DOMINGO 1/06 3ª ETAPA: TURKU - KORPO (82km/4h 25min) Apurka-apurka, ohartuko gara gaurko etapa bereziki polita izango dela. Errepideak uhartedirantz eramaten gaitu eta hamaika zubi zeharkatu ditugu itsasoaren gainean, barrualderantz sartzen denean. Basoa itsasertzeraino heltzen da, bertan, sakabanaturik, bertoko egurrezko etxeak altxatzen dira. Argia, gainera, zoragarria da. Desandamos un poco el camino de ayer para, en Kaarina, tomar el de hoy. Seguimos camino, alternando la carretera y el “bidegorri”. En Pargas, hacemos una parada para comer algo. Continuamos dando pedales y el paisaje es cada vez más impresionante, pues los brazos de mar que atravesamos son cada vez más anchos. En uno de los frecuentes puentes que atravesamos, puedo observar un grupo de porrones osculados. En un par de ocasiones, la carretera se interrumpe y hay que salvar el mar en un pequeño trasbordador que, aunque nos resulte extraño, es gratis. La temperatura es suave, el día claro, el jamón de Mitxel, extraordinario y para redondear la faena, un grupo de eider en plumaje de verano, charrán ártico, gaviotas tridáctilas y cisnes por todas partes. Un rico helado, redondea el instante. Todavía nos quedan unos kilómetros hasta Korpo, pero no hay prisa. Cercanos a la carretera, se dejan ver también un corzo, un pico extrañamente confiado (mientras echo una meadilla) y... !al fin!, un esquivo alce que desaparece rápidamente en el bosque. Vemos también varios carteles anunciando el Restaurante “Buffalo”, muy cercano a Korpo, así que se perfila como el lugar en el que cenemos esta noche. Son las 7 de la tarde cuando llegamos a Korpo, un pueblo preocupantemente pequeño pensando en el alojamiento, sin embargo, en la Lonely Planet de Karlos, dice que sí lo hay. Y en efecto, así es, un pequeño hotel-restaurante, regentado por una pareja de orondos fineses. Hemos llegado por los pelos, porque en este país las costumbres son especiales y ya estaban preparándose para marchar a casa, dejando el hotel cerrado. Nos dan las habitaciones, un horario de los ferries a las Aland, les pagamos y nos tomamos unas cañitas, que también hoy nos las hemos ganado. En el embarcadero, una pareja de serreta grande. No hay tiempo para mucho más, que mañana, el ferry sale a las 6 y media de la mañana a 4km de Korpo. |
LUNES 2/06 4ª ETAPA: KORPO - ISLAS AALAND (92km/5h) Bost orduko bidaldia paisaia ikaragarri batetik, uhartedia zeharkatuz eta espezie ezberdinetako ahateen konpainiarekin. Mariehamn-etik, Aaland uharteen hiriburua, ibilbide zirkularra egingo dugu, maila altuko nekazaritza-girotik batik-bat. Beste ferry batean atera gara handik, Helsinki-rantz. Las 5 y cuarto de la mañana llegan más rápido de lo que pensábamos. Ya es completamente de día cuando nos ponemos en marcha pero el fresco de la mañana se nota especialmente en las bajadas, a pesar de ir bien abrigados; afortunadamente, tan sólo son 4 kilómetros. Llegamos con tiempo de sobra, hacia las 6, a Galtby, desde donde saldrá nuestro ferry, media hora más tarde, tiempo que una pareja de serreta grande se decide a pasar con nosotros. Embarcamos a las 6:15 y puntualmente, salimos rumbo a las Aaland, a donde llegaremos sobre las 11:15. Mientras el personal duerme, yo me subo a cubierta, bien abrigado. El paisaje es impresionante. No sé cuántos miles de islotes formarán este archipiélago, pero el hecho es que no dejamos de verlos durante las 5 horas que dura el trayecto. Hacemos dos paradas en otros tantos, para que embarquen más pasajeros. Yo, a lo mío, con mis prismáticos, no dejo de ver grandes bandas de eider, cisnes (¿cómo puede volar un bicho tan grande?), serretas, gaviotas, etc. Tengo la esperanza de ver alguna foca, porque no debe ser difícil, pero hoy no asoman. Al