MARTES 26/11/2013
14ª ETAPA: R.N. LAGO GALLETUÉ – ICALMA
(38km/3h 30min)
Argi dago zatirik politena atzokoa izan zela eta, gaurkoan, Comuna Quinquéneraino tartea. Tokia deforestatua dago, oso, eta Galletué Lakuko inguruan, pinuen landatzeak berriz azaldu dira. Bidezoruak okerrera egin du, trinkotu gabeko xoborra eta “serrucho”. Ez kontrako haizeak, gogorra eta hotza, ezta paisaiak ere, panpakoa inolako babesik eskaintzen duena, ez dute errazten bidea batere. Zorionez, perfila nahiko lasaia da. Igarokor ekaitz batek behartu gaitu babeslekua bilatzen. Icalmatik gertu, bidaiaren lehenengo zatiaren azkeneko Txileko herria, izen bereko urmael ondoan, adiskidetu gara paisaiarekin, “coigüe” bobeda baten azpian egiten dugu aurrera.
Fueron cuatro gotas, más guerra ha dado la vaca paciendo bajo la rafia. Por la mañana hace frío, incluso tenemos algo de hielo en la tienda. El cielo está casi totalmente despejado, sólo unas pocas nubes en una esquina que, sin embargo, acabarán dando guerra. Y así es, holgazaneamos hasta que un trueno y lluvia nos sacan del letargo. Para rápidamente, sin embargo y vamos preparando la salida. El tiempo cambia con rapidez aquí, para lo bueno y para lo malo, y salimos vestidos de corto.
En 5km llegamos a la Comuna Quinquén. A escasos 20km de Icalma pedimos refugio en una casa, junto al lago Galletué. No es especialmente hospitalario el paisano, desde el primer momento nos ha dado la impresión de que quería que marcháramos (igual va a ser cierto eso que dicen que la gente del norte no es tan maja). Así que, cuando parece que ha pasado lo peor, nos ponemos de nuevo en camino.
Hasta Icalma se va a hacer duro, mucho ripio suelto y “serrucho”. Afortunadamente, el perfil es bastante plano. Cerca de Icalma, llegamos a la orilla de la laguna del mismo nombre. Hay varios carteles en “mapudungung”, incluso un lugar sagrado de acceso prohibido. Tres jóvenes nos saludan: “mari mari”. Bordeando la laguna, bajo la protección de grandes coigües, entramos ya en la última localidad chilena. Hay varios campings (no está muy claro si abiertos), posadas, cabañas,… En el puesto fronterizo, los carabineros están de huelga, parece que no se puede pasar ni hacia un lado ni hacia el otro. A nosotros, que vamos “en tránsito”, no parece que vayan a ponernos pegas. Aún así, habrá que enterarse a qué horas abren.
A través de un carabinero, conseguimos alquilar una cabaña a muy buen precio, 15.000CHL. El tiempo atmosférico no está asegurado, así que parece una buena opción. La cabaña es de madera, de construcción sencilla, pero más que suficiente para nosotros: cocina, ducha, estufa de leña. Disponemos también de nevera y TV, un lujo asiático. El propietario ha hecho fuego y el ambiente se caldea rápidamente.
El pueblo, no es más que cuatro casas desperdigadas, aunque en este caso tienen un centro de salud familiar y unas aparentes escuelas. Nos acercamos a la playa, siguiendo el rastro de un bar, que no encontramos. Van quedando atrás varios campings, cerrados y con aspecto de abandono, con casetas medio derruidas, recepciones a medio reformar, supongo que esperando la temporada alta.
Nos retiramos a preparar la cena: ensalada de tomate, bonito y “palta” y espaguetis con cebolla, ciruelas pasas y curry, para chuparse los dedos. Lo cierto es que los años van cayendo, y el hecho de disponer de un lugar cómodo en el que cocinar y sentarse lo hace todo mucho más fácil. Con un té con galletas, “queda inaugurado este pantano”. La tarde parece que ha quedado despejada, aunque hemos oído un trueno solitario.
MIÉRCOLES 27/11/2013.
15ª ETAPA: ICALMA – VILLA PEHUENIA (+ La Angostura)
(56km/4h 25min)
Herrialdez, doinuaz, eraikin motaz eta antza, bizi mailaz ere (“corralito” izanagatik ere) aldatu egin dugu. Eta etapa goiz amaitzeko asmoa agertu arren, 56 kilometroraino luzatu dugu, “La Angostura” parajea ezagutu ahal izateko. Eguna, su baten ondoan amaitu da.
