETAPA: IZNIK – TAHTAKÖPRÜ
(74km/5h 10min)
Bideak ematen digunaz harago -beroa, aldapak, fruta-arbolak nonahi, ekaitzak...-, Tahtaköprura iritsiko gara gaur. Herri honen izena ez dugu ahaztuko, eta aurrean bizi izango duguna iragartzen digu, persona hauen izaera abegitsu zoragarria. Eta beste kontu garrantzitsu bat, Kurdistanen gaia, “ni mentalho”.
A las 8:15 ya estamos en marcha, dejamos la carretera a Bursa a la derecha e iniciamos la ascensión de un puerto que se prolongará durante ocho sudorosos kilómetros. En Turquía no marcan los porcentajes de desnivel en las subidas pero sí utilizan las señales verticales que indican pendiente pronunciada y que tanto “miedo” llegarán a darnos. Las de hoy nos llevan a Yenisehir un pueblo bastante grande donde en seguida nos convertimos en la atracción. Nos sentamos a tomar el té, preguntamos cómo se dice “¿cuánto es?” y “kaç para” es la respuesta. Le pagamos los 3.000.000 y partimos, de nuevo entre fértiles tierras de cultivo y muchos frutales, melocotoneros sobre todo. Circunvalamos Inegöl por una autovía con arcén que nos torturará por espacio de 7km. El cielo amenaza tormenta, enseguida comienza a llover, cada vez con más intensidad. La carretera se empina y finalmente llegamos a Tahtaköprü, el pequeño pueblo que nos adoptó. Hay dos tiendas. En una de ellas, preguntamos al joven dependiente por un sitio para acampar en los alrededores. Su hermana hace de intérprete, habla con su tío, nos dice que hay una zona de picnic pero que no está permitida la acampada. Finalmente nos dice que montemos en el coche y tío, sobrina y nosotros dos –dejando la tienda abierta y las bicis en la calle- nos dirigimos a un alto donde hay un restaurante, pero parece que no es posible acampar allí. Finalmente Neve, la sobrina, nos dice que podemos quedarnos en su casa. Le digo que tan solo si acepta nuestro dinero y dice que de ningún modo. Volvemos al pueblo y allí están las bicicletas. Empieza a llover intensamente. El que podría ser el alcalde nos acompaña hasta una puerta metálica, dejamos las bicicletas y tras subir unas escaleras entramos en un amplio salón con una tarima y repleto de viejas sillas de formica, las antiguas escuelas, al parecer. Algunos cristales están rotos y los rudimentarios baños turcos no están en muy buen uso pero para nosotros es más que suficiente. Enseguida colgamos nuestra ducha en los baños y hacemos la colada. |
Son las ocho de la tarde cuando ya instalados salimos a tomar un té al bar. El dueño no habla inglés pero el único parroquiano, más joven hace de intérprete. Nos invita al obligado té –que siempre es más de uno- y nos enseña su colección de sellos y monedas. Respondemos a las preguntas del joven sobre el viaje. Posteriormente el padre se incorpora al grupo y le dice al hijo que nos invite a cenar. Aceptamos agradecidos. Va llegando más gente a la tetería. Ni que decir tiene que nos hemos convertido en el centro de interés. Hacemos un par de fotos, pero es ya hora de cenar así que abandonamos el bar con el padre y el hijo.
