JUEVES 7/11/2013 SANTIAGO – CHILLÁN (tren) Aldez aurretik ikasitako ibilbidea jarraituz, “Estación Central”era helduko gara, nahiko oso trafikoa bizia izan arren. Bost ordu beranduago, Chillán herrian egongo gara. Pedalak emateko unea hurbiltzen doa, zorionez, benetako bidaia hasteko irrikan gaude. Tras las despedidas, seguimos el camino estudiado ayer, por “Dieciocho” hasta “Avda. Libertador O’Higgins”, una arteria principal de Santiago recorrida por una ciclovía que discurre por su zona central. Aunque sinuosa, nos lleva sin problemas hasta la Estación Central (hay mucho, mucho ciclista urbano). El tráfico es intenso, pero poco agresivo. Facturamos sin problemas (3000CHL/bici), sólo hay que desmontar la rueda delantera. Poco hay que contar del trayecto, descubrimos la otra cordillera que nos separa del Pacífico, no le llega a la suela del zapato a la de los Andes, pero tiene también tramos muy chulos. Los pueblos que van quedando atrás son humildes (cuando no pobres, formados por chozas), sobre todo en las cercanías de la capital. Y tal como nos habían dicho, las estaciones en las que nos vamos deteniendo están casi abandonadas, como a la espera de la gestión privada del servicio de ferrocarriles chilenos escudándose en el mal funcionamiento de la pública. El paisaje ha sido eminentemente agrícola. A las 14:15 estamos ya recogiendo las bicis. Un amable empleado nos orienta hacia la calle “18 de septiembre” en busca de alojamiento y nos quedamos al fin en el “Residencial 18”: son 8000/persona, desayuno incluido. Salimos de paseo, Chillán es una ciudad muy agradable para dejarse llevar. Atravesando un parque con magníficos árboles de diferentes especies (entre ellos, un enorme y precioso Cedro del Líbano), nos acercamos al “Café Fuente Alemán” (recomendable el “especial Fuente Alemán”, un enorme y delicioso pastel). Salimos hacia el mercado central y completamos las compras para los próximos días en un supermercado cercano. No es grande la oferta culinaria, acabamos en un local de comida rápida chilena, cenando pollo con patatas y merluza con rebozado “extra”, más ensalada (y dos “schot” de Cristal, que así le dicen aquí a la caña). Todo por 9200CHL; un pasar, pero la camarera es muy maja. Regresamos, escribimos, leemos, a la espera de acomodar de una vez nuestro biorritmo al horario chileno, que no levantamos cabeza. Tenemos ya ganas de comenzar a pedalear y a acampar. |
VIERNES 8/11/2013
1ª ETAPA: CHILLÁN - RESERVA NACIONAL DEL ÑUBLE
(62km/5h)
Azkenik, bizikleta gainean gaude, bazen garaia! Goraino ditugu gasolina deposituak (benetakoa, sukaldatzeko eta birtuala, pedalei eragiteko). Hala ere, antzematen da lehenengo eguna dela. Horretaz gain, Pinto eta Recinto herrien artean, zaildu egiten da perfila, gorabeheratsua da, oso. Mendi tontor pare batek, elurtuta oraindik, dotoretu egiten dute ikuspegia, eukalipto eta pinu landatzeak ikusten baitira nonahi. Los Llenques herrian, El Ñuble Erreserba Nazionalerantz barneratuko gara. 8km xobor utzi ditugu atzean, kanpin narras xamar batera ailegatzeko, baina ez dugu gehiagorik behar. Bihar, alforjarik gabe, erreserban murgilduko gara. Gainera, paiasia aldatu da zeharo.
1ª ETAPA: CHILLÁN - RESERVA NACIONAL DEL ÑUBLE
(62km/5h)
Azkenik, bizikleta gainean gaude, bazen garaia! Goraino ditugu gasolina deposituak (benetakoa, sukaldatzeko eta birtuala, pedalei eragiteko). Hala ere, antzematen da lehenengo eguna dela. Horretaz gain, Pinto eta Recinto herrien artean, zaildu egiten da perfila, gorabeheratsua da, oso. Mendi tontor pare batek, elurtuta oraindik, dotoretu egiten dute ikuspegia, eukalipto eta pinu landatzeak ikusten baitira nonahi. Los Llenques herrian, El Ñuble Erreserba Nazionalerantz barneratuko gara. 8km xobor utzi ditugu atzean, kanpin narras xamar batera ailegatzeko, baina ez dugu gehiagorik behar. Bihar, alforjarik gabe, erreserban murgilduko gara. Gainera, paiasia aldatu da zeharo.