Nos levantamos hacia las 7, es cómodo preparar el desayuno en la cabaña. En la aduana no nos ponen ninguna pega para pasar. Hoy sólo podrán cruzar la frontera las urgencias y chilenos y argentinos que regresen a sus respectivos países. Los trabajadores creen que esta misma semana quedarán resueltos sus problemas.
Son las 10 cuando nos ponemos en marcha, tranquilo el primer kilómetro, muy p’arriba los dos siguientes y que nos dejan junto a un cartel de “Argentina”. Enseguida se deja ver el gran y hermoso lago Aluminé. El trámite en la frontera argentina es doble: primero, en “inmigración”, para sellar el pasaporte; nos remiten después a la caseta de “aduanas”, al otro lado de la carretera, donde un funcionario sorprendido “mateando” se limita a decirnos “¿Qué le andan? ¿Van en bicicleta? ¡Sigan, sigan!”. Así pues, entramos en Villa Pehuenia, un pueblo desperdigado a lo largo de la carretera, pero que da una impresión muy diferente a la de los pueblos chilenos. Las casas no son ya sólo de madera, pero los negocios, carteles, hasta las paradas de autobús están más cuidadas. Una breve parada para comprar pan y nos acercamos a la oficina de turismo, donde nos dicen que, de los 60km que nos separan de El Aluminé, 20 son de ripio. Nos hablan también de La Angostura, una zona cercana a la aduana poblada por comunidades mapuches y que se puede visitar en un recorrido de 8km. Cambiamos, pues, de planes, nos quedaremos a pasar el día aquí.
Elegimos el “Camping Don Cirilo”, a unos 4km del pueblo. Pagamos 40 pesos/persona (unos 3,5€). Con todo lo necesario, desandamos el camino hacia “La Angostura”, al principio no vemos nada más que cabañas y algún que otro camping, pero la pista, en bastante buen estado, nos lleva entre lagunas (“lafquen”) más o menos grandes, araucarias, ñirres y demás. Vemos malvasía canela y “avutardas”, que así llaman aquí a una elegante especie de ganso. Comemos algo, proseguimos camino y todo parece bajo control, hasta que dejamos atrás un cartel que advierte “NO PASAR SIN GUÍA”. Siguiendo la pista principal y la dirección que nos parece correcta, llegamos a ninguna parte, pero por un precioso paisaje adehesado de araucarias. Para salir de aquí, no queda más remedio que desandar los últimos 10km.
Salimos hacia las cinco de la tarde y, aunque sigue haciendo frío (el viento es suave, pero helador), ha quedado una tarde preciosa. De vuelta en el camping, una ducha hirviendo nos hace entrar en calor. Preparamos la cena temprano: espaguetis con “marisco”. El té, a la luz de una hoguera que se curra Marta. De momento, no hace tanto frío como nos temíamos.
Mañana más… ¿y mejor?
JUEVES 28/11/2013
16ª ETAPA: VILLA PEHUENIA – ALUMINÉ
(57km/3h 15min)
Ze nolako paisaia aldaketa Andeetako alde honetan! Noizbehinka harea pilatu arren, eroso ibili gara 22kmko xobor tarte batean, Aluminé ibai oldartsuaren ondoan, nahiko errepide lasaia eta lau batean amaitzeko. Honek, paisaia mediterraneoan murgildu gaitu, sastrakak, basoberak, mendilerroetako altzifreak,… hartu diete lekua “coihue”, araukaria edota “ñirre”ei. Kolor berdea, ibaiertzeko landarediaren erregalia da.
Recorremos rápidamente los 9km que nos separan del ripio, siempre junto al gran Lago Aluminé. Comprobamos que los mapuches son igual de pobres a ambos lados de la frontera. Villa Pehuenia está pensada para el turista, a los mapuches les queda los trabajos más humildes. Los 22km de ripio que nos esperan son, en general, bastante ciclables. Sí que hay tramos donde la arena se acumula y, hacia el final, otros con piedra suelta, pero el perfil es llevadero y hay poco tráfico. El paisaje es tipo pampa, sólo la ribera del río Aluminé es un hermoso pasillo verde. Las casas de los mapuches, sus corrales, son pobres, de nuevo reaparece la madera en un país en el que parece que se emplea más el ladrillo. Cuando recuperamos el asfalto, los bosques de la Araucanía dejan lugar al paisaje mediterráneo, pero extremo, sólo el río da la nota de frescor.
