LUNES 30/07 6ª ETAPA: JIRMANCHO – KULAB (62km/5h 40min) Beroak, errepidearen egoera eskasak eta itzelezko aldapek, izugarri gogortu dute etapa. Igo gara 21 kilometroren zehar, gu irenstear dauden areazko tarteak atzean uzten eta bero eta errepideko lanen kontra borrokatzen. Leher eginda ailegatu gara Kulabera. Baina ez da guztia sufritzea izan, bertokoen abegi onaz eta adeitasunaz gozatzeko parada izan dugu eta horrek, neurri handi batean, etapa luze hau konpentsatu egiten du. Kulaberaino jaitsiera denak emanda egin dugu (tira, ia-ia, ezin baitie begirik kendu asfaltoari eta bere hondorik gabeko putzuei. Desandamos los 5km hasta el taller. De camino, nos cruzamos con un cicloturista inglés que viene de Khorog, estuvieron escuchando tiros durante 30 horas, hasta que se pactó una tregua de 3 –no respetada por todos- que aprovechó para salir pedaleando. Nadie sabe bien lo que está pasando. Ya en el taller, en principio dicen que no hay problema para soldar, pero meten un electrodo como para trabajar en “queen mary” y aquello empieza a hacer aguas (chispas más bien, que a punto están de quemar el guardabarros que no han protegido). Resulta que la parrila es de aluminio, luego no queda otro remedio que recurrir a métodos caseros: con las abrazaderas que llevo en la parrilla para que no se me muevan las alforjas y un par de chapas de recambio también para la parrilla “made in Elorrio”, hacemos un entablillado que queda bastante aparente. Volvemos sin contratiempos en busca de los bultos. Al poco rato de pedaleo, un todo terreno se detiene junto a nosotros, en él, dos bicicletas y sus propietarios, una pareja… ¡suiza! que viene también de Khorog. Aprovecharon la tregua para salir de allí pero ellos lo hicieron en coche. Nos despedimos deseándonos mutuamente buena suerte y enseguida comenzamos a subir lo que han de ser 21km realmente duros. Hace ya mucho calor, en ocasiones se atraviesan tramos invadidos por una arena rojiza en los que es fácil quedarse clavado. Aprovechamos las escasas sombras (un par de ellas) para recuperar aliento y temperatura corporal. Pasamos después a un tramo de curvas de herradura más tendido y en “mejor” estado. Pero poco dura la alegría, las zonas de rectas son también las peores. El calor, la pendiente y el “firme” me obligan a echar pie a tierra en un par de ocasiones, no así a Marta, que va como un tiro. Vamos recordando el recorrido, tras cruzar un puente, sabemos que encontraremos los camiones trabajando en la carretera. Con una distancia prudencial ya recorrida, una joven llama desde una casita a Marta (que va en cabeza) invitándola a acercarse. Hay dos o tres mesas fuera, en una especie de porche, así que creemos estar en un restaurante. Los padres, dos sonrientes paisanos, nos invitan a sentarnos, sacan té y una sopa muy rica, “charlamos” con ellos, sacamos unas fotos,… Al rato llega un paisano turco con su chófer/intérprete local. Es el responsable (o uno de ellos) de la parte turca (con capital kuwaití) que participa en las obras de esta caótica carretera (la otra parte, es iraní). Serán tres años de trabajos. Nos descubre que no estamos en un restaurante, que a etas personas, como a los turcos, les gusta abrir sus hogares (así que, de pagar, nada). Nos invitan incluso a dormir aquí y no sería mala idea, seguro que habrá mejor temperatura que en Kulab. Pero hemos descansado un buen rato y decidimos continuar, después de dar las gracias por su hospitalidad y de prometer que les enviaremos las fotos a través del hombre turco, ya más amigo que cliente. Aunque aún hace calor, es más