En la casa, dejamos las zapatillas fuera y saludamos a una mujer con la cabeza tapada. Está preparando la cena. Nos llevan a un salón con cómodos sofás y una televisión. La decoración es bastante occidental pero no hay mesa. Cenamos arrodillados en el suelo -el día que descubran la mesa se darán cuneta de que es bastante más cómodo, en seguida las piernas se nos quedan dormidas-. Sobre la mesa tomate, yogur, sandía, sopa y carne guisada con patatas. Para beber sacan una especie de zumo de cereza. El pan es casero, lo hace la mujer. Lo cierto es que todo está muy rico. Comen el yogur como guarnición, es natural y un poco agrio. Cubren las piernas con el mantel para no mancharse, no usan servilletas. Cuando nos preguntan por el conflicto vasco, ante nuestra frase “you have the same problem here with kurdish people” inmediatamente se les muda el gesto. Inician un alegato nacionalista contra los kurdos a los que acusan de todos los males que aquejan al país. Les describen como vagos y terroristas. Enseguida comprendemos que tenemos que ser muy precavidos con el tema para que no se generen situaciones similares. |
Tras la cena bajamos de nuevo al bar a conocer a un amigo suyo que ha trabajado como guía turístico y tiene un buen inglés. Él es quien nos convence para que vayamos a Pammukale. Nos preguntan por la idea que teníamos de Turquía. Les decimos que esperábamos un país más llano, soleado y árabe y sobre todo, no tan avanzado. Nos despedimos cerca de las 11 de la noche, después de rechazar la invitación para dormir en una habitación cercana a la tetería. Al parecer, era esto lo que nos quería indicar el amable coleccionista cuando nos hacía señas al llegar al pueblo. Una pena, pero también estamos cómodos en nuestras escuelas.
SABADO 16./07
3ª ETAPA: TAHTAKÖPRÜ – TAVSANLI (a unos 6km)
(56km/3h 50min)
Eguna, euritsu hasi eta eguzkitsu bukatu. Gure anfitrioiei agur esan, penatuta, eta benetako portu bati aurre egin diogu irten bezain laster. Baina eguna hobetzen ari da. Iturri ugari eta oparoek beroari aurre egiten laguntzen dute.
3ª ETAPA: TAHTAKÖPRÜ – TAVSANLI (a unos 6km)
(56km/3h 50min)
Eguna, euritsu hasi eta eguzkitsu bukatu. Gure anfitrioiei agur esan, penatuta, eta benetako portu bati aurre egin diogu irten bezain laster. Baina eguna hobetzen ari da. Iturri ugari eta oparoek beroari aurre egiten laguntzen dute.
Son cerca de las 7 cuando nos levantamos. Con los trastos a medio recoger, comienza a llover, suavemente primero y con gran intensidad después. Nos da la impresión de que ya hemos protagonizado esta película, en Rumanía, hace un año. Pasamos la mañana entre el sueño y la vigilia, viendo caer la lluvia tras los cristales y la inactividad nos hace caer en la desidia, no tenemos ganas ni de acercarnos al pueblo a tomar un té. Sin embargo, a las 14:15 nos ponemos en camino, ha salido el sol y nos ha cambiado el humor. Tras despedirnos, hacemos lo propio con el amabilísimo dueño del bar, que se empeña en invitarnos a un último té, pero es tiempo de partir, no queremos que se nos haga más tarde. Comenzamos así, sin previo aviso, la ascensión del puerto más duro que hemos encontrado hasta ahora en Turquía. Las primeras rampas, en frío y con el sol que aprieta, se hacen interminables. El conductor de un coche familiar se detiene e insiste en que subamos las bicicletas, que eso no se puede subir dando pedales; lo mismo hace un poco más tarde un BMW. Las cuestas no acaban, pero la temperatura se hace algo más llevadera. Pero todo lo que sube, en algún momento debe bajar y así es, en efecto, cuesta abajo y sin frenos llegamos a Domaniç. A partir de aquí, dejamos atrás Tunçbilek y un enorme y humeante vertedero de grandes dimensiones. Seguimos dirección Tavsanli y a tan sólo unos 6km de esta población, encontramos junto al río un lugar perfecto para acampar, con fuente incluida (hay mucho agua en esta tierra, estamos sorprendidos). Ya instalados y después de ducharnos en la fuente, preparamos un caldito y un arroz que acompañamos con una salsa de tomate con pimientos y guindillas que nos ha regalado el dueño del bar (es medio kilo más que hay que acarrear, pero no lo hemos podido rechazar). Es picante la mezcla, pero está rica. Estamos junto a la carretera, así que quizás nos va a acompañar el ruido de los motores esta noche. |
DOMINGO 17/07
4ª ETAPA: TAVSANLI – ÇAVDARHISAR
(64km/4h)
Pagadiek pinuei, makalei, sabinei, zerealei, jarari ematen diete lekua. Berriz ere persona hauen izaera adiskidetsua harritu egiten gaitu, lehenik nekazari familia batena, eta gero Çavdarhisar herriko txiringito baten jabearena. Gure gaurko patuan, harrigarria da erromatarrek utzitako ondare historikoa.