Entramos temprano a Aluminé, a las 15:30 y enseguida damos con el camping “Brisas Cordilleranas” (35 pesos/cabeza). Es pequeño y básico, justo lo que necesitamos. Aluminé está ubicado sobre la carretera general. Como en Chile, tiene su parque con hermosos árboles, después, cuadras y cuadras,… En una tienda de deportes, la habladora tendera nos recomienda evitar Bariloche. Cuenta que Argentina está cerrada a la importación, o que le obliga a pasar a Chile (a Temuco) para hacerse con material de deporte, de montaña,… hasta un máximo de 150$. Nos comenta también que en Argentina nos va a resultar mucho más sencillo acampar, a diferencia del país vecino, aquí apenas si encontraremos vallas. Encontramos un lugar agradable para tomar una cerveza, ¡al fin! (tanto lo uno como la otra), negra y de sabor intenso. Y después, a cenar al restaurante recomendado por la mujer del camping, el “Aonikenk” (gentes del sur). Pedimos lomo con salsa de mostaza, trucha (no pasarán a la historia) y un vino, “Colón”, de la provincia argentina de San Juan, al norte de Mendoza; de postre, “casata” (helado de tres sabores) y “bombón suizo” (más helado), un pasar. El precio, 265 pesos (unos 24€).
Toca pasear hasta el camping, hace fresco.
VIERNES 29/11/2013.
17ª ETAPA: ALUMINÉ – PILOLIL
50km/3h 20min
Pistatik joan arren, egun lasaia igaro dugu, estepatik baina Aluminé ibaia beti lagun. Amaieran, erlaxatzeko astirik ere izan dugu. Ia-ia denbora gehiago eman dugu hizketan funtzionario batekin Argentinako egoera kaotikoari buruz, pedalei eragiten baino. Argentinar hauek ez dute aitzaki handirik behar gelditu gabe hitz egiteko, baina sarrera emanez gero... Lehendabiziko 1000 kilometroak bete ditugu, etortzekoak zenbat ote?
Hace fresco por la mañana, buscamos la compañía del sol, el mismo que evitamos a la hora de comer. Salimos a las 10:30, hacemos fácilmente los 17km que nos separan de Rahué. Aquí sólo encontramos un puesto de la policía y una oficina de información turística, cuyo empleado, más que de turismo, nos habla de la crítica situación de su país: sueldos bajos (él cobra 3000 pesos, los nuevos, la mitad), la imparable subida del precio de la “bencina” y de los artículos de primera necesidad en general. Él vive en un barrio de Aluminé donde los vecinos tuvieron que comprar una manguera y conectarla a la general, para tener agua en casa (en invierno, se congela, en verano no hay presión, los de los pisos altos necesitan que los de los bajos cierren el agua para que les llegue a ellos); carecen de red de saneamiento, usan letrinas; el tendido eléctrico sale de sus
bolsillos (después, hay que pagar el consumo, claro). Trabajar de autónomo es una ruina, no lega para pagar la cuota y comer. Nos habla también del grave problema de contaminación de los ríos por un alga que cubre totalmente la superficie, acabando con toda forma de vida en ellos. El gobierno no se lo toma en serio, no pone los medios para combatirla, ni informa a los pescadores, vectores de la plaga con sus equipos (en Chile sólo pueden pescar los argentinos que van con un equipo nuevo, en su envoltorio y con la factura).
Hablamos, pues, largo y tendido, antes de enfrentarnos a los 70km de ripio que nos esperan. El paisaje, como él dice, de “estepa”, seco, pero con la compañía del caudaloso Aluminé, recuerda mucho al Atlas marroquí. Rodamos bastante cómodamente, a pesar de la arena acumulada en algunos puntos y del serrucho. En cualquier caso, hasta ahora, son pistas mucho más ciclables que las chilenas. Hoy hace más calor, al mediodía, como ayer, se levanta viento que en alguna subida, y sin que sirva de precedente, nos ayuda. El perfil de la etapa es bastante bueno, al fin y al cabo pedaleamos con la corriente y, lógicamente, vamos perdiendo altitud. Y en Pilulil (a 5km, en realidad), en una curva en la que aparece una casa en la que se venden aparejos de pesca, gaseosas frescas (¿será eso cierto?) y artesanía, todo ello en el medio de la nada, buscamos un rincón en el que acampar para dar por finalizada la etapa. El lugar se nos aparece en forma de “playa”, atravesando una chopera. El agua está fresca, pero nos damos un reparador chapuzón.
Ha quedado una tarde perfecta para no hacer nada, es en estos fines de etapa cuando verdaderamente descansamos. A las 20:30 estamos en la tienda, descansando, que nos hace falta. La temperatura es muy buena. Creo que mañana tenemos el “Mortirolo” por pista, pero eso será otra historia.
