LUNES 12/04
SOUGIA
Itsasoaren egoera eskasak behartu gaitu luzatzen gure egonaldia Sougian. Baina ez dago batere gaizki ere, hauxe omen baita guk atsedena hartzeko era bakarra. Baina, bestaldean, ez dugu denbora soberan Haniara itzultzeko.
SOUGIA
Itsasoaren egoera eskasak behartu gaitu luzatzen gure egonaldia Sougian. Baina ez dago batere gaizki ere, hauxe omen baita guk atsedena hartzeko era bakarra. Baina, bestaldean, ez dugu denbora soberan Haniara itzultzeko.
En este segundo día de Pascua, nos han hecho la susodicha: no hay barco a Chora Sfakion. Al levantarnos, hemos visto el mar bastante tranquilo, así que ni siquiera nos habíamos planteado esa posibilidad. Tras desayunar plácidamente en la terracita, hemos preparado las alforjas. A las 9:25 yo he ido a por los billetes y Javi a pagar la habitación. En el bar, el paisano me dice que hay que esperar, porque no sabe si el barco va a salir, a lo que le respondo que el mar parece tranquilo. Así que eso hacemos, esperar, sentados en un muro sobre la playa y a eso de las 10, nos han venido con la mala noticia. Nos dicen que a las 14:30 hay un autobús a Hania, pero es una opción que no nos atrae. De modo que decidimos pasar un día de relax en Sougia, en la playa. Mañana será otro día. Nos acercamos a la playa y allá que vemos tres tiendas y un par de furgonetas, así que decidimos instalar la nuestra a la sombra de un tamarindo. Con el campamento dispuesto, nos acercamos hasta una calita algo más apartada y resguardada de las miradas. Tenemos justo al lado duchas, de agua caliente además, porque las cañerías van por el exterior, así que hacemos uso de ellas. Cenamos de nuevo en el “Omikron” y observamos que muchos de los clientes de ayer, hemos repetido. Parece un punto de reunión de los viajeros solitarios en Creta. El ambiente, la comida, la música, el servicio, es todo realmente agradable. El sol de la playa nos ha dejado tan cansados como la bicicleta, tal vez más, así que hacia las 10:30 nos retiramos a la playa. Nos cruzamos la pareja de canadienses y nos dicen que ellas van a encomendarse a Eolo. La temperatura es perfecta y en el cielo, como cada noche, brillan las estrellas. |
MARTES 13/04
7ª ETAPA: SOUGIA – AGIA ROUMELI/CHORA SFAKION (en barco) – FRAGOKASTELO
(15km/55min)
Haize gogorrak ez du atzenenik hartzeko asmoa, antza., Itsasontzi handiak gaur ere ez dira itsasoratuko, gure aukera bakarra “taxi-bat” alokatzea omen da, gasrestiagoa baina Sougatik aterako gaituena. Agia Roumelin, bitarteko portua, ohiko itsasontzia hartuko dugu, irla zonalde honek beste orientazioa dauka, haizetik babestuagoa. Lehorrean, etapa motz batek Fragokastelon utziko gaitu, herri bat baino, apartamendu-segida kostaldean.
7ª ETAPA: SOUGIA – AGIA ROUMELI/CHORA SFAKION (en barco) – FRAGOKASTELO
(15km/55min)
Haize gogorrak ez du atzenenik hartzeko asmoa, antza., Itsasontzi handiak gaur ere ez dira itsasoratuko, gure aukera bakarra “taxi-bat” alokatzea omen da, gasrestiagoa baina Sougatik aterako gaituena. Agia Roumelin, bitarteko portua, ohiko itsasontzia hartuko dugu, irla zonalde honek beste orientazioa dauka, haizetik babestuagoa. Lehorrean, etapa motz batek Fragokastelon utziko gaitu, herri bat baino, apartamendu-segida kostaldean.