4ª ETAPA: TAVSANLI – ÇAVDARHISAR
(64km/4h)
Pagadiek pinuei, makalei, sabinei, zerealei, jarari ematen diete lekua. Berriz ere persona hauen izaera adiskidetsua harritu egiten gaitu, lehenik nekazari familia batena, eta gero Çavdarhisar herriko txiringito baten jabearena. Gure gaurko patuan, harrigarria da erromatarrek utzitako ondare historikoa.
La tienda está empapada por la humedad del río, pero el sol rápidamente empieza a calentar. A las 9:45, con el equipaje ya seco, pedaleamos dirección Tavsanli, donde nos desviamos por una carretera que va a Kuruçay y que parece introducirnos en el norte de Burgos, con sus campos de cereal, sus chopos, sus abubillas,... Hemos abandonado los hayedos que nos acompañaron ayer al coronar el puerto. Más adelante, el paisaje se hace más mediterráneo, estamos ahora en la sierra de Málaga y pedaleamos acompañados del olor de la jara. Paramos en el “Kayabogazi Baraji”, llevamos unos 40km y nos merecemos un descanso y una siestecilla. En ello estamos cuando aparece una familia campesina, con rastrillos y guadañas, dispuesta a hacer lo mismo después de una mañana de trabajo. Pronto nos llega el olor a carne asada y enseguida el hijo más joven se acerca con un plato con pan y otro con carne, tomate y pimientos. Esta gente es increíble, siempre dispuesta a compartir lo que tienen. Si no teníamos muy claros los motivos que nos llevaron a venir a Turquía de vacaciones, si sabemos en cambio por qué hemos de volver y será por sus gentes y su amabilidad. Al ir a devolverles los platos, nos invitan al té y con ellos nos sentamos, descalzos, sobre las alfombras que acarrean para la ocasión. Pasamos un rato agradable, a pesar de la incomunicación. Tras las despedidas y bajo un sol bastante tolerable, comenzamos la segunda parte del itinerario a través de un precioso sabinar que nos llevará hasta Çavdarhisar, pueblo con buena carga histórica. De lejos nos espera la silueta de un esbelto templo romano (de Zeus, del s.II a.C. averiguaremos después). Además, existen ruinas de un estadio, un anfiteatro, unas termas y en algunas casas encontramos que los doseles de las puertas son también de la época. Dejamos las bicicletas apoyadas junto a las impresionantes columnas del templo, hechas de una única pieza de piedra, de tonos verdes y amarillentos de los líquenes y que les añaden aún más belleza. Al lado, un chiringuito nos anima a tomar un refresco. El dueño habla alemán perfectamente y algo de inglés, como su simpático y servicial sobrino. Para acampar, nos dice que pongamos la tienda en la explanada que hay justo detrás del chiringo con la tranquilidad añadida (aunque tranquilos, ya estamos) de que una persona vigila el templo por la noche. Sitios más bonitos ya habrá, pero es cómodo. Dejamos las bicis y nos acercamos al pueblo a hacer alguna compra. El atardecer ha sido precioso y al anochecer, unos focos iluminan el templo. Regresamos al chiringuito huyendo de una nube de mosquitos que me están volviendo loca. La mujer nos prepara dos tortas -gozleme-, de espinacas una y de queso la otra, que devoramos acompañadas de dos cervezas Tuborg de medio litro. Cenamos acompañados del paisano, hablamos de nuestros trabajos, de lo bien que viven los hombres en Turquía,… El tipo resulta simpático a pesar de su machismo que, por lo menos, no intenta ocultar. También habla un poco de los kurdos, a quienes describe como un pueblo de vagos (preferimos no entrar en más detalles, especialmente tras la experiencia de Tahtaköprü). Nos despedimos, encontramos la tienda bastante húmeda, pero sólo es por fuera y eso no nos impedirá que descansemos perfectamente. |