SÁBADO 30/11/2013
18ª ETAPA: PILOLIL – JUNÍN DE LOS ANDES
(62km/5h)
Bukaeran, konplikatu egin da etapa, asfaltozko 21 kilometroak, xoborrezko 39ak baino gogorragoak izan dira, haizea kontra, aldapak,.... Berriz ere Atlaseko paisaiatik gabiltza, baina Lanín sumendiarekin begi bistan. Aluminé eta Junín artean, ez dago dendarik, ez jatetxerik, alforjak hornituta eraman behar.
Las “avefrías” vuelven a despertarnos, estas aves que tanto nos llamaban la atención los primeros días, casi nos peleábamos por hacerles una foto y que resultan estar por todas partes y ser igual de escandalosas a uno y otro lado de la frontera. Como es habitual, mañana fresca, buscamos a Lorenzo para el desayuno. Intentamos movernos temprano, tenemos miedo del “puerto” que parece nos espera. Enseguida dejamos atrás Pilolil, nada más que una aldea con cuatro casas dispersas, cruzamos un puente, el Aluminé nos sigue ahora por la izquierda, poderoso igualmente, hasta despedirse. Esto quiere decir que toca empezar a subir… pero la subida, aunque larga (algo más de 10km), es muy suave, bien trazada, la temperatura es muy agradable y el paisaje acompaña. Tan sólo en las curvas se acumula el ripio, supongo que por efecto del paso de los coches. El calor va apretando, estamos pasando más calor que en Chile (aunque el funcionario de ayer se quejaba de la tardanza en llegar del calor). Da la impresión de estar de nuevo en el Atlas, más aún ahora que el río nos
ha abandonado.
Y claro, lo que se sube, hay que bajarlo y el descenso se hace incómodo, el firme está mucho más suelto y hay que andar con ojo. Es además una de esas bajadas engañosas que, de pronto, suben (hemos llegado hasta los 1344msnm). Salimos al fin al pavimento, quedan 21km hasta Junín que suponemos haremos con facilidad, pero me río yo de los peces de colores, sale el viento en contra y alguna rampa pone en serias dificultades la
verticalidad. Se hace duro llegar al destino.
Nos decidimos por el camping “Laura Vicuña” (al parecer, una “santa” del lugar). Es un sitio agradable, junto al río. Con la tienda montada y duchados, salimos a turismo en busca de información, sobre “Puerto Canoa”, sobre Junín pero, sobre todo, por dónde tomar una cerveza tamaño standard (no es fácil, las venden de litro, pero conseguimos al fin una “Patagonia”, ligeramente tostada y muy rica). El súper está a tope, hoy es 30, quizás día de cobro. Pagar con la tarjeta es complicado, al tener “chip” tienen que pedir autorización por teléfono, pasarla después por la “sandwichera”… Entre una cosa y otra, son las 11 de la noche cuando estamos cenando en el camping, hemos trasnochado.
(*) Más tarde descubriremos que no es buen negocio pagar con tarjeta en Argentina, el cambio que te aplica el banco es el oficial, muy por debajo del que se consigue en las casas de cambio (hasta más de 3 pesos de diferencia por €).
DOMINGO 1/12/2013
JUNÍN DE LOS ANDES
Jornada de descanso y reflexión. Son cerca de la 11 cuando, atravesando todo el pueblo, nos disponemos a seguir y visitar el “Via Christi”, un recorrido de 1km a través de un pinar en el que se intercalan episodios de la vida de Jesús en forma de impresionantes esculturas y bajorrelieves. En unas y otros está siempre presente la
dura historia del pueblo mapuche desde que los españoles llegaron a este continente, pero también hay alusiones a acontecimientos más recientes. Y aunque se echa de menos alguna explicación, hacen interesantes vínculos: la crucifixión, con la deuda externa de tantos países (Jesús tiene rasgos nativos, un soldado español de la época de Cortés le clava en la cruz, mientras un militar chileno le despoja de sus ropas); la traición a Jesús, con la ruptura de un acuerdo por parte de un militar chileno y que supuso la masacre de miles de mapuches a finales del siglo XIX; la flagelación, con otros tantos abusos y genocidios... Ha resultado interesante.
A la salida hacemos alguna compra, el aceite de oliva está a precio chileno (más de 6€/litro) y decidimos ir a comer al Nuevo Ruca Hueney, lo cual resulta un acierto. Alargamos la sobremesa aprovechando el wifi, que llevábamos varios días sin conectarnos (¡qué estrés!). Descansamos después un rato en el camping. Tenemos pensado entrar a Huechulafquen mañana, así que hacemos una división de la ropa prescindible, que Dubio nos guardará amablemente hasta la vuelta. Las previsiones del tiempo son buenas, saldremos bien ligeros mañana. Es asombrosa la cantidad de ropa que llevamos.
Cenamos pronto, repetimos menú y nos acostamos temprano.