Nos levantamos a las 7:30, descansados y optimistas. Abandonamos el campamento a las 9. Desayunamos mientras observamos con incertidumbre el mar, que muestra el mismo aspecto de ayer. Se nos acerca el también mismo hombre de ayer para decirnos que tampoco hoy habrá barco. Parece que estamos atrapados en Sougia. Unos alemanes nos hablaron de la posibilidad de coger un “taxi-boat”, aunque debe salir caro. A estas alturas estamos empezando a desesperar, pero intentamos tomarlo con humor. Comentamos con unas bicicleteras canadienses la posibilidad de coger uno para los cuatro.. En el puerto me cuentan que en el súper igual hay posibilidad de alquilar uno de esos taxis. Allá que nos vamos y el dueño del súper llama a un “taxista” que se presenta allí en 5 minutos. Estamos 8 personas y 4 bicicletas y nos dice que en su lancha, puede llevar a 7 personas. El precio es de 70€ y una de las parejas se echa atrás, así que ya sólo quedamos 6. Decidimos ir al puerto a ver cómo nos arreglamos. La lancha no es muy grande y su patrón nos dice que sólo podría llevar 2 bicis y 4 personas. Anne y Maryse, las cicloturistas, deciden quedarse, pues disponen de un margen de tiempo mayor al nuestro, así que está ya decidido el pasaje. Allí nos despedimos de esta maja pareja, después de intercambiar e-mails y fotos. Nos apena separarnos, pero el barquero estaría dispuesto a hacer otro viaje si hay gente y la mar no empeora (natural, que no es moco de pavo sacarse 70€ por 45 minutos de trayecto). Igual todavía volvemos a encontrarnos en Agia Roumeli. Comienza entonces nuestra breve travesía. Las bicis van bien sujetas y falta hace, pues el mar está picado y la barca pega buenos saltos, al principio especialmente. La lancha y nuestros cuerpos se van adaptando al ritmo de olas y saltos, aunque no puedas soltar las manos en ningún momento. A un lado, el mare nostrum; al otro, la montaña cretense donde apenas quedan unas pequeñas manchas de nieve en los impresionantes macizos rocosos. Ya en Agia Roumeli, abonamos los 35€/pareja. Hasta las 16:30 no sale nuestro barco, así que dejamos las bicis en el bar y nos acercamos hacia las famosas Gargantas de Samaria. Andamos por espacio de una hora y encontramos también la “dragonera” abierta, una espectacular flor (lo es también por su fetidez). Son las 16:00 y nos acercamos a nuestro barco, zarpando a las 16:35. Tras una breve escala en el bello pueblo de Loutro, llegamos a Chora Sfakion a las 6 de la tarde. Cogemos una carretera dirección Hania y llegamos a Fragokastelo, una sucesión de apartamentos, supermercados y más apartamentos (unos acabados; otros, no) que difícilmente se puede llamar pueblo. Al final, un castillo. Encontramos un sitio que no está nada mal para poner la tienda, junto a la playa, donde nos reciben dos garcetas y un martinete. Vamos preparando todos los bártulos y tan entretenidos estamos en los quehaceres cotidianos que no nos damos cuenta que el cielo arde. Cogemos rápidamente la cámara con intención de captar el momento. Desde el cercano humedal, nos llega un concierto para ranas y orquesta. Nos caen cuatro gotas mientras preparamos la cena, pero han cesado para cuando nos ponemos a cubierto. Al fin, nos acostamos algo preocupados, porque el cielo no presagia nada bueno, pero con el arrullo de las ranas, nos quedamos finalmente dormidos. |
MIERCOLES 14/04
8ª ETAPA: FRAGOKASTELO – LAGO KOURNAS
(67km/4h 40min)
8ª ETAPA: FRAGOKASTELO – LAGO KOURNAS
(67km/4h 40min)
Badirudi gaurko bidea bat datorrela nahi genuenarekin, gorabeheraren bat gainditzeko beharra dago, baina ez 1000mkoa. Bai itsasertzetik gertu zein mendiko herrixketan murgiltzen garenean, gozamena da pedalei eragitea. Haizea ia aldiro izango dugu “lagun” egunean zehar, baina paisaiak lagundu gaitu ez aditzearena egiten. Lournas lakuaren ondoan jarriko dugu kanpin denda. Hacia las 9:15, empujamos ya las bicis por una empinada cuesta hasta la carretera, ante la atónita y poco inteligente mirada de unas ovejas. La temperatura es muy buena y enseguida empezamos a desembarazarnos de ropa. El día ha despejado totalmente y el paisaje es incomparable. Durante toda la mañana no hacemos más que mirar al mar y acordarnos de nuestras amigas canadienses, a quienes deseamos que hayan podido salir de Sougia (más adelante, supimos por un e-mail que lo hicieron, pero en autobús). Dejamos atrás Rodakino; en Kotsifou Canyon dejamos a la derecha la carretera que va hacia Plakias, al entrar en el cañón el viento es tan fuerte que apenas nos deja avanzar. Al salir del cañón de Kotsifou, a lo lejos, los montes Psiloritis con algunos restos de nieve aún, al igual que las montañas blancas de Lefka Ori, a la izquierda; campos de hierba de un verde insultante y prados de margaritas. Nos avituallamos en Skafoni. En una pequeña tienda, nos atiende una lugareña vestida de luto riguroso - como es tradición en estas tierras – rodeada de películas. La carretera se empina peligrosamente, pero ya sabemos cómo las gastan en estas tierras. Sin embargo, cuando aún faltan 4kms, la carretera inicia un prolongado descenso hasta el lago, que ya se puede ver al fondo. Paramos en una taberna con vistas a Kournas donde, con el fin de etapa ya a la vista, disfrutamos de la soleada tarde, de un refresco y cómo no, de una ensalada griega. El lago Kournas está rodeado de tabernas. Nosotros lo recorremos buscando un sitio donde plantar la tienda y lo encontramos. Instalamos el chiringuito y nos disponemos a inspeccionar los alrededores, prismáticos en ristre. Vemos una garza, un limícola que parece el archibebe claro, una pareja de porrón osculado y un montón de pollas de agua. Anoche, por primera vez en este viaje, las estrellas no alumbraron, perfectamente ordenadas, el firmamento, pero hoy han vuelto a hacerlo. La noche se inunda de los sonidos del lago. |