SÁBADO 27/03 BILBAO – MADRID – AGADIR Llegamos a Madrid sin problemas, en apenas tres horas y media, por la autopista. Nos despistamos, sin embargo, camino de la T4, no es fácil llegar sin pagar peaje. La furgoneta queda en el parking de larga estancia. En el mostrador de Air Moroko nos espera una sorpresa: hay que pagar 40€/bici. La reclamación, a la vuelta. Ha habido problemas en la facturación y mientras esperamos, una amable chavala marroquí que estudia en España y habla un perfecto castellano, nos escribe una nota en árabe para intentar que nos guarden las cajas en el aeropuerto de Agadir. Por lo demás, el viaje transcurre con normalidad. A la hora prevista, hacia las 00:15 del día 28, estamos en Agadir. Dormimos en unos bancos acolchados junto al “txiki park”. DOMINGO 28/03 1ª ETAPA: AGADIR – TAROUDANT (65km/ 4h 05min) Ez dago gauza handirik azpimarratzeko lehenengo egun honetan, 65km lau erreiko errepide batetik, trafiko gutxikoa zorionez. Ibilbide laua da, ona hankentzako, ez berriz horrenbeste hanka-tartentzako. Ogia eta ura erosteko, tea hartzeko edota edandakoa txizatzeko geldialditxo batzuk egin ondoren, 15:30ak aldean, ari gara Taroudanten sartzen. Para las siete ya estamos en movimiento. Aprovechamos que el personal de limpieza trabaja en los baños para acercarnos con la nota que nos escribieron ayer: ningún problema, dejamos las cajas a un currante con quien quedamos en vernos el próximo día 10. A ver si hay suerte, suponemos que así será porque pregunta a qué hora vendremos al aeropuerto e incluso nos deja un número de teléfono. Nos ponemos en marcha hacia las diez, Ha hecho calor, teníamos 27º a la una. Nada mencionable hasta Taroudant. Nos sorprende el tamaño de la ciudad, cuidada y bonita en el centro, con amplias vías de entrada y jardines. Tenemos la referencia del “Hotel Taroudant”, pero nos sale al paso el “Atlas” y en él nos quedamos (160dh/habitación doble más desayuno). La habitación no es grande, pero tiene luz natural y está limpia, incluso tenemos baño y ducha. El agua, fría, pero estamos acalorados y quizás también nos hemos quemado un poco. Después de sestear un poco, salimos a callejear. Se nos van los ojos con las naranjas y las fresas. Hay más gente que en la guerra, paseamos por el zoco, que no nos sorprende, es un poco lo de siempre, lo más llamativo son los puestos de especias. Es habitual ver gente pobre, muchas veces discapacitados, pidiendo por las calles y los marroquíes son generosos. Cenamos por 30dh en una taberna de pescado frito a la que hemos echado el ojo, un buen plato de pescados fritos variados, ricos, aunque de poco sabor. Paseamos después hasta la plaza más importante de Taroudant. Es ya de noche, pero es increíble el ambiente. Encontramos allí el “Hotel Taroudant”, que tiene restaurante y bar, el cual aprovechamos para tomar una cerveza. El 95% de la clientela (sólo hombres, por supuesto) es local y no parece que toleren demasiado bien el alcohol. Probamos la cerveza “Stork”, del país (18dh), bastante suave. El bar está en un patio interior, con jardín central. Creo que hemos acertado al elegir el otro hotel, aquí hay demasiado ruido. Volvemos a la habitación y a pesar del ruido exterior, el cansancio nos puede. El desayuno, a partir de las 7:30. Vamos familiarizándonos con los precios: 5-7dh la botella de agua 1,5 litros; 1dh el pan pequeño, 2 el grande. Poco a poco. |
LUNES 29/03 2ª ETAPA: TAROUDANT – OUAOUPENRHA (53km/4h 25min) Taroudant 256 metrotan dago, Ighrem 1700etan, gaur beraz, igo behar. Tiouterako bidegurutzea atzean utzita, malda nabarmenagoa da. Hala ere, estutu bai, baina ito, ez, Para las 8:15 ya estamos en la cafetería del hotel, pero hay que esperar cinco minutos. Efectivamente, el desayuno era “a partir” de las 7:30. Tomamos café flojo, bollo marroquí del pelo, pero rico pan con margarina y mermelada. Nos acercamos a un banco, necesitamos cambiar dinero, pero el horario de apertura debe ser “a partir” de las 8:15, porque un paisano nos dice que no hay nada que hacer hasta las 9:30. Encontramos otro en el centro. Nos quedan aún 10km por la carretera general, hasta llegar al cruce de Ighrem/Tata, en Aït-Yazza. La carretera es estrecha, sube muy suavemente al principio, pero es pestosilla. Dejamos atrás el cruce a Tioute, subimos sin parar, aunque el puerto está muy bien trazado hasta el km42, en Imariden. Han quedado atrás pueblos