14ª ETAPA: R.N. LAGO GALLETUÉ – ICALMA
(38km/3h 30min)
Argi dago zatirik politena atzokoa izan zela eta, gaurkoan, Comuna Quinquéneraino tartea. Tokia deforestatua dago, oso, eta Galletué Lakuko inguruan, pinuen landatzeak berriz azaldu dira. Bidezoruak okerrera egin du, trinkotu gabeko xoborra eta “serrucho”. Ez kontrako haizeak, gogorra eta hotza, ezta paisaiak ere, panpakoa inolako babesik eskaintzen duena, ez dute errazten bidea batere. Zorionez, perfila nahiko lasaia da. Igarokor ekaitz batek behartu gaitu babeslekua bilatzen. Icalmatik gertu, bidaiaren lehenengo zatiaren azkeneko Txileko herria, izen bereko urmael ondoan, adiskidetu gara paisaiarekin, “coigüe” bobeda baten azpian egiten dugu aurrera.
Fueron cuatro gotas, más guerra ha dado la vaca paciendo bajo la rafia. Por la mañana hace frío, incluso tenemos algo de hielo en la tienda. El cielo está casi totalmente despejado, sólo unas pocas nubes en una esquina que, sin embargo, acabarán dando guerra. Y así es, holgazaneamos hasta que un trueno y lluvia nos sacan del letargo. Para rápidamente, sin embargo y vamos preparando la salida. El tiempo cambia con rapidez aquí, para lo bueno y para lo malo, y salimos vestidos de corto.
En 5km llegamos a la Comuna Quinquén. A escasos 20km de Icalma pedimos refugio en una casa, junto al lago Galletué. No es especialmente hospitalario el paisano, desde el primer momento nos ha dado la impresión de que quería que marcháramos (igual va a ser cierto eso que dicen que la gente del norte no es tan maja). Así que, cuando parece que ha pasado lo peor, nos ponemos de nuevo en camino.
Hasta Icalma se va a hacer duro, mucho ripio suelto y “serrucho”. Afortunadamente, el perfil es bastante plano. Cerca de Icalma, llegamos a la orilla de la laguna del mismo nombre. Hay varios carteles en “mapudungung”, incluso un lugar sagrado de acceso prohibido. Tres jóvenes nos saludan: “mari mari”. Bordeando la laguna, bajo la protección de grandes coigües, entramos ya en la última localidad chilena. Hay varios campings (no está muy claro si abiertos), posadas, cabañas,… En el puesto fronterizo, los carabineros están de huelga, parece que no se puede pasar ni hacia un lado ni hacia el otro. A nosotros, que vamos “en tránsito”, no parece que vayan a ponernos pegas. Aún así, habrá que enterarse a qué horas abren.
A través de un carabinero, conseguimos alquilar una cabaña a muy buen precio, 15.000CHL. El tiempo atmosférico no está asegurado, así que parece una buena opción. La cabaña es de madera, de construcción sencilla, pero más que suficiente para nosotros: cocina, ducha, estufa de leña. Disponemos también de nevera y TV, un lujo asiático. El propietario ha hecho fuego y el ambiente se caldea rápidamente.
El pueblo, no es más que cuatro casas desperdigadas, aunque en este caso tienen un centro de salud familiar y unas aparentes escuelas. Nos acercamos a la playa, siguiendo el rastro de un bar, que no encontramos. Van quedando atrás varios campings, cerrados y con aspecto de abandono, con casetas medio derruidas, recepciones a medio reformar, supongo que esperando la temporada alta.
Nos retiramos a preparar la cena: ensalada de tomate, bonito y “palta” y espaguetis con cebolla, ciruelas pasas y curry, para chuparse los dedos. Lo cierto es que los años van cayendo, y el hecho de disponer de un lugar cómodo en el que cocinar y sentarse lo hace todo mucho más fácil. Con un té con galletas, “queda inaugurado este pantano”. La tarde parece que ha quedado despejada, aunque hemos oído un trueno solitario.
MIÉRCOLES 27/11/2013.
15ª ETAPA: ICALMA – VILLA PEHUENIA (+ La Angostura)
(56km/4h 25min)
Herrialdez, doinuaz, eraikin motaz eta antza, bizi mailaz ere (“corralito” izanagatik ere) aldatu egin dugu. Eta etapa goiz amaitzeko asmoa agertu arren, 56 kilometroraino luzatu dugu, “La Angostura” parajea ezagutu ahal izateko. Eguna, su baten ondoan amaitu da.