Cuando arrancamos, hacia las 10, hace fresco, así que salimos con manga larga. El recorrido es cómodo hasta Pinto, una “comuna” de 10.000 habitantes con barriadas de casas humildes de planta única. Es más complicado el tramo de 25km entre Pinto y Recinto, con toboganes. Aunque el tráfico no llega a ser agobiante, a veces pasan varios vehículos seguidos, y si coincide que se cruzan dos en sentido opuesto, adelantan sí o sí, demasiado cerca. Aunque no esté resultando un recorrido especialmente bonito, de frente tenemos un par de cumbres que aún mantienen nieve y embellecen el paisaje. Yo llevo los cambios un poco desajustados, probablemente del golpe que recibió la caja, pero parece que consigo repararlos. Y llegamos así a Recinto, población pequeña y desperdigada, que da paso sin avisar a Los Llenques, donde se supone que hay camping… pero va a ser que no. Nos adentramos dirección Dighillín por una “ripiosa” pista hacia la Reserva Nacional del Ñuble. Nos han dicho que cruzando un primer puente, hay una casa en la que te dan la opción de acampar. A ella llegamos y de nuevo va a ser que no, están de obras y no tienen luz ni baños, así que nos remiten a la casa de un paisano, manco para más señas, que está a apenas 1km y seguro que nos va a alojar. Llegamos… y tampoco va a ser, sólo alquila cabañas y no tiene duchas ni servicios para las tiendas. Pero también él está empeñado en que pedaleemos un kilómetro más, donde encontraremos lo que andamos buscando. Y esta vez, parece que sí, 8km de ripio nos ha costado llegar hasta una verja tras la que nos reciben, un perro ladrador primero, y una sonriente joven después. Le contamos nuestras intenciones (hacer dos noches, porque mañana queremos entrar en la reserva, sin alforjas), y su respuesta: “¿Pero les dijeron los que cuesta?”. “¿Tan caro será?”, pensamos. “1500CHL/persona y día”. Definitivamente, creo que podremos hacerle frente. Y hombre, la verdad es que la primera impresión parece que confirma que mucho más no se puede pedir, es un pedregal desorganizado y descuidado, con una cabaña sin acabar en el medio de la nada, es un desastrillo; pero la zona de acampada, sin embargo, es más prometedora, junto al río, con árboles e incluso algunos bancos y mesas de madera. El tema de la iluminación de la parcela es curioso, necesita saber cuál elegiremos para enroscar la “ampollita” en la farola adecuada. Como cambiamos de opinión un par de veces, yo mismo me encargo del tema eléctrico. Y en cuanto a la ducha, la chica pone cara de susto: “¡está helada!”. Para ello, hay que acercarse a un barracón tirando a viejo y con bastante polvo acumulado. El agua no resulta estar tan fría, aunque tiene un olor extraño (viene de un depósito del tejado). Pero el entorno es muy bonito: el río, potente y caudaloso en algunos tramos, montañas al fondo, bosques frondosos, aves,… Ha refrescado y hace aire. Preparamos la cena, damos un paseo,… Para mañana a anuncian algo de lluvia, ya veremos. De vuelta, pretendemos tomar un té, pero casi provocamos un incendio, parece que otra junta falla y no para de salir gasolina. Afortunadamente, traemos recambios y espero que mañana podamos resolver el problema. No son aún las diez cuando acabo estas notas. Hasta mañana. |
SÁBADO 9/11/2013
RESERVA NACIONAL DEL ÑUBLE
Egun borobila gaurkoa. Duatloia egin dugu gaur El Ñuble Erreserban: 19km bizikletaz eta beste horrenbeste, oinez. Paisaiarekin gozatu dugu, baita ezagutu berri zuhaitz (roble, coigüe, maíño, ciprés de la cordillera,…) zein txori espeziekin (bandurria, cotorra,…). Dendan zegoen armiarma handiegi horri buruz, ezin dut gauza bera esan. Iragarrita zegoen euria, baina ezta arrastorik ere. Ilumabar ederra izan dugu opari.
RESERVA NACIONAL DEL ÑUBLE
Egun borobila gaurkoa. Duatloia egin dugu gaur El Ñuble Erreserban: 19km bizikletaz eta beste horrenbeste, oinez. Paisaiarekin gozatu dugu, baita ezagutu berri zuhaitz (roble, coigüe, maíño, ciprés de la cordillera,…) zein txori espeziekin (bandurria, cotorra,…). Dendan zegoen armiarma handiegi horri buruz, ezin dut gauza bera esan. Iragarrita zegoen euria, baina ezta arrastorik ere. Ilumabar ederra izan dugu opari.
Nos levantamos hacia las 9 e iniciamos un recorrido de algo menos de 10km hasta “la cadena”, donde hay que andar. Hasta ese punto, a pesar de los tramos de piedra suelta, es bastante ciclable. El río Diguillín es ancho y rápido, pero no caudaloso. Frondosos bosques de roble (diferente al nuestro) cubren las laderas a ambos lados del valle. Nos lleva poco más de una hora cubrir esta primera parte. Damos paso así a la segunda, casi otros 10km, a pie esta vez, con más tramos llanos que otra cosa, aunque también hay espacio para las cuestas. No es un camino cómodo, hay bastantes piedras, nos hemos de descalzar en una ocasión para atravesar un arroyo. Dos horas empleamos en llegar a la entrada de la Reserva, donde dos guardas esperan cobrar la entrada (2200CHL/persona), sin saber que se enfrentan a Marta y a su poder de persuasión: sólo queremos llegar hasta el collado que está a la vista y no parece bien cobrar por ello. Parecen entenderlo. Media hora de fuerte subida nos lleva al alto, ha sido incómodo, hay muchas rocas. Una foto al magnífico paisaje (aún queda algo de nieve) y vuelta por el mismo camino. Los guardas nos dan los nombres de las rapaces y los árboles que vamos descubriendo. A escasos 500m, hay un camping. Ellos se alojan en los barracones mientras están de turno, que comparten con los campistas cuando el tiempo se complica. Nos despedimos agradecidos y damos marcha atrás. Un grupo de 10 ó 12 “bandurrias” nos deja boquiabiertos, así como una gran bandada de escandalosas cotorras. Llegamos sin novedad al camping, la tarde está levantando. Tras un cambio de junta, la cocina funciona con normalidad, hay una luz preciosa (hoy va a hacer más frío), un té con pastas,… es todo perfecto hasta que entramos en la tienda y veo pasearse por ella a una peluda araña demasiado grande. Recuperada Marta del susto que le he dado, le devuelve la libertad con un katilu. Una buena obra para rematar un buen día. |