resguardo del aire, se está muy bien. Sobre el horario previsto llegamos a nuestro destino, Lumparland, en las Aaland. Desembarcamos sin que nadie haya pasado a cobrarnos el pasaje, así que nosotros no preguntamos, por si acaso. Tras quitarnos algo de ropa, ponemos rumbo a Mariehamn, la capital. Las carreteras son aquí rojizas, supongo que por el tipo de piedra de la zona; están también bastante mal, porque andan de obras, así que durante unos cuantos kilómetros, el viaje es bastante incómodo. En Mariehamn, aprovechamos el rato para hacernos con los billetes del ferry a Helsinki. Con el estómago lleno decidimos acercarnos a Kastelholm. En estas islas se ve mayor nivel económico que el que nos hemos encontrado hasta ahora; al parecer, es zona de veraneo para los cercanos suecos. De hecho, se habla sueco (así que no entendíamos nada, algo era ello). Donde antes veíamos campos de cultivo, son ahora con frecuencia jardines bien cuidados. Tras pasar por Godby, llegamos al fin a Kastelholm, nuestro castillo de postal, a lo que contribuye una increíble luz de atardecer. Visitamos la aldea también de postal, zanganeamos un poco y emprendemos el viaje de vuelta. Embarcamos a las 23:30 y quince minutos más tarde, ya estamos en camino. MARTES 3/06 5ª ETAPA: HELSINKI – TALLINN – TARTU Ferry batek, Helsinki-tik Tallin-era, Estoniako hiriburua, eramango gaitu. Bertatik, trena hartuko dugu Tartu-ra joateko. Leihatiletatik sumatzen denak, Finlandiako paisaia ekartzen digu burura, bizi-mailaren aldea ahazturik, jakina. Trena bera edo han-hemenka utzitako granjak ikusterik baino ez dago. Hori bai, askoz tenperatura atseginagoa dugu. Tartu, modernitatearen eta eraikin klasikoen nahasketa da. Lanetan dago erdi-gunea, Baltikoko hiru errepubliketako hiri handienetan ohikoa omen dena, turismoa erakartzeko nahian. A las 10:00 ya estamos en Helsinki, con un tiempo triste y fresco. Tenemos que buscar ahora billete para el ferry que nos lleve a Estonia y su capital, Tallinn y yendo de una compañía a otra, intentando encontrar el más barato, recorremos 10km por la ciudad. Al fin, nos hacemos con él, más caro de lo esperado (54 euros ida y vuelta). Vamos a perder gran parte del día en viajes, porque el barco sale a las 12:00 y no llega a Tallinn hasta las 13:45. De la capital, pretendemos ir en tren hasta Parnu, así que lo que toca es buscar la estación. Luce el sol y vemos más gente por las calles de la que hemos encontrado todos estos días de atrás juntos. Una vez en la estación, el horario de trenes nos hace decidir cambiar el destino e iremos a Tartu, a las 14:45. Tenemos poco tiempo para comprar los billetes (84EEK, unas 840 pelas/cabeza) y algo con lo que preparar unos bocatas, pero nos organizamos con fundamento y mientras unos hacen las compras, otros metemos las bicicletas en el tren, que tiene un hueco a propósito para ellas. Son las 6 de la tarde y estamos ya en Tartu, en una bonita estación de madera, algo destartalada, eso sí, como gran parte de las casas que nos vamos encontrando. Me voy ratificando en la idea de que me va a gustar más este país: por un lado, la temperatura, pero también las construcciones y la gente, que aquí sale a la calle. Se trata ahora de encontrar alojamiento y acabamos en el Hotel Tartu (original el nombre), una antigua residencia para oficiales rusos, lugar feo y triste según la guía, pero que ha sido totalmente renovado (26 euros por persona, desayuno incluido). Nos colocan en el reformado gallinero, nos damos una ducha y a la calle. Un paseo por esta agradable ciudad, unas cañas tamaño Txefo y cena en un chino (para Karlos, la primera vez,... ¿será esto posible?), dan por finalizada la primera jornada en Estonia. Parece que hemos entrado con buen pie. |