Nos levantamos hacia las 7, es cómodo preparar el desayuno en la cabaña. En la aduana no nos ponen ninguna pega para pasar. Hoy sólo podrán cruzar la frontera las urgencias y chilenos y argentinos que regresen a sus respectivos países. Los trabajadores creen que esta misma semana quedarán resueltos sus problemas.
Son las 10 cuando nos ponemos en marcha, tranquilo el primer kilómetro, muy p’arriba los dos siguientes y que nos dejan junto a un cartel de “Argentina”. Enseguida se deja ver el gran y hermoso lago Aluminé. El trámite en la frontera argentina es doble: primero, en “inmigración”, para sellar el pasaporte; nos remiten después a la caseta de “aduanas”, al otro lado de la carretera, donde un funcionario sorprendido “mateando” se limita a decirnos “¿Qué le andan? ¿Van en bicicleta? ¡Sigan, sigan!”. Así pues, entramos en Villa Pehuenia, un pueblo desperdigado a lo largo de la carretera, pero que da una impresión muy diferente a la de los pueblos chilenos. Las casas no son ya sólo de madera, pero los negocios, carteles, hasta las paradas de autobús están más cuidadas. Una breve parada para comprar pan y nos acercamos a la oficina de turismo, donde nos dicen que, de los 60km que nos separan de El Aluminé, 20 son de ripio. Nos hablan también de La Angostura, una zona cercana a la aduana poblada por comunidades mapuches y que se puede visitar en un recorrido de 8km. Cambiamos, pues, de planes, nos quedaremos a pasar el día aquí.
Elegimos el “Camping Don Cirilo”, a unos 4km del pueblo. Pagamos 40 pesos/persona (unos 3,5€). Con todo lo necesario, desandamos el camino hacia “La Angostura”, al principio no vemos nada más que cabañas y algún que otro camping, pero la pista, en bastante buen estado, nos lleva entre lagunas (“lafquen”) más o menos grandes, araucarias, ñirres y demás. Vemos malvasía canela y “avutardas”, que así llaman aquí a una elegante especie de ganso. Comemos algo, proseguimos camino y todo parece bajo control, hasta que dejamos atrás un cartel que advierte “NO PASAR SIN GUÍA”. Siguiendo la pista principal y la dirección que nos parece correcta, llegamos a ninguna parte, pero por un precioso paisaje adehesado de araucarias. Para salir de aquí, no queda más remedio que desandar los últimos 10km.
Salimos hacia las cinco de la tarde y, aunque sigue haciendo frío (el viento es suave, pero helador), ha quedado una tarde preciosa. De vuelta en el camping, una ducha hirviendo nos hace entrar en calor. Preparamos la cena temprano: espaguetis con “marisco”. El té, a la luz de una hoguera que se curra Marta. De momento, no hace tanto frío como nos temíamos.
Mañana más… ¿y mejor?
JUEVES 28/11/2013
16ª ETAPA: VILLA PEHUENIA – ALUMINÉ
(57km/3h 15min)
Ze nolako paisaia aldaketa Andeetako alde honetan! Noizbehinka harea pilatu arren, eroso ibili gara 22kmko xobor tarte batean, Aluminé ibai oldartsuaren ondoan, nahiko errepide lasaia eta lau batean amaitzeko. Honek, paisaia mediterraneoan murgildu gaitu, sastrakak, basoberak, mendilerroetako altzifreak,… hartu diete lekua “coihue”, araukaria edota “ñirre”ei. Kolor berdea, ibaiertzeko landarediaren erregalia da.
Recorremos rápidamente los 9km que nos separan del ripio, siempre junto al gran Lago Aluminé. Comprobamos que los mapuches son igual de pobres a ambos lados de la frontera. Villa Pehuenia está pensada para el turista, a los mapuches les queda los trabajos más humildes. Los 22km de ripio que nos esperan son, en general, bastante ciclables. Sí que hay tramos donde la arena se acumula y, hacia el final, otros con piedra suelta, pero el perfil es llevadero y hay poco tráfico. El paisaje es tipo pampa, sólo la ribera del río Aluminé es un hermoso pasillo verde. Las casas de los mapuches, sus corrales, son pobres, de nuevo reaparece la madera en un país en el que parece que se emplea más el ladrillo. Cuando recuperamos el asfalto, los bosques de la Araucanía dejan lugar al paisaje mediterráneo, pero extremo, sólo el río da la nota de frescor.