llevadero. Nos falta aún 1km hasta Shurobad, un largo pueblo que atravesamos tras 3 ó 4km de llaneo y que nos dejan en un control doble de la policía y el ejército. Y cuando pensábamos que tocaba bajar por una carretera decente, nos encontramos con una desastrosa pista que tira p’arriba sin piedad. Será poco más de 1km, pero sienta como un tiro. Después, comenzamos al fin a bajar, rápidamente pero sin descuidarse, que lo mismo nos abandona el asfalto, como aparecen unos boquetes en los que puedes dejar la llanta y los dientes. A medida que descendemos, el calor aumenta, abandonamos las montañas para, atravesando un páramo, llegar a Kulab. Un paisano nos guía con su coche hasta, el “Jatlon Hotel”. De entrada nos piden 270tjs que se quedarán en 200. Pero la habitación a la que nos llevan es un desastre. Le decimos a la recepcionista que, o nos busca otra habitación, o nos vamos. Dicho y hecho. En cuanto a lo del agua, no hay solución de momento, tienen restricciones y no la dan hasta las ocho. Salimos a hacer alguna compra y cenar en un pequeño restaurante (pescado, medio pollo y dos “Báltica 9”, 87tjs). De vuelta en la habitación, la temperatura es agradable gracias al aire acondicionado. |
MARTES 31/07
7ª ETAPA: KULAB – DANGHARA
(87km/5h 10min)
Arazo mekanikoek ez gaituzte abandonatzen, gaurkoa arina izan arren, erradio bat apurtuta baino ez. Bosev-en, tajikoen bizimoduaren erritmo lasaiaz eta haien hurbiltasunaz disfrutatzeko parada izan dugu.. Gaztelan sartu gara, abuztu betean, euliak erori egiten dira eta argia eskasa da. Ezti saltzaile bikote batek eta dendari xume batek, areago adiskidetu agin gaitu Tajikistan-ekin.
7ª ETAPA: KULAB – DANGHARA
(87km/5h 10min)
Arazo mekanikoek ez gaituzte abandonatzen, gaurkoa arina izan arren, erradio bat apurtuta baino ez. Bosev-en, tajikoen bizimoduaren erritmo lasaiaz eta haien hurbiltasunaz disfrutatzeko parada izan dugu.. Gaztelan sartu gara, abuztu betean, euliak erori egiten dira eta argia eskasa da. Ezti saltzaile bikote batek eta dendari xume batek, areago adiskidetu agin gaitu Tajikistan-ekin.
No hemos hecho más que empezar la etapa cuando escucho un “clack” sospechoso, paramos,… efectivamente, he roto un radio de la rueda trasera y del lado de la piñonera, para más detalles. A pesar de ello, reparamos la avería rápidamente. Reiniciamos la marcha hasta Bosev. La simple compra de un “pulpo” es la excusa perfecta para disfrutar un buen rato de la amabilidad de estas gentes. Ya en camino, dos jóvenes desde una carpa hacen señas para que nos acerquemos, venden miel. Nos sentamos un rato con ellos, nos hacemos unas fotos y disipamos las habituales dudas (estado civil, hijos, edad, viaje, profesión,…). Y, aunque parezca mentira, se está mejor en la carretera que bajo la lona. El resto de la etapa no tiene mucho que contar, porque del calor ya he hablado, entre las doce y las cuatro de la tarde, es insufrible. La luz, como el día, plomiza. Danghara resulta ser un bullicioso pueblo en el que ya nos detuvimos días atrás, camino de los Pamires. Tiene, además, uno de esos también bulliciosos mercados que tanto nos gustan. Rápidamente, con la ayuda de un paisano, damos con el “Ritz”, un edificio viejo por fuera y semiabandonado por dentro. Decidimos poner la tienda en el “hall”, en una polvorienta tarima en la que sólo montamos la habitación. Recompongo el “entablillado” de la parrilla, parece que no va mal a pesar de que, como era de esperar, uno de los puntos de soldadura ha saltado. Marchamos después a dar un paseo. Mientras preparamos la cena en “casa”, un chaval observa curioso todas nuestras maniobras, tiene una de las clásicas bicicletas “todo terreno” que se ven por aquí, a la que ha armado con una sonora bocina, un aparato de radio sujeto con cinta,… pesa casi tanto como las nuestras cargadas. Se da una vuelta con la de Marta y vuelve, cómo no, encantado. |
