MARTES 6/04 9ª ETAPA: TAFRAOUTE – IGHIR IFRAN (61km/5h) Gaurkoa, markoan jartzeko etapa izan dugu. Anti-Atlasetik urrundu arren, oraindik ere mendiak gertu ditugu. Erdi hustutako herrixkak ikusi ditugu bidean, bertakoek etxe berriak ari dira eraikitzen, errepide ondoan. Perfila, gorabeheratsua baina izu-ikararik gabekoa, uste dut azkenean ari garela gehiago jaisten igotzen baino. Egunaren amaieran gertu gaudela, errepidea terrazatan landutako mendi-mazalen artean doa. Ez dakigu horrenbeste lanaren helburua zein izango ote den, harriz beterik dago lursaila, ez da erreza izango ezer haztea hemen. Bailararen hondoak, berriz, emankorra dirudi. Ez dago inolako arazorik jatekorik bilatzeko, bidean dendatxoak topatu ditugu hainbat herrixkatan. Biougra joateko, sahiesbide bi aurkitu ditugu, gure mapan agertzen ez direnak, errepidetik aldi bietara. Itxura ona daukate biek, ezkerrekoak batez ere, baina hurrengo baterako geratuko dira. Nos levantamos a las 6, preparamos el desayuno en la terraza y para las 7:30 estamos ya en marcha, en manga larga, hay una espesa niebla. Nos preparamos a afrontar el “tizi” y los primeros 8km, hasta el restaurante, los hacemos casi sin despeinarnos. El sol empieza a calentar y la niebla se va deshaciendo, dejando ver el bello paisaje que nos rodea. Hoy, al fin, hay buena luz, así que vamos parando a hacer fotos. Las peores rampas nos esperan justo tras el restaurante, una zona con apenas curvas. Aún con todo, en poco más de dos horas estamos arriba. A mitad de la ascensión ya nos ha sobrado la manga larga. En el km50 aproximadamente, hemos visitado la “Kashbah de Tizourgan”, en lo alto de un cerro. Están restaurándola, tienen habitaciones (240dh/persona en p.c.). El lugar bien merece una parada. Lo peor, al salir, que me he encontrado otro pinchazo (¡qué cruz, jodó!). Buscamos alguna tasca en la que comer un tajín, pero hay que conformarse con el bocata de salchichón (el último sobre). 4 ó 5km más adelante, encontramos un lugar en el que acampar, no es fácil en esta zona, el terreno es muy rocoso y pendiente, lo único llano que hay por aquí es la carretera. Sin embargo, damos con una pequeña “terraza con vistas”. Ponemos a calentar el depósito para la ducha sobre una roca y se deja notar el efecto de la energía geotérmica y solar combinadas. Cocinamos un cus-cus a la europea, con verduras. No tenemos ni idea de las proporciones, echamos la sémola que tenemos y vamos añadiendo agua a medida que lo necesita. La cocina es muy cañera y se nos pega el cus-cus al fondo pero, aún así, en pocos minutos está listo y, sorprendentemente, comestible. Hemos preparado como para un ejército, las sobras quedan para la fauna local. Las vistas desde el campamento son magníficas, hay un poblado abandonado a nuestros pies. La terraza está oculta a la vista desde la carretera, es perfecta. En un momento, la niebla amenaza con cubrirlo todo, pero despeja rápidamente. Con el té, acaba la jornada. |
MIÉRCOLES 7/04 10ª ETAPA: IGHIR IFRAN – AGADIR (101km/5h 30min) Lehenengo 35 kilometro, Ait Baha herriraino, “yan”a izango dira, aurrera goaz ia-ia pedalei eragin gabe, ingurune ederra zeharkatzen. Atzo esan nuen mendia atzean ari zela geratzen, baina ez da egia, soila berdez tindatuta dago (lainoen eragina imajinatzen dut), ingurua arrokatsua da, begi-bistan, mendietan, ia-ia galdutako herriak, sakabanatuta, ibaiak meandro itxiak marrazten ditu haraneko hondoan... Beherantz joan ahala, paisaia zabaldu egiten da, astiro-astiro eta “extremeño”agoa bihurtzen da. Baina zulaketek, zoritxarrez, ez gaituzte abandonatzen, bitan konpondu behar izan dugu Martaren aurreko gurpila. Biougraraino 30 kilometro inguru daude eta, arineketan egingo ditugu. Hala ere, egunaren bigarren zati honek ez dauka ezer azpimarratzekoa: lehenengo kilometroetan, “Extremadura”n murgildurik jarraitzen dugu baina, 3 kilometroko jaitsieraren eta harrobi baten ostean, “Almeria”n sartuko gara, negutegiek eta areak inguraturik. Oso eremu gizatiartu, azken finean. Estamos arriba a las 6:15 y en marcha, tras los habituales preparativos, a las 8:30. La de hoy, va a resultar una etapa para los “anales”: por un lado, porque rara vez hacemos 100km con alforjas; por otra, por el consecuente dolor de culo final. No resulta fácil encontrar avituallamiento, el primer pueblo es Had Ait Mzal, pero de oferta escasa, tenemos que seguir 3km más y junto a un embalse, saliendo de un grupo de casas, a mano izquierda, en la pared de una de ellas, damos al menos con una fuente. A las 11:30, tras algo menos de dos horas de pedaleo, entramos en Ait Baha, un pueblo grande con mucho movimiento. Sería un lugar interesante para quedarse, pero preferimos recortar la distancia a Agadir. De acampar, ni hablar, se nota la cercanía de la ciudad y la zona está muy poblada. Parece que habrá que buscar algún hotel en Biougra y hacer mañana los escasos 30km que restan a Agadir. Entramos en Biougra apenas 1h 45’ más tarde, aprovechamos un pequeño local para comer muy a gusto: pollo, brocheta en plato, patatas fritas y ensalada con el toque justo de comino, para acompañar la carne. Buscamos ahora hotel, hemos pasado uno en la carretera, antes de entrar en Biougra y parece que es el único. Nos extraña, Biougra es bastante grande, pero recorremos arriba y abajo las calles principales y no damos con ninguno. Decidimos pues, continuar hasta Agadir. Aún son las 15:30 y rodando a este ritmo llegaremos sin problemas aunque, eso sí, cansados. Van quedando atrás otras dos ciudades de tamaño importante (El Kolea y Aint Melloul) y en ambas, como en Biougra, los institutos y sus usuarios adolescentes, se concentran en las afueras. Impensable acampar por aquí. El tráfico se va intensificando. En Inezgane, a 6 ó 7km del final, aparece un carril bici que nos da un cierto desahogo. Preguntando en un par de ocasiones, ya en Agadir, damos con el barrio que buscamos y el “Hotel dela Baie” (80dh la habitación doble, más 8 extras por la ducha). Es cutrecillo, pero la habitación es amplia (las bicicletas duermen con nosotros), tiene luz natural, un lavabo sin agua, mesa y terraza que nos viene al pelo para prepararnos el desayuno. Tenemos que compartir la ducha, aunque no parece que vaya a haber mucho cliente con quien hacerlo. Cenamos frente al hotel, tajín de pescado insípido y “cus-cus” vegetariano, que se está revelando como una apuesta segura. Damos una vuelta a la manzana, descubrimos con satisfacción bastantes pequeños locales en los que comer al estilo que nos gusta y nos retiramos a la cama de colchón convexo. |