Entramos temprano a Aluminé, a las 15:30 y enseguida damos con el camping “Brisas Cordilleranas” (35 pesos/cabeza). Es pequeño y básico, justo lo que necesitamos. Aluminé está ubicado sobre la carretera general. Como en Chile, tiene su parque con hermosos árboles, después, cuadras y cuadras,… En una tienda de deportes, la habladora tendera nos recomienda evitar Bariloche. Cuenta que Argentina está cerrada a la importación, o que le obliga a pasar a Chile (a Temuco) para hacerse con material de deporte, de montaña,… hasta un máximo de 150$. Nos comenta también que en Argentina nos va a resultar mucho más sencillo acampar, a diferencia del país vecino, aquí apenas si encontraremos vallas. Encontramos un lugar agradable para tomar una cerveza, ¡al fin! (tanto lo uno como la otra), negra y de sabor intenso. Y después, a cenar al restaurante recomendado por la mujer del camping, el “Aonikenk” (gentes del sur). Pedimos lomo con salsa de mostaza, trucha (no pasarán a la historia) y un vino, “Colón”, de la provincia argentina de San Juan, al norte de Mendoza; de postre, “casata” (helado de tres sabores) y “bombón suizo” (más helado), un pasar. El precio, 265 pesos (unos 24€).
Toca pasear hasta el camping, hace fresco.
VIERNES 29/11/2013.
17ª ETAPA: ALUMINÉ – PILOLIL
50km/3h 20min
Pistatik joan arren, egun lasaia igaro dugu, estepatik baina Aluminé ibaia beti lagun. Amaieran, erlaxatzeko astirik ere izan dugu. Ia-ia denbora gehiago eman dugu hizketan funtzionario batekin Argentinako egoera kaotikoari buruz, pedalei eragiten baino. Argentinar hauek ez dute aitzaki handirik behar gelditu gabe hitz egiteko, baina sarrera emanez gero... Lehendabiziko 1000 kilometroak bete ditugu, etortzekoak zenbat ote?
Hace fresco por la mañana, buscamos la compañía del sol, el mismo que evitamos a la hora de comer. Salimos a las 10:30, hacemos fácilmente los 17km que nos separan de Rahué. Aquí sólo encontramos un puesto de la policía y una oficina de información turística, cuyo empleado, más que de turismo, nos habla de la crítica situación de su país: sueldos bajos (él cobra 3000 pesos, los nuevos, la mitad), la imparable subida del precio de la “bencina” y de los artículos de primera necesidad en general. Él vive en un barrio de Aluminé donde los vecinos tuvieron que comprar una manguera y conectarla a la general, para tener agua en casa (en invierno, se congela, en verano no hay presión, los de los pisos altos necesitan que los de los bajos cierren el agua para que les llegue a ellos); carecen de red de saneamiento, usan letrinas; el tendido eléctrico sale de sus
bolsillos (después, hay que pagar el consumo, claro). Trabajar de autónomo es una ruina, no lega para pagar la cuota y comer. Nos habla también del grave problema de contaminación de los ríos por un alga que cubre totalmente la superficie, acabando con toda forma de vida en ellos. El gobierno no se lo toma en serio, no pone los medios para combatirla, ni informa a los pescadores, vectores de la plaga con sus equipos (en Chile sólo pueden pescar los argentinos que van con un equipo nuevo, en su envoltorio y con la factura).
Hablamos, pues, largo y tendido, antes de enfrentarnos a los 70km de ripio que nos esperan. El paisaje, como él dice, de “estepa”, seco, pero con la compañía del caudaloso Aluminé, recuerda mucho al Atlas marroquí. Rodamos bastante cómodamente, a pesar de la arena acumulada en algunos puntos y del serrucho. En cualquier caso, hasta ahora, son pistas mucho más ciclables que las chilenas. Hoy hace más calor, al mediodía, como ayer, se levanta viento que en alguna subida, y sin que sirva de precedente, nos ayuda. El perfil de la etapa es bastante bueno, al fin y al cabo pedaleamos con la corriente y, lógicamente, vamos perdiendo altitud. Y en Pilulil (a 5km, en realidad), en una curva en la que aparece una casa en la que se venden aparejos de pesca, gaseosas frescas (¿será eso cierto?) y artesanía, todo ello en el medio de la nada, buscamos un rincón en el que acampar para dar por finalizada la etapa. El lugar se nos aparece en forma de “playa”, atravesando una chopera. El agua está fresca, pero nos damos un reparador chapuzón.
Ha quedado una tarde perfecta para no hacer nada, es en estos fines de etapa cuando verdaderamente descansamos. A las 20:30 estamos en la tienda, descansando, que nos hace falta. La temperatura es muy buena. Creo que mañana tenemos el “Mortirolo” por pista, pero eso será otra historia.