miméticos, algunos críos (pocos) que piden “dirham” y tabaco. La pendiente es asequible, el firme es bueno, pero se nota que estamos sólo en el segundo día de pedaleo. Tras la parada, seguimos subiendo un poco más, pero el paisaje es súper bonito, en especial unos enormes cactus, los hay por todas partes. Vamos en busca de Idaou-finisse, llegamos al cartel que lo anuncia, pero no hay más que dos aldeas a ambos lados de la carretera. Sin embargo, apenas 200m más adelante, al salir de una curva, encontramos lo que buscábamos y necesitábamos: alguna que otra tienda y una tasca para tomar un té. Nos sentamos, los paisanos nos reciben con amabilidad. El té nos es apto para diabéticos, pero entra bien, aprovechamos para descansar un rato y actualizar estas notas. Compramos pan y agua, llenamos el depósito en la “taberna” y salimos en busca de un lugar en el que acampar. El relieve es ahora más suave, tan sólo alguna cuesta suave, que nos lleva hasta la entrada de una pista, poco antes de un restaurante y enseguida encontramos un hueco. Estamos muy cerca del camino que lleva a un pueblecico y hay bastante movimiento de vehículos. Por si esto fuera poco, llegan “Fátima y Fatuma” a recoger hierba y, de paso, a curiosear. Para cuando marchan, la luz ha bajado bastante y ha refrescado pero, aún así, se agradece una ducha. Hemos aprovechado el rato y la luz del atardecer para estar tranquilamente tumbados, hacer alguna foto y cenar. Tomamos el té después de la ducha, con dátiles. Fallan en este país las galletas. Son las 20:30 cuando nos acostamos, ha refrescado, pero frío no hace. |
| MARTES 30/03 3ª ETAPA: OUAOUPENRHA – VALLE DEL TATA (67km/5h 15min) Bizia izango da etapa Ighremeraino, oso. 36km, gora eta behera (gehiago gora behera baino, zoritxarrez). Ikustekoa da paisaia, ilargikoa mendialdean, berdea haraneko hondoan, bolkanikoa zenbait tokitan. Ighremeko irteera gogorra da, maldatsua baina egunaren lehenengo zatia polita izan bada, bigarrenari buruz, zer esan, ikaragarria da. 22km haratago bukatzen da igoera ahaztezin hau, jaitsiera zorabiagarria hasteko, etaparen amaieraraino eramango gaituena. Chapeau!! Amanecemos poco más tarde de las 7:30. La noche ha sido buena, 0º, ni frío ni calor. Lo más importante, que hemos descansado un buen número de horas. El primer desayuno, el “de la casa”, es decir, pan tostado con miel, capuccino y muesli, exquisito. Cuando, a las 9:30, nos ponemos en camino, nos despiden risueñas cuatro “Fatumas”. Al incorporarnos a la carretera, vemos que, hacia atrás, hemos dejado algo de nieve en los altos. La mañana es perfecta, hace calorcillo (y fresco en los descensos). Vamos dejando atrás pequeños pueblos. En Oualkadi, con 13km recorridos, tomamos un té y el típico “bocata marroquí”, o sea, hogaza de pan rellena de bonito/escombro con quesito “La vaca que ríe”. Delicioso. Tras disfrutar los primeros 36km, entramos en Ighrem. A unos 40km hay un pueblo con alojamiento, pero no tenemos ninguna prisa, no creo que lleguemos. Nos ha parecido entender a un paisano que tenemos 12km de subida, pero el paisaje nos hace olvidarlo. Se ven aún restos de la antigua pista, hacer este camino por ella sería “cañero-cañero”. Las montañas van desde el negro hasta el rojo, pasando por todas las tonalidades del marrón; algunas zonas serían el equivalente marroquí de los cañones del Colorado. Queda atrás un pueblo con restos de dos “kashbah”. La carretera sube (con pendiente aceptable normalmente, aunque hay rampas que “agarran”) y baja (hemos cogido hasta 70km/h). En el punto más alto, a 22km del pueblo, nos guarda la sorpresa de una imagen que recuerda enormemente al valle del Naryn, en Kyrgyzstan: una carretera con curvas de herradura, muy bonita, a la que le falta el remate final pues, en algunos puntos, el talud se ha derrumbado llegando casi a cortarla. A lo lejos, el valle del río Tata, con una rica vega, lo mismo que tras el descenso de 4,5km, cuando circulamos rodeados de palmeras. En una aldea nos detenemos para tomar un té con unos bollos, intercambiamos dátiles con el amable tendero y llenamos el depósito de agua. Damos un par de parches a unos chavales que arreglan un pinchazo sin desmontar la rueda del cuadro, curioso. Con todo lo que necesitamos, unos 4km más adelante, atravesamos el seco lecho del río e instalamos el campamento entre palmeras. Como ayer, hacia las 20:30, en el sobre. |