MIÉRCOLES 1/08 8ª ETAPA: DANGHARA – NURAK (48km/4h 10min) Okshn-eraino lehenengo aldapa daukagu zain, gogorregia ez, baina. Aurrerago, 3km gogorrak gainditu ondoren, beste gain bat hartu dugu, bertatik Nurak-eko urtegia ikusten da. Izen bereko herriak aukera paregabea eskaintzen digu eguna amaitzeko. Bero egiten du eta ibaian bainatzeko aukera, erakargarria da, oso. Gaur ere, musulmanen abegikortasunaz disfrutatu dugu. A las 6:45 estamos en marcha. En Okshn hacemos la primera parada para la RC Cola y las galletas. Nos sentamos junto a un barbudo y simpático abuelo que no para de hablar. Sólo reanudamos la marcha tras hacer las fotos y contestar las preguntas de rigor, para llegar al alto desde donde se domina el pantano de Nurak, con la presa a mayor altitud de no sé bien qué parte del mundo. Los tres últimos kilómetros son especialmente duros y aunque aún es pronto, el calor aprieta. En Nurak tenemos, al parecer, opción de darnos un buen chapuzón en el río, así que decidimos que ése será el final de la etapa de hoy. Nos toca ahora cruzar un túnel de algo más de 2km, cosa que hacemos rápidamente (afortunadamente, vamos descendiendo) y lo mejor iluminados que podemos. A la salida, el estado de la carretera empeora mucho, pero quedan escasos 4km hasta el cruce que nos conducirá a Nurak. Accedemos enseguida a una “playa”, una zona del río separada de la caudalosa y fuerte corriente principal. El agua está muy limpia, pero también fría, pero el baño se agradece. Hay bastante gente, resulta complicado ponerse el traje de baño fuera de las miradas indiscretas y extraño para Marta, única mujer en este mundo de hombres (a excepción de la camarera del chiringo contiguo). Opta al final por no quitarse la camiseta al entrar al agua. La gente aprovecha el río para hacer la colada. Mientras actualizo estas notas, se nos acerca el propietario del restaurante que si hubiera nacido mudo, habría reventado. Nos invita a dormir en su local, nos acomodan en una pequeña pérgola cubierta de alfombras, junto al río. La situación es un poco extraña, por un lado nos ofrece su cocina para preparar la cena, pero cuando el agua hierve, insiste en que nos sentemos a la mesa con él, un hermano y la camarera. Cenamos la habitual sopa (sin carne, mejor estaría), una ensalada, carne (no queda más remedio que comerla, son terriblemente insistentes) y “pescaítos fritos”. El anfitrión habla sin parar de su hijo, Mahdi, que sufre parálisis cerebral, pero cuyo estado ha mejorado notablemente, lo cual atribuye a Alá, después de pasar por numerosos especialistas de diferentes países que no conseguían sacarle de su letargo. Los datos que nos da son sorprendentes, hay más de 400 jóvenes entre 1 y 18 años con problemas similares en este pueblo de 50.000 habitantes. Esta situación le ha llevado a fundar un centro que les acoge y trata, gratis, ante la falta de apoyo del gobierno. Sus otros 7 hermanos, colaboran también con el proyecto, según dice. Al recoger las bicis, noto que la rueda delantera de la mía va frenada… ¿otro problema mecánico más? No parece grave, la cantidad de polvo acumulado y el posterior lavado parecen haber formado un engrudo que habrá que deshacer. La temperatura es agradable para dormir, incluso hace falta echarse el saco por encima. |