SÁBADO 30/11/2013
18ª ETAPA: PILOLIL – JUNÍN DE LOS ANDES
(62km/5h)
Bukaeran, konplikatu egin da etapa, asfaltozko 21 kilometroak, xoborrezko 39ak baino gogorragoak izan dira, haizea kontra, aldapak,.... Berriz ere Atlaseko paisaiatik gabiltza, baina Lanín sumendiarekin begi bistan. Aluminé eta Junín artean, ez dago dendarik, ez jatetxerik, alforjak hornituta eraman behar.
Las “avefrías” vuelven a despertarnos, estas aves que tanto nos llamaban la atención los primeros días, casi nos peleábamos por hacerles una foto y que resultan estar por todas partes y ser igual de escandalosas a uno y otro lado de la frontera. Como es habitual, mañana fresca, buscamos a Lorenzo para el desayuno. Intentamos movernos temprano, tenemos miedo del “puerto” que parece nos espera. Enseguida dejamos atrás Pilolil, nada más que una aldea con cuatro casas dispersas, cruzamos un puente, el Aluminé nos sigue ahora por la izquierda, poderoso igualmente, hasta despedirse. Esto quiere decir que toca empezar a subir… pero la subida, aunque larga (algo más de 10km), es muy suave, bien trazada, la temperatura es muy agradable y el paisaje acompaña. Tan sólo en las curvas se acumula el ripio, supongo que por efecto del paso de los coches. El calor va apretando, estamos pasando más calor que en Chile (aunque el funcionario de ayer se quejaba de la tardanza en llegar del calor). Da la impresión de estar de nuevo en el Atlas, más aún ahora que el río nos
ha abandonado.
Y claro, lo que se sube, hay que bajarlo y el descenso se hace incómodo, el firme está mucho más suelto y hay que andar con ojo. Es además una de esas bajadas engañosas que, de pronto, suben (hemos llegado hasta los 1344msnm). Salimos al fin al pavimento, quedan 21km hasta Junín que suponemos haremos con facilidad, pero me río yo de los peces de colores, sale el viento en contra y alguna rampa pone en serias dificultades la
verticalidad. Se hace duro llegar al destino.
Nos decidimos por el camping “Laura Vicuña” (al parecer, una “santa” del lugar). Es un sitio agradable, junto al río. Con la tienda montada y duchados, salimos a turismo en busca de información, sobre “Puerto Canoa”, sobre Junín pero, sobre todo, por dónde tomar una cerveza tamaño standard (no es fácil, las venden de litro, pero conseguimos al fin una “Patagonia”, ligeramente tostada y muy rica). El súper está a tope, hoy es 30, quizás día de cobro. Pagar con la tarjeta es complicado, al tener “chip” tienen que pedir autorización por teléfono, pasarla después por la “sandwichera”… Entre una cosa y otra, son las 11 de la noche cuando estamos cenando en el camping, hemos trasnochado.
(*) Más tarde descubriremos que no es buen negocio pagar con tarjeta en Argentina, el cambio que te aplica el banco es el oficial, muy por debajo del que se consigue en las casas de cambio (hasta más de 3 pesos de diferencia por €).
DOMINGO 1/12/2013
JUNÍN DE LOS ANDES
Jornada de descanso y reflexión. Son cerca de la 11 cuando, atravesando todo el pueblo, nos disponemos a seguir y visitar el “Via Christi”, un recorrido de 1km a través de un pinar en el que se intercalan episodios de la vida de Jesús en forma de impresionantes esculturas y bajorrelieves. En unas y otros está siempre presente la
dura historia del pueblo mapuche desde que los españoles llegaron a este continente, pero también hay alusiones a acontecimientos más recientes. Y aunque se echa de menos alguna explicación, hacen interesantes vínculos: la crucifixión, con la deuda externa de tantos países (Jesús tiene rasgos nativos, un soldado español de la época de Cortés le clava en la cruz, mientras un militar chileno le despoja de sus ropas); la traición a Jesús, con la ruptura de un acuerdo por parte de un militar chileno y que supuso la masacre de miles de mapuches a finales del siglo XIX; la flagelación, con otros tantos abusos y genocidios... Ha resultado interesante.
A la salida hacemos alguna compra, el aceite de oliva está a precio chileno (más de 6€/litro) y decidimos ir a comer al Nuevo Ruca Hueney, lo cual resulta un acierto. Alargamos la sobremesa aprovechando el wifi, que llevábamos varios días sin conectarnos (¡qué estrés!). Descansamos después un rato en el camping. Tenemos pensado entrar a Huechulafquen mañana, así que hacemos una división de la ropa prescindible, que Dubio nos guardará amablemente hasta la vuelta. Las previsiones del tiempo son buenas, saldremos bien ligeros mañana. Es asombrosa la cantidad de ropa que llevamos.
Cenamos pronto, repetimos menú y nos